CAPÍTULO 20

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CAPÍTULO 20: PROMESA

Pasaron algunos minutos en silencio. Repitió una y otra vez esas palabras en su mente, todavía sin creerlo. No había manera de que él pudiera enterarse, ¿o sí? ¿Quizás Yami le había mencionado sus sospechas?

Había pasado mucho tiempo sin contestar, debía decir algo. Inhaló y exhaló con lentitud, sintiéndose temerosa.

—No sé de qué estás hablando...—susurró, separando sus manos y negándose a verlo. Sabía que era un comportamiento que, sin lugar a dudas, la delataba.

—Los escuché, cuando hablaban en el estacionamiento del Hospital—dijo tranquilamente—. Mi suegro, Itachi y tú fueron realmente ruidosos. Vi cuando te llevaba cargada, los seguí y lo demás es historia.

Al escucharlo, sintió un nudo en la garganta e inmediatamente le invadieron las ganas de ganas de llorar, más no pudo contenerse por mucho tiempo, comenzó a sollozar. La persona que menos quería que se enterara era él.

—L-lo siento...—Ni siquiera podía negarlo porque él mismo lo había escuchado, no tenía caso—. Yo...

No sabía qué decir, tampoco quería seguir ahí. Estaba tan avergonzada y asqueada, sus acciones habían sido terribles. Él sabía que algo había pasado con Itachi, sin embargo, se mostraba tranquilo.

Se levantó a toda prisa para huir de la habitación pero se vio detenida por una mano, que la sujetaba firmemente del codo.

—Déjame ir, por favor—rogó, cerrando los ojos, sintiendo las lágrimas deslizarse por sus mejillas.

Se quedó quieta, sintiendo su cuerpo detrás de ella y sus cálidos brazos rodeándole.

—No permitiré que huyas, cariño. Necesitamos hablar, ¿no crees?

Deber y querer eran dos cosas diferentes, sabía que debía contarle pero no quería hacerlo. No quería hablar de esa tema, se suponía que lo dejaría atrás.

—De acuerdo—contestó, limpiándose las lágrimas con la mano. Se volteó a verlo, todavía entre sus brazos. Su rostro preocupado la hizo sentir culpable.

—Sabes que te quiero, Akemi. Nada hará que mis sentimientos por ti cambien—dijo, en un intento de calmarla—. No te mentiré, me sorprendí pero también me molesté. Itachi es tu hermano mayor, su deber es cuidar de ti. Sin embargo, se sobrepasó contigo y eso no tiene perdón.

—Itachi no es culpable, yo sí.
—Ella era la principal culpable, lo había llevado hasta ese punto. Su relación de hermanos seguiría intacta si se hubiera quedado quieta y en silencio con respecto a lo que sentía.

—No mientas por él—pidió, frunciendo el ceño.

—¡No lo hago!—exclamó ahogadamente, sus manos convertidas en puños sobre la camisa del Uchiha—. Tienes que creerme.

Él suspiró.

—Está bien. —Era obvio que no le creía y eso le preocupaba—. Respóndeme algo, ¿no querías permanecer en tu casa porque algo pasó con él?

Tragó saliva, recordando los besos de Itachi y la sensación de sus labios contra su piel, pero también recordaba su mirada cuando había recapacitado. Eso le había dolido, había influido bastante en su decisión pero no podía decirlo, no cuando Shisui parecía culparlo.

—Algo pasó, pero no tuvo que ver con mi decisión—contestó, intentando soltarse de su abrazo pero él se lo impidió—. Fue porque no soportaba la presión de papá.

Finalmente, la soltó, dando unos pasos hacia atrás para sentarse en la cama. Su rostro no mostraba nada más que seriedad, pero también había tristeza.

—¿Estás enamorada de él?

¿Enamorada?, repitió en su mente. Estar enamorada era un sentimiento muy fuerte y enfermo cuando se refería a ese tipo de cuestiones. No, ella no estaba enamorada, solo mal de la cabeza.

—No lo estoy—respondió, sentándose a su lado.

—Sé que es algo reciente todavía, por lo que sé que no lo has superado, pero lo harás, ¿verdad? ¿Lo dejarás en el pasado?—preguntó, mirándola con cierta desesperación—. Itachi y tú quedaron en eso, pero quiero escucharte nuevamente.

Verlo así, con las manos sobre sus rodillas y una expresión desesperada, la hizo sentirse peor. No quería lastimarlo, pero temía que ya lo estaba haciendo y sino, terminaría ocurriendo.

—Lo haré, Shisui, te lo prometo. Nada volverá a pasar entre mi hermano y yo—prometió, mirándolo a los ojos—. Me gustaría que después de esta conversación nunca volviéramos a tocar el tema de nuevo.

Él asintió, aceptando sus palabras. Parecía más relajado.

—Creo que por ahora es todo lo que quiero saber.

—¿Todo bien, entonces?—le preguntó, sonriéndole tímidamente.

Shisui se levantó y se arrodilló ante ella, una pequeña sonrisa adornaba su rostro. Se sintió aliviada al verla.

—Todo estará bien mientras cumplas con tu promesa.

—La cumpliré, por supuesto—le aseguró con rapidez.

Shisui se levantó y luego le tendió una mano para que lo imitara. Seguido de hacerlo, él tomó su rostro entre sus manos para besarla apasionadamente. Había tanta necesidad y pasión en su forma de mover su boca, que sentía las rodillas temblorosas. Era como si no pudiera tener suficiente de ella.

El beso se hacía cada vez más urgente, deslizó su lengua dentro de la boca de ella. Su cuerpo comenzó a sentirse caliente. Soltó un suave gemido cuando él chupó su labio inferior, ambas bocas explorandose mutuamente.

Él terminó el beso, recostando su frente contra la de ella. Los dos respiraban pesadamente, con los labios rojos y un poco hinchados.

—Quiero que seas sólo mía—dijo, con cierta tono posesivo.

—Y yo quiero que seas mío—murmuró, sus alientos mezclándose.

—Soy tuyo.

Ella negó, sonriendo tristemente.

—No, no lo eres. Eres de Yami.

—Sólo por un papel, pero mi corazón te pertenece.

Sonaba tan sincero que le creyó, realmente era la dueña de su corazón. Iba a contestar cuando tocaron la puerta.

—Akemi, tu teléfono no deja de sonar. Es realmente fastidioso—contó Shun, a través de la puerta—. No deja que Sasuke y yo juguemos tranquilos.

Suspiró, no estaba agradecida con su interrupción.

—Vale, ya voy.

El pelirrojo pareció decir algo antes de irse, pero no fue capaz de oírlo.

—¿Vamos?—le preguntó al Uchiha, recibiendo un asentimiento de parte.

Se dirigió a la puerta, todavía sintiendo las piernas un poco temblorosa después de ese beso.

—Akemi. —Fue llamada, antes de abrir la puerta. Se volteó a verlo, curiosa—. Si rompes tu promesa no habrá segundas oportunidades. Por más que te quiera, eso es algo que no podría perdonar.

Me siento muy agradecida por todos sus lindos comentarios y su apoyo. Las quiero mucho, espero estén teniendo una agradable cuarentena (a pesar de las horribles clases virtuales). 💋❤

Esperemos Akemi no rompa su promesa porque rompería el corazón del precioso de Shisui. 🥺

¿Cuántas esperan volver a ver a Itachi? 🤭

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