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La más pequeña había recibido varias llamadas de Marissa en el transcurso de la mañana, está asumiendo que Lauren la habría convencido de hacerlo para no tener que enfrentarse ella misma.

Camila solo las ignoro, estaba tan harta de las tontas excusas de Lauren que no estaba lista para escucharlas de nuevo.

Se pasó así toda la mañana hasta que el reloj marco las 12 y se dirigió a la audición; la audición de su vida que quería compartir con Lauren pero ella, no estaba ahí. Y Camila ni siquiera sabía por qué.

Un total de 10 chicos pasaron antes que ella, todos vestían elegantes y también eran bien parecidos. Esto preocupo a Camila, la cual comenzó a dudar si era lo suficientemente buena para hacerlo.

Y entonces fue su turno.

Subió al escenario, con torpes y cortos pasos hasta estar en el centro del mismo.

-¿podría decirnos su nombre?- dijo un hombre en traje, el cual estaba rodeado de otros tres más; los cuales observaban a Camila con curiosidad.

-Soy Camila Cabello y yo…- se pauso –yo estoy aquí para ganarme un lugar en su escuela- el hombre sonrió.

-¿Qué cantara?- dijo mientras acomodaba unos papeles sobre el escritorio en el cual se encontraba.

-Little Do You Know por Alex & Sierra- dijo débilmente.

 -perfecto, puede comenzar…- un hombre a su lado lo interrumpió.

-aquí señalo que sería un dueto… ¿Dónde está ella?- pregunto curioso.

-ella…- se detuvo y suspiro –ella no pudo llegar- el hombre asintió y Camila se dio la vuelta para colocarse detrás del piano.

Entonces escucho el tono de llamada de la chica linda de ojos verdes sonar dentro de su bolsillo; ella sacándolo de inmediato.

-¿pueden darme un segundo?- pregunto Camila volteándose para ver a los hombres, los cuales simplemente asintieron y entonces respondió –Lauren… ¿Dónde estás?- pregunto tratando de que su voz no se cortara.

-Camila…- esa no era la voz de Lauren sino de Marissa –debo decirte algo-

Marissa conto a Camila todo lo que había ocurrido la noche anterior, como Lauren había resultado con costillas rotas, un ojo morado y una contusión y también que se encontraba en el hospital en una condición muy inestable.

Al colgar, Camila se dio cuenta que sus ojos estaban repletos de lágrimas y se sentía mareada.

Volteo para encontrarse con los ojos de los hombres confusos.

-Señorita Cabello, ¿está todo bien?- pregunto uno de ellos mirándola fijamente.

-lo siento, tengo que irme- susurro y salió corriendo de ahí hacia la estación; tomando el primer tren con destino a Miami.

No iba a perderla.
Y si sucedía, debía verla aunque fuese una última vez.

...

Camila entró al hospital sintiéndose abrumada sino hubiese sido por los amigables brazos de Marissa que la había envuelto en un protector abrazo, ella probablemente habría sufrido un ataque.

Se mantuvieron así unos instantes y después se dirigieron a la habitación de Lauren.

La encontraron durmiendo tranquilamente mientras un tubo estaba en su nariz proporcionándole oxígeno y el monitor cardiaco mostraba que ella aún estaba con vida; esto hizo sonreír un poco a Camila hasta observo su rostro y se encontró con un ojo morado y un labio partido.
La bata le cubría el cuerpo pero sabía que debajo de ella, se encontraban más golpes.

-¿Cómo un padre puede hacerle esto a su hija?- pregunto Camila entre dientes.

-él estaba muy dañado y Lauren tuvo la mala suerte de estar ahí para recibir sus fallas- dijo Marissa colocando su mano en el hombro de la más pequeña –los doctores me dijeron que si hubiera llegado unos minutos después, no lo habría logrado. Pero suerte, no fue así- una lágrima cayo por la mejilla de Marissa –ella estará bien. Es fuerte- beso su mejilla –iré por un café, ¿quieres algo?- Camila simplemente negó y Marissa dejo la habitación.

Suspiró y se acercó a la cama de Lauren con paso lento, se paró a su lado y quito un mechón que cubría su rostro –lamento no haber estado ahí para salvarte- susurro débilmente y después beso su mejilla.

Miró a su alrededor y encontró una silla en la esquina de aquel cuarto gris, la coloco a solo unos cuantos centímetros de la cama de Lauren y se sentó a observarla en silencio, aun culpándose por todo aquello.

-¿Camz?- un susurro fue suficiente para que Camila despertara y una débil caricia en su mano fue suficiente para darse cuenta que era real.

Abrió lentamente los ojos encontrándose con unos verdes mirándola de vuelta.

-hola- sonrió a medias y Camila no pudo más que romper en llanto; ella estaba bien –no llores, por favor- su voz era poco entendible y por ello, Camila continuó llorando.

 -Camz…- la miro –lamento haberte decepcionado de nuevo- la pequeña se detuvo y la miro también –fui una idiota y lo siento-

-no digas eso- se detuvo y sonrió falsamente –no tenías control de esto-

-claro que lo tenía- la voz de Lauren fue firme –pude haber detenido esto desde un principio pero fui una cobarde; tenia tanto miedo de perderlo todo que… termine perdiendo lo único que en realidad me importaba- dijo mientras trataba de sentarse en la cama siendo reprimida por Camila de inmediato –tú- susurro –te perdí a ti y eso me destrozo- se detuvo unos segundos mientras recordaba lo que iba a decir –tome la opción segura y termino aún peor. Te debí haber elegido a ti primero aunque me costase la vida- termino con la respiración agitada; Camila totalmente confundida por aquellas declaraciones.

-solo tienes que descansar- dijo Camila levantándose.

-arruine tu audición, ¿verdad?- pregunto Lauren tristemente.

-no hubo audición. Yo… yo regrese el minuto que escuche lo que te había ocurrido- dijo honestamente, la mirada de Lauren cayendo al suelo.

-lo siento- susurro –no quería arruinarlo esta vez-

-esta bien, ya vendrán más audiciones-

-encontrare la forma de arreglarlo, lo prometo-

Camila simplemente sonrió y asintió levemente.

-deberías descansar- dejo un beso en la frente de Lauren –volveré por la mañana- camino unos centímetros y sintió la fría mano de Lauren tomando la suya, rápidamente gimiendo de dolor.

-¿podrías quedarte?- pregunto mientras su pecho subía y bajaba rápidamente.

Camila no dudo ni un segundo su respuesta –siempre- susurro mientras se sentaba al lado de su chica.

Lauren conto a Camila todo sobre Luis y Austin; esta no se molestó ni un momento porque conocía bien las razones por las cuales ella acepto el trato.

Y ahora con su padre fuera de la fotografía, podrían dejar de preocuparse y volver a comenzar.

Volver a comenzar porque los meses siguientes serian decisivos.

No sabían lo que el futuro les depararía, pero por ahora, solo querían estar juntas y atesorar esos momentos.

Por qué, bueno, nunca se sabe cuándo la tormenta puede extinguir al arco iris de nuevo.

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