creo que la verdad este capitulo amerita una canción y '18' es súper soft,, no sé porque pero se me hace ideal para esta parte y además se llama como el titulo jskjas. disfruten <3
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El viernes había llegado; Gustabo se levantaba con una sonrisa radiante, hoy era su cumpleaños.
Su vida había dado un giro de ciento ochenta grados este último mes, mejor dicho, desde que entró al CNP. Conoció personas maravillosas como Horacio quien era su mejor amigo, Ivanov con cual tenía una buena amistad, Volkov que aunque sea alguien bastante serio, le caía de maravilla, Greco quien demostraba ser un 'osito cariñosito' detrás de esa perfil rudo, Serjay, Torrente, Yuu, Diego y muchas personas más que habían estado a su lado este tiempo.
Pero nadie se comparaba a Conway; ese hombre cambió su vida. Jamás había conocido a alguien tan hermoso, en todo sentido. Y aunque tenía sus cosas, a los ojos de Gustabo era ser más perfecto de todo el mundo. Jack era como su ángel guardián, y no quería que se vaya nunca.
Dejó de divagar entre sus pensamientos y se comenzó a vestir para su día laboral. (...)
El taxi aparcó frente a la comisaria y Gustabo pagó agradeciéndole. Sin borrar esa sonrisa que se adueñó de su cara al levantarse, se adentró al lugar.
— ¡Buenos días! —saludó con alegría al trío de oficiales que parecían estar cuchicheando en secreto. Pero al escuchar la voz de Gustabo se separaron a mirarlo.
—Hola Gustabo —saludaron Serjay, Torrente y Volkov al unísono nerviosos.
Gustabo disminuyó su sonrisa al ver que nadie le saludaba por su cumpleaños y les hizo una mueca antes de adentrarse a los vestuarios. Se suponía que hoy iba a ser un buen día, así que no se desanimó y comenzó a colocarse el uniforme.
—Buen día Gusnabo —le saludó Horacio llegando a su lado ya uniformado. Él solo le sonrió levemente. ¿Su mejor amigo tampoco lo recordaba? —. ¿Qué tal todo?
—Bien...
—Me alegro. Bueno voy a patrullar con Volkov, cualquier cosa márcame.
Sin más salió de allí dejándolo con la palabra en la boca y el menor decidió no darle transcendencia a lo ocurrido, luego hablaría con su amigo. Una vez listo, se dispuso a ir al despacho del superintendente, al menos esperaba que él si se acordara de su cumpleaños.
Pero mayor fue su sorpresa al escuchar como el superintendente le decía, a través de la puerta, que estaba ocupado y que no podía verlo.
Cegado por el enojo, decidió comenzar son su labor en solitario; habló por radio avisando que él estaba disponible para un código 3.
