CAPÍTULO 11

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CAPÍTULO 11: BAJA TOLERANCIA AL ALCOHOL

—¿Tienes pensado qué vas a hacer?—inquirió Shisui mientras se estiraba a alcanzar otro trozo de pizza.

Se encontraban sentados en medio de la sala junto con dos cajas de pizzas y un par de cervezas, las cuales solo estaba bebiendo él. Había prometido no beber más alcohol en su vida.

Ella suspiró y tomó un sorbo de su refresco. Todas esas calorías irían directo hacia sus muslos y barriga.

—No lo sé, por ahora solo tengo pensado estar unos días fuera de casa. Me gustaría independizarme pero primero tendría que conseguir trabajo y así no depender más de mi padre—contestó preguntándose de qué podría trabajar, Shun había sugerido de modelo o algo parecido.

Él inclinó levemente la cabeza luciendo pensativo.

—Está bien que quieras independizarte, no hay nada malo en ello. Yo te apoyaré —dijo finalmente—. Pero incluso si tienes inconvenientes con ello yo puedo ayudarte, no tengo ningún problema en correr con cualquier gasto.

—Gracias, lo tendré en cuenta. —Era un alivio poder contar con él pero se sentiría una abusadora si aceptaba su ayuda a tal punto—. Es bueno saber que cuentas con el apoyo de alguien.

Suspiró, pensando en su padre y sus palabras. Su primo, que parecía conocerla muy bien, posó una mano sobre su hombro y le dió un ligero apretón.

—No te preocupes, Fugaku podrá ser muy estricto y todo pero sé que te adora, así que dudo que se mantenga enfado por mucho tiempo.

Sonriendo tristemente se recostó contra el costado de éste, quién levantó su brazo y le rodeó sus hombro para acercarla más. Olía a perfume de hombre, el cual le encantaba.

—Lo dices porque no lo escuchaste, fue muy hiriente. Sé que no me pedirá perdón, es muy orgulloso—le contó mientras él jugaba con su cabello—. Y yo tampoco pienso disculparme por nada, también soy orgullosa.

Lo miró de reojo, encontrándose con una mueca.

—Típico de un Uchiha.

Ella arqueó una ceja.

—Tú también eres un Uchiha—le recordó.

—Es cierto pero no fui criado por ningún Uchiha. No supe que lo era hasta que mi madre murió cuando tenía quince años.

Recordó cuando hace siete años se había enterado que tenía otro primo lejano en su familia, un joven que ni siquiera tenía idea de sus orígenes paternos.

—Lo recuerdo, toda la familia se reunió para conocerte. Fuiste un tema muy contr...hablado. —Iba a decir controversial pero cambió de parecer. No sabía mucho sobre su difunta madre porque era un tema que a él no le gustaba tocar, lo único que sabía es que había sido una buena madre.

Shisui se rió.

—Ese día fue horrible en parte, lo único bueno fue haberte conocido.

—¿De verdad?—le preguntó sintiendo sus mejillas enrojecer.

—Eres una de las personas más importantes en mi vida.

Akemi desvió la mirada hacia otro lado, mordiéndose el labio.

—Junto con Yami, ¿no?—Lo miró—. Ahora es una persona importante en tu vida porque te casaste con ella y ahora no hay vuelta atrás, es tu esposa.

Él se quedó en silencio por unos minutos para seguidamente pellizcarle la mejilla.

—Deja los celos, Akemi.

Frunció el ceño y apartó su mano.

—Te sigue importando esa mujer a pesar de todo.

Como respuesta recibió una risa.

—Eres tan celosa—dijo cariñosamente—. Es cierto que ahora es mi esposa pero jamás será tan importante como tú lo eres, te lo aseguro.

Bien, escuchar eso la hizo feliz.

—Más te vale, Uchiha Shisui.

Y siguieron comiendo, bebiendo y viendo películas por un buen rato, hasta que él vio la hora en su teléfono.

—Bueno, creo que ya es hora de que me vaya—murmuró apartándola suavemente y levantándose.

Miró la hora y ya casi era medianoche, luego lo miró a él y notó que las cervezas habían hecho su magia, parecía estar un poco ebrio.

—Es muy tarde, quédate a dormir aquí—le pidió ya que el alcohol y conducir no eran palabras que debían estar juntas, aunque también estaba el hecho de que no quería quedarse sola—. Bebiste demasiado y manejar así es muy peligroso, además de que te pueden multar.

Él la miró divertido, guardando su teléfono.

—Sólo me he bebido seis cervezas, no es nada.

Ella se levantó frunciendo el ceño.

—No lo sería si no supiera que tienes una baja tolerancia al alcohol, igual que yo. —Se acercó a él, lo tomó por los hombros y lo obligó sentarse en el sofá —. Aún recuerdo cuando en el cumpleaños de Sumiko bebiste la misma cantidad y ya andabas murmurando cosas raras, diciéndome lo mucho que te gustaba mi sonrisa.

—Es que de verdad me gusta tu sonrisa—susurró él con suavidad.

Negó, sonriendo levemente.

—Ves, sí estás borracho. Te quedas aquí y punto.

Shisui suspiró y la abrazó por la cintura.

—Tú deberías ser mi esposa.

Esa confesión le aceleró el corazón pero solo eran cosas de borrachos, así que no había que tomarlo enserio.

¿Verdad?

Bueno, como habrán leído estos dos no crecieron juntos del todo. Akemi tenía doce y él quince cuando se conocieron pero esa es una historia que contaré más a fondo en algún otro capítulo. 🤭

Por otro lado, muchas gracias por sus lindos comentarios. Leerlos me animan totalmente a seguir escribiendo. Se les quiere. ❤

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