t h i r t y n i n e.

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La sonrisa del doctor muerte mezclada con sus ojos vidriosos confundió al trío.

— El impacto del proyectil fue en el corazón. La bala se encontraba en el espesor muscular del ventrículo izquierdo, funcionando como tapón, lo que impidió el sangrado masivo. La sutura no fue para nada fácil, pero se pudo...

Gustabo lo interrumpió: —¿Qué significa eso?

Claudio sonrió aún más abiertamente: —Que hemos sacado la bala con éxito, se encuentra estable, pero debemos mantenerlo en el hospital para estabilizarlo hasta que esté totalmente recuperado.

El menor se cubrió la boca con ambas manos y comenzó a llorar de felicidad. Conway se permitió sonreír abrazando a su pareja mientras que Volkov solo estaba perplejo. Solo Horacio lograba sobrevivir semejante herida de bala.

—El pequeño percance es que no podéis verlo hasta dentro de pasadas tres horas de la cirugía. Además, no sabemos cuándo puede despertar.

—No importa —Gustabo negó con la cabeza sonriente—. Estaré aquí todas las horas. Claudio —se acercó a él—. Te debo muchísimo, has salvado a mi mejor amigo, no sé cómo pagártelo...

El doctor muerte lo miró con ternura y lo abrazó: —No me debes nada, yo también estaba cagado —rio—. No sé qué haría si hubiera fallecido en mis manos.

—Te lo agradezco, en serio —se separó de él mirándolo con una sonrisa.

—Agradécemelo yendo a tu casa y descansando un poco. Lo necesitaras antes de ver a Horacio —le sonrió. Gustabo solo asintió poco convencido y Claudio miró a los demás presentes—. Con su permiso, debo hacer un registro del paciente.

—Gracias —le susurró Conway sonriéndole ladino. El doctor solo asintió sonriente y se retiró de allí.

Viktor parecía no reaccionar. Desde la noticia, solo había quedad estupefacto mirando un punto fijo en la pared blanca frente a él.

—¿Volkov?

—¿Él está bien?

—Si —el ojiazul sonrió—. Está bien.

—Joder —el comisario llevó ambas manos a su rostro. Gustabo miró a Jack con una sonrisa y este solo rodó los ojos.

—Venga.

Conway se acercó a él y abrió sus brazos. Viktor no dudó mucho en abrazar a su jefe suspirando de alivio y susurrando "Él está bien". (...)

Gustabo y Conway llegaron a su hogar. Ambos caminaron directamente a la habitación quitando sus prendas de vestir en el camino debido al mal olor que emanaban. Una vez allí, se acostaron solamente en ropa interior en la cama.

El menor se acurrucó en el pecho de Jack y este lo abrazó con fuerza mientras besaba su frente.

—Tuve miedo de perderte —admitió el mayor después de varios minutos en silencio. Gustabo lo miró sonriente.

—No me vas a perder, nunca.

Después de tantos días; unieron sus labios en un delicado beso que transmitía seguridad y confianza, transmitía esa alegría por volver a verse y por sobretodo transmitía todo el amor que se tenían el uno al otro.

Gustabo volvió a acomodarse en el pecho de su novio y este comenzó a acariciar su cabello hasta que, lentamente, ambos se quedaron dormidos. (...)

La noche había llegado; el rubio se encontraba cenando algo junto a Conway antes de volver al hospital dispuesto a ver a su amigo. Comía desesperado, ya sea por las ansias de ver a Horacio y porque lo alimentaron a base de pan dos días enteros.

𝐝𝐚𝐝𝐝𝐲 𝐢𝐬𝐬𝐮𝐞𝐬 ; intenaboWhere stories live. Discover now