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La lleve a mi casa pues dijo que no quería ir a un hospital y yo obedecí; entramos a mi cuarto y se recostó sobre la cama.

-ya vuelvo, iré por un poco de alcohol para eso- señale su brazo derecho, el cual estaba sangrando.

Salí de la habitación y me dirigí al baño, tome el alcohol y volví.

-no te dolerá, lo prometo- sonreí y ella suspiro –necesito que te quites la blusa- dije directa y ella parecía confundida –así será más fácil curarte- asintió y comenzó a quitársela: tenía un abdomen perfecto y sus pechos también lo eran. Observe por demasiado tiempo y ella lo uso como ventaja.

-sabía que solo querías verme sin ropa- levanto las cejas y yo me sonroje.

-claramente no es eso- desvié la mirada.

-bah, si no fuera así no te sonrojarías- rió.

-me pones nerviosa- dije y coloque un poco de alcohol en un pedazo de algodón- ahora calla antes de que te lastime- bromee.

Ella abrió los ojos en sorpresa –realmente me gusta cuando te enojas- guiño un ojo y volví a sonrojarme.

-deja de ser tan linda- todo se quedó en silencio –yo…- me interrumpió.

-es inevitable- ambas volteamos a vernos directamente a los ojos y sonreímos.

-¿me dejas curar tu herida ahora?- pregunte sosteniendo el algodón y ella asintió.

Lo coloque -¡joder!- se quejó y yo me sorprendí; me quede observándola.

-¿Qué sucede?- pregunto.

-no sabía que hablaras español-

-hay tantas cosas que no sabes de mí, Camz- sonrió y recostó su cabeza en la almohada.

-me gustaría conocerte mejor- las palabras salieron en español y ella se levantó.

-parece que yo tampoco te conozco del todo- susurro y volvió a recostarse.

Yo me quede ahí, sentada, sin saber qué hacer.

-Camila…-

-¿sí?-

-¿quieres recostarte a mi lado?- pregunto nerviosamente.

-¿tú quieres que lo haga?-

-me encantaría-

Volví a sonrojarme y lentamente me recosté a su lado.

Pasaron los minutos y todo era silencio, pero no un silencio incomodo sino uno relajante y en el cual podía gozar de su compañía.

-¿puedo preguntarte algo?- comencé a jugar con mis dedos.

-ya lo hiciste pero puedo con una segunda pregunta- rió y yo golpee suavemente su brazo.

-¿Qué hacías en el estacionamiento?-

-te estaba buscando-

-¿Por qué?-

-debía aclarar las cosas-

-Lauren…-

-déjame terminar- asentí -Camila, el día que me confesaste que estabas enamorada de mí fue el mejor día de mi vida y no dije nada porque creí que sabias que yo también lo estaba- se pauso.

-¿Por qué lo sabría?-

-la forma en la que me porto contigo, la playa… Camila, te dije que te amaba, supuse que lo asumirías. Cuando saliste corriendo me sentí como mierda, creí que lo había arruinado todo y nunca volverías a hablarme y me odiarías eternamente- desvió la mirada –y eso me hizo sentir aún peor ya que con el paso del tiempo me di cuenta que…- se pauso nuevamente y volteo a verme.

-¿Qué?-

-no puedo vivir sin ti-

Me quede callada.

-¿Qué tratas de decir?-

-Estoy enamorada de ti y lo estuve desde el primer momento que te vi: te encontré y juro que nunca te voy a dejar ir-

Lagrimas recorrieron mis ojos, Lauren sonrió y las limpio una por una.

-aun cuando lloras, eres hermosa- sonreí –Camila, estoy enamorada de ti y de cada pequeña cosa que te hace tú; cada pequeña imperfección te hace perfecta-

Me sonroje y ella sonrió.

-enserio te ves linda cuando te sonrojas- se acercó aún más a mí –y me encanta que sea por mí- quito un mechón que me cubría el rostro.

-te amo- susurre.

-y yo te amo a ti- ambas sonreímos, Lauren me rodeo con sus brazos y me acerco a su cuerpo; cerro los ojos y suspiro.

-¿estas cansada?-

-uhum- murmuro.

-¿no quieres tu blusa?- negó con la cabeza aun con los ojos cerrados.

-¿puedo besarte?- esta vez los abrió.

-es tu primer beso y debe ser especial- me miro a los ojos.

-¿Qué es más especial que esto?-

-tienes razón, yo en brasier es bastante ardiente- reí.

-solo quiero que mi primer beso sea ahora, contigo- acaricie su abdomen suavemente y ella mordió su labio inferior.  Después poso su mano sobre mis mejillas y comenzó a acariciarlas.

-eres hermosa- dijo y dejo un beso en mi mejilla.

-tú también lo eres- respondí.

-te amo- dejo aún más besos por mi rostro, trazando un camino que nunca paso por mis labios.

-yo tam…- y antes de que pudiera terminar: me beso. Su acción fue tan repentina que casi me quede sin aire, pero me olvide de todo cuando su lengua comenzó a jugar con la mía y sentí un placer indescriptible; vago por cada rincón de mi boca haciéndome sentir extremadamente feliz. Después fue mi turno y no sabía que hacer, pero Lauren me daba la suficiente confianza para arriesgarme e intentar: lo hice y ella pareció satisfecha.

¿Vi los fuegos artificiales? Los vi.

¿El mundo se detuvo? Se detuvo.

Con eso supe que era ella, ella era mi “felices para siempre”. La había encontrado y nunca la iba a dejar ir. 

You found me.Where stories live. Discover now