35.

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Habían pasado 3 días cuando ella despertó por primera vez. 

Había despertado con tanta rapidez que la maquina se había vuelto loca y la enfermera tuvo que volver a dormirla; en esa ocasión su padre estaba en el primer piso, tomando un café y cuando le informaron… una gran cantidad de lágrimas falsas corrieron por sus mejillas haciendo creer a todos que en realidad sufría.

La segunda vez fue más tranquila; la chica solo abrió sus bellos ojos esmeraldas y miro a su izquierda, encontrándose a su padre durmiendo pacíficamente.

Una rabia inmensa la lleno haciéndola tratar de levantarse, quejándose ruidosamente en el intento.

-¿Lauren?- murmuro -¿Lauren?- dijo con sorpresa -¿Qué estás haciendo?- el viejo hombre se paró rápidamente y la hizo volver a recostarse –tu…tú tienes que reposar- se trabo un poco al querer hablar –creí que te había perdido a ti también- dijo en un tono desconocido para Lauren; ella incluso noto un poco de tristeza.

Trago saliva –fui…fui…fuiste…tu- su padre abrió ampliamente los ojos.

-¿Qué? Lauren, yo…- lo interrumpió.

-¡fuiste tú!- a pesar de sentirse completamente débil, la rabia la hizo explotar -¡fuiste tú!- repitió y golpeo fuerte y repetitivamente el hombro de su padre; haciendo que su corazón se acelerara.

-señor, tiene que salir- la enfermera entro rápidamente, empujándolo lejos de ella -¡ahora!- el asintió y rápidamente salió de la habitación.

-Lauren, escúchame…- susurro la enfermera tratando de calmar a la morena –tranquila- tomo su mano y la apretó; el corazón de la chica disminuyendo su ritmo.

La enfermera saco una jeringa y la coloco en el hombro de la chica.

-n...no…me…gusta…- lentamente cerro los ojos –Camz…- susurro y rápidamente se quedó dormida.

Una pequeña caricia en la frente la hizo despertar.

-vaya que te gusta dormir- se burló el chico que alguna vez había sido su mejor amigo -¿te sientes mejor?- ella solo pudo asentir –supongo que no te agrada verme- ella sonrió.

-hola Brad- dijo débilmente.

-nos diste un gran susto…- menciono el chico –a todos- continuo.

-¿Qué me paso?- lentamente y con el apoyo de sus débiles brazos logro sentarse sobre la cama.

-bueno, en año nuevo tú bebiste demasiado. Luego tuviste la brillante idea de manejar de vuelta a casa hecha un desastre y para mejorarlo, también decidiste hablar por teléfono. Y después terminaste aquí, en una aburrida habitación de hospital-

-¿fue mi culpa?- suspiro.

-Lauren, todo el mundo hace cosas estúpidas- trato de animar.

-¿a quién llame ese día?- pregunto desesperadamente.

-yo…- se pauso.

-¡Brad!- le dolió la garganta.

-a Camila, tu llamaste a Camila- la miro –ella aviso a todos que estaban gravemente herida; ella fue quien te salvo-

Lauren sonrió;
Camila no la odiaba.
Camila la había salvado.

Continuaron hablando por horas hasta que fue el momento para que Brad se fuera.

-nos veremos en la escuela- menciono el chico –escuche que podrás salir de este lugar pronto-

-¿volverás?-

Él sonrió –no puedo volver a dejarte sola- dejo un rápido beso en su frente y se marchó.

Sonrió y lentamente se acostó sobre la cama. La puerta abriéndose de nuevo.

-Brad- se burló.

-en realidad me llamo Caitlin- dijo suavemente; Lauren volviéndose a sentar sobre la cama.

-lo siento, yo…- interrumpió.

-entiendo- se acercó –tienes muy buenos amigos-

-Brad solía ser mi mejor amigo- menciono con tristeza.

-¿Qué paso?- pregunto Caitlin intrigada.

-supongo que siempre me equivoco en mis decisiones-

-todos cometemos errores- ánimo la pelirroja.

Lauren respondió con una sonrisa.

-¿sabes cuándo podre irme?-

-mañana- sonrió –eres realmente fuerte-

-gracias- ambas sonrieron.

-¡oh, casi lo olvido!- exclamó –una chica… umm… Camila… vino hace un rato pero no quiso pasar- se pauso y saco un sobre –ella me dio esto- se lo entrego.

-gracias- respondió Lauren honestamente.

-¿es tu novia?- pregunto alegremente; el corazón de Lauren rompiéndose lentamente.

-no- dijo rápido –ella… ella es solo una amiga- Caitlin solo asintió y se marchó de la habitación, dejando a Lauren sola con sus pensamientos y un sobre que tenía miedo de abrir.

“Querida Lauren,

No se la razón por la cual he comenzado este escrito así, esto ni siquiera es una carta, es solo algo que usare para decirte lo que siento porque honestamente esto me está matando:

Te amo y por un tiempo creí que tú también lo hacías pero después me demostraste que no era así. No sé qué te hizo cambiar de parecer, antes me interesaba pero ahora con esto que acaba de suceder me di cuenta que no importa. Que lo único que quiero es tenerte a mi lado y poder hablar contigo aunque no pueda tocarte, ni besarte de la forma que me gustaría. Porque tenerte conmigo es suficiente. Estuve a punto de perderte por completo unos días atrás y no pienso arriesgarme a perderte de nuevo. Es por ello que quiero que al menos intentemos ser amigas porque… te extraño y desde que te conocí mi vida ha mejorado. Y pesar de todo, sigues siendo la única persona que me comprende como nadie.

Así que si aceptas mi oferta, me gustaría verte… en el lugar donde comenzó todo… en el lugar donde me enamore de ti.

Te estaré esperando a la misma hora en el mismo lugar hasta que decidas aparecer y si nunca lo haces, entonces supongo que tendré que aprender a vivir sin ti.

Con cariño,
Camila.

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