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Lauren

Fue realmente reconfortante haber visto a mi mejor amiga después de tanto tiempo, incluso aún más que haber visto a Luis. ¿Y la chica? (Me referiré a ella como la chica porque incluso pronunciar su nombre me tortura) a pesar de aun no haberla visto ya era la cosa más recurrente en mis pensamientos. ¿Qué haría cuando la viera? ¿Cómo la trataría? Nuestros 2 encuentros fueron algo… ¿mágico?  Pero esto era la escuela, me refiero, con personas y ellos notarían que algo ocurría. Mi mejor opción aquí era decirle hola y esperar a que ella hiciera su propio camino.

 -nuestra primera clase es ciencias- dijo Marissa sonriendo.

-la mía es matemáticas- Luis replico –creo que  no tendré la oportunidad de pasar tiempo con mi novia- hizo puchero.

-realmente pareces más idiota así- dijo Marissa burlona.

-el amor nos vuelve idiotas- Luis me tomo por la cintura y me beso.

Marissa manifestó un “ugh” casi inmediato.

-deberían conseguir un cuarto- se marchó.

Luis suspiro -¿Por qué me odia?-

Reí –no te odia, Marissa es así- mentí –ahora debo irme antes de que comience a empujar niños a los casilleros- le di un rápido beso en la mejilla y me marche.

Marissa siempre ha odiado a Luis y siempre que pregunto el por qué la respuesta es igual: él es un idiota que no te merece. Algo en la forma que lo decía me dejaba dudando.

  Camila

-tu primera clase es ciencias- me informo la recepcionista mientras me entregaba el horario.

-gracias- sonreí.

-¿crees necesitar ayuda para algo más?-

-para encontrar mi casillero- ella manifestó una pequeña risa.

-yo me encar…- algo la emociono -¡Austin!- le grito a un muchacho alto de cabello café que iba de salida. El camino hacia donde nos encontrábamos y sonrió.

-¿si?-

-¿puedes ayudar a la señorita Cabello a encontrar su casillero?- voltee a verlo apenada pero él seguía sonriendo aun cuando dijo “claro”.

No nos hablamos durante el camino al casillero, el solo continuaba mirándome.

-hemos llegado- se detuvo y señalo mi casillero.

-gracias…por…umm…esto-

-no eres buena con las palabras, ¿verdad?- rio.

-me pones nerviosa- dije agachando la cabeza.

Volvió a reír -¿acaso mi rostro es tan feo?- hizo una mueca rara causando que riera.

-no es eso, es que no dejas de mirarme- jugué con mi cabello.

-uh, ¿es eso? Lo siento, me gusta observar y conocer-

-¿conocer?- pregunte confundida.

-sí, la historia que se oculta tras esos hermosos ojos marrones- no pude evitar reír al igual que él –nunca fui bueno con eso, la poesía me cuesta mucho-

-¿para qué quieres poesía?-

-para decirte que eres hermosa de una forma que nadie te lo haya dicho ya- comencé a sentir calor en mis mejillas. Si, estaban ardiendo.

El sonrió –está bien, si necesitas algo mas solo busca un rostro feo- guiño y avanzo unos cm y luego volvió –por cierto, soy Austin- estiro su mano.

La apreté -Camila- sonreí.

 -lindo nombre- dicho eso se marchó y yo continúe sonriendo.

You found me.Where stories live. Discover now