LIBRO 2 - CAPÍTULO 6

1.5K 265 126
                                    

CAPÍTULO 6: LLAMADA

No olviden votar, ¿sí? 🥺

Le mostraron su habitación y luego la dejaron sola, para que pudiera acomodarse. Era una habitación espaciosa y muy femenina. Los colores rosa y blanco eran los predominantes. Habían muchas fotografías esparcidas por las paredes, la mayoría eran con su familia. Algunas eran con una chica de rizos marrones, parecían ser cercanas.

Se acercó a su armario y lo abrió, no había mucha ropa, solo algunos vestidos extravagantes y pijamas. Recordó que Shun le había dicho que prácticamente se había mudado con Shisui, quizás se debía a ello.

Lo cerró y se acercó a la cama, dejándose caer sobre la misma. Cerró los ojos, disfrutando la suavidad de la cama. Hasta ahora todo estaba yendo bien, incluso parecía tener una buena relación con Sasuke y eso era importante. Esperaba que eso pudiera aplicarse pronto en su padre y en Itachi.

Sin darse cuenta, se quedó dormida. Cuando despertó, era ya de noche. Miró la hora en el reloj, que estaba sobre la mesa de noche.

10:20 P.M.

Había dormido bastante, aunque era lo que solía hacer cuando estaba en el Hospital por culpa de la medicina. Su estómago gruñó mientras bostezaba. Tenía hambre, por quedarse dormida se había perdido la merienda y la cena.

Decidió bajar a la cocina a prepararse algo. Con cuidado, para no despertar a nadie, salió de su habitación y bajó las escaleras. Entró a la cocina y casi le dio algo, al ver a su hermano mayor allí también, que parecía estar preparando algo.

Se llevó una mano al pecho, se había asustado un montón. Él estaba de espaldas, por lo que no la había notado, así que decidió observarlo. En su habitación habían un montón de fotos con él, todas demostraban lo mucho que se querían. Sin embargo, le había mentido.

—Hola. —Decidió hacerse notar.

Itachi se volteó, luciendo bastante sorprendido, aunque se recompuso con rapidez.

—Hola, ¿tienes hambre?—Preguntó él mientras retomaba su trabajo—. Estoy preparando unos emparedados, ¿quieres?

Se acercó y se sentó en una de las sillas.

—Sí, por favor.

Después de unos minutos en silencio, él se dio la vuelta con un plato en la mano. Lo dejó sobre la mesa mientras tomaba un emparedado para sí mismo. Ella tomó otro y le dio un mordisco, estaba buenísimo.

—¿Cómo te sientes ahora que estás en casa?

—Bueno, hasta ahora ha sido agradable—contestó mientras se levantaba para tomar dos refrescos de la nevera. Dejó uno para él, recibiendo una mirada de agradecimiento—. Me gusta más que estar en el Hospital, sin lugar a dudas.

Su hermano sonrió, tras tomar un sorbo de su bebida.

—Me alegra escuchar eso. Cuando tenga un tiempo libre, te prometo que saldremos a hacer algo.

Dejó su emparedado sobre el plato, tragando difícilmente.

—Itachi, ¿por qué me mentiste?—Le preguntó, mirándolo los ojos. Necesitaba saber la razón.

Éste suspiró, imitando su acción.

—Lo siento—se disculpó y sonaba sincero.

—¿Por qué lo hiciste?—Insistió, frunciendo el ceño.

—Porque te quiero, Akemi. Ningún hombre estará a la altura, ni siquiera Shisui.

Frunció el ceño. Había algo más y debía estar relacionado con esa mujer llamada Yami.

Deseos ProhibidosWhere stories live. Discover now