CAPÍTULO 2

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CAPÍTULO 2: YAMI

— ¿Qué te vas a poner para la boda de Shisui?—Inquirió Sumiko, su mejor amiga.

Ambas se encontraban reunidas en una cafetería que se encontraba ubicada cerca de las empresas Uchiha, donde el padre de Akemi era el presidente y la mamá de su amiga era la secretaria del vicepresidente.

La Uchiha jugaba con la pajilla de su bebida. Pensó en su primo Shisui, eran primos lejanos pero primos al fin y al cabo. Su boda se celebraría en apenas unos días y eso la tenía un poco disgustada. Lo quería demasiado, era su fiel amigo y consejero.

—No lo sé. —Hizo una pausa—. Creo que el vestido que compramos la semana pasada, ¿te acuerdas?

Se había enamorado de el desde el primer momento en que lo había visto a través de la vitrina de la tienda. Era un hermoso vestido de color carmesí con escote en V descubierto, ceñido al cuerpo y con un corte hasta unos centímetros por encima de la rodilla. No había tenido ocasión para ponérselo.

Sumiko asintió repetidamente, provocando que sus rizos marrones saltaran por el movimiento.

—Definitivamente tienes que ponerte ese. Llamarás muchísimo la atención. Amaría ver la cara de Yumi en ese momento.

Akemi se rió, aunque sintió una punzada de molestia al pensar en ella.

—Es Yami—la corrigió, algo divertida—. Y viéndolo de esa manera... No me lo voy a poner.

Su amiga inmediatamente se exaltó.

— ¿Por qué? ¡Te verías súper sexy con el puesto!—Exclamó, frunciendo los labios—Ese color te queda muy bien y tienes un cuerpo envidiable. Además, nosotras odiamos a Yami.

Ella suspiró, estaba de acuerdo con sus puntos, por lo que a ella no le importaría ponerse ese vestido y llamar más la atención que una novia que le desagradaba, sin embargo a Sumiko parecía habérsele olvidado lo más importante.

—Es la boda de Shisui, Sumiko—le recordó—, y es mi primo. No quiero hacerle algo así el día de su boda cuando se supone que es algo especial.

Su amiga se golpeó la frente, exasperada.

—Ya hemos hablado de esto varias veces, Akemi. Tú sabes que la única razón por la que Shisui se va a casar con esa zorra es porque ella está embarazada. Él no la quiere y ella tampoco a él, lo sabes.

Bueno, sí sabía que esa era la razón del matrimonio. Lamentaba profundamente que su primo fuera el que tuviera que casarse con la víbora de Yami, quien tomaría el importante apellido Uchiha en su nombre después del casamiento.

Akemi apretó el envase de su bebida con molesta. Era justo lo que Yami quería; conseguir el apellido Uchiha. Era bien sabido que la familia Uchiha era una de las más importantes y respetadas del país. Y antes de su primo, ella había intentado conseguirlo a través de su hermano. Habían sido novios, relación que la Uchiha nunca aprobó. Había algo en ella que le resultaba desagradable y nadie más parecía notarlo.

Recordó una tarde que Yami estaba de visita en su casa, solo eran novias y ya se creía la dueña, siendo realmente insoportable. Akemi terminó discutiendo con Itachi, debido a que él pensaba que su manera de tratar a su novia era muy maleducada. Ella se enfureció y llamó a Yami zorra en su cara, causando que su hermano le gritara. Él nunca le había levantado la voz.

Finalmente se fue al apartamento de Shisui, dejando a la pareja sola. Después de una larga reflexión y de muchos consejos, volvió a casa y se dirigió directamente a la habitación de su hermano. Al no obtener respuesta al tocar, entró y se encontró con una Yami desnuda sobre su hermano semidesnudo.

Era tan orgullosa que solo cerró la puerta y se fue a su habitación, en donde pudo romper a llorar. Había sido doloroso ver esa escena.

Días después Itachi y Yami terminaron, sin razón aparente.

— ¿Akemi?—Sumiko chasqueó los dedos frente a ella, preocupada— ¿Estás bien?

Akemi asintió.

—Estoy bien. Estaba pensando que...—dudó, sin saber qué decir—tienes razón y me pondré ese vestido. Seguramente su cara será épica en ese momento.

De verdad amaría ver la expresión de Yami. Akemi sabía que era bonita, tenia el cabello largo y lacio de color azabache, sus ojos eran grandes y de un tono azul oscuro, su piel era de un tono color crema, era esbelta, de cintura estrecha y piernas largas. En fin, era atractiva y muchos se lo señalaban.

Aunque, había que admitir que Yami también lo era. Tenía un cabello ondulado y castaño, ojos oscuros y un cuerpo exuberante lleno de curvas. Pero de nada sirve ser bonita si estás podrida por dentro.

Apretó el vaso aun más entre sus manos. ¿Estaba ella también podrida? En su mente aún se encontraban los vestigios de aquel sueño, todo se había quedado grabado en su memoria.

Sumiko se relajó contra su asiento y tomó un sorbo de su bebida.

—Me llevaré una cámara, decidido. No perderé ningún detalle—dijo con humor. De pronto, ésta de ahogó con su bebida y miró con los ojos en par en par a lo que sea que encontraba detrás de Akemi.

La Uchiha se giró en su asiento, tratando de encontrar que fue lo que causó tal impresión.

— ¿Qué pasa? ¿Con qué te has...—Se quedó prácticamente sin habla al ver quienes acababan de entrar en la cafetería—...puesto así?

Era Itachi.

Y Yami.

Parpadeó repetidamente, sin creerlo. ¿Qué hacia su hermano con su exnovia y la que sería próximamente la esposa de su primo?

Sintió a Sumiko levantarse y sentarse lentamente a su lado. Las dos miraron fijamente como la pareja caminaba hasta una mesa cercana a la gran ventana, ninguno de los dos las había notado y parecían muy amistosos entre ellos.

— ¿Crees que...?—La pregunta susurrada Sumiko se quedó en el aire pero sabía a qué se quería referir.

Sintió una punzada de dolor y molestia.

— ¡No!—Exclamó en voz baja, agitando la cabeza—. Él no sería capaz de eso.

—Pero míralos, parecen muy amistosos para ser sólo amigos—señaló, frunciendo el ceño.

Por supuesto que los estaba mirando, no podía apartar la mirada de ellos dos. Su hermano se encontraba sonriendo de una manera que nunca le había sonreído a ella. Parecía incluso enamorado y muy dentro de ella, siento una pizca de envidia.

—Hablaré con él—se prometió a sí misma.

La joven a su lado la miró.

— ¿Lo harás?

Akemi asintió, viendo como Yami colocaba su mano encima de la de Itachi y éste no hacía nada para apartarla. Apretó los labios, no podía creer que su hermano le hiciera esto a Shisui.

—Lo haré. Él no puede hacerle esto a nuestro primo—afirmó, aunque no sólo era por eso—. Está mal.

Deseos ProhibidosWhere stories live. Discover now