LIBRO 2 - CAPÍTULO 13

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CAPÍTULO 13: ABUELO

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Akemi se cambió, en el mismo baño donde se había lavado las manos. Era una camisa de botones con transparencia negra, que le quedaba bastante ajustada en la zona del pecho debido a que Sumiko y ella no eran la misma talla. Tuvo que dejar libre varios botones, mostrando el nacimiento de sus senos. Le apenaba, pero recordó haber visto muchos vestidos descubiertos en su armario, lo que significaba que a la Akemi de antes le gustaba mostrar sin pena.

Salió del baño para encontrarse con sus amigos, esperando afuera.

—Te queda bien—la elogió su mejor amiga, sonriendo—. Mejor que a mí, me parece.

—Por supuesto que le queda mejor que a ti—resopló Shun, rodando los ojos.

Ésta lo miró fulminantemente.

—¡No recuerdo haberte preguntado!

—¿Alguien sabe qué se hizo Sasuke?—Les preguntó, recordando no haber visto a su hermano en ninguna parte.

Ambos jóvenes negaron, por lo que ella suspiró. Quizás se había ido a su casa. No lo culparía, seguro estaba exhausto.

—¿Has hablado con Itachi?—Inquirió el pelirrojo mientras comenzaban a caminar en dirección a la habitación de Shisui.

Negó, pensando en su hermano. Estaba tan enojada con él y dolida por sus acciones, que no tenían sentidos. Se merecía una buena cachetada para reaccionar y darse cuenta de lo que estaba haciendo.

—Deberías hacerlo, ¡dile que deje de estar apoyando a esa mujer!—Exclamó Sumiko, cruzándose de brazos—. No entiendo a Itachi, ¿qué pasa con él? Eras su hermanita adorada y ahora prefiere apoyar a Yami que intentó matarme.

—Yo creo que los culpables son tus padres—indicó Shun, frunciendo el ceño—. Hicieron un escándalo cuando insultaste a Yami en la recepción, a tal punto que tuviste la necesidad de irte, pero ven que Itachi apoya a Yami y no dicen nada. Es injusto.

Tenía razón, no podía llevarle la contraria. Era injusto. Sus padres deberían hacer algo, o por lo menos estar allí con ella, ya que, por lo que sabía, ellos prácticamente habían cuidado a Shisui cuando llegó al país a conocer sus lazos paternales.

—Sé que tengo que hablar con mi hermano—dijo, luego de suspirar—. También con mis padres. Es hora de tener una conversación seria, en donde debemos aclarar muchas cosas.

Sus amigos hicieron muecas, tras escucharla. Sí, a ella tampoco le agradaba tener una reunión con su familia. La estresaba de solo pensarlo, pero era algo necesario.

—Cambiando de tema, ¿le has avisado al abuelo de Shisui lo que pasó?—Preguntó el chico a su lado, curioso.

Ella lo miró sorprendida. Sabía que Shisui tenía a sus abuelos en Estados Unidos, pero nunca se le pasó por la mente avisarles. Si eran ancianos probablemente les daría un ataque cardíaco o algo.

—¿Para qué lo va a hacer?—Replicó su amiga, seguramente pensado igual que ella—. Está anciano, seguro que al enterarse que le dieron un balazo a su nieto le da algo y luego tendremos a Akemi culpabilizándose, como siempre.

Frunció el ceño mientras que Shun se llevó una mano al cabello, frotándoselo.

—Bueno, es cierto que Akemi se culpa de todo—reconoció, como si la susodicha no estuviera entre ellos. No se culpaba de todo, solo de algunas cosas—, pero creo que debería llamarlo. Es su nieto, seguro le gustaría enterarse, aunque se muera—finalizó, dejando escapar una pequeña risa.

Deseos ProhibidosWhere stories live. Discover now