t w e n t y t h r e e.

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QRR

Solo eso bastó para que todos las unidades disponibles salieran en merys y zetas tras los secuestradores; nadie sabia quienes eran los agentes en peligro, pero eso no los detuvo.

—¡Moved todos el puto culo, ahora! —Conway estaba alterado dando ordenes por radio. No se iba a arriesgar a perder a un oficial, no de nuevo.

Volkov conducía tanto como el vehículo lo permitía e iba tras una furgoneta negra de vidrios polarizados. Pero, el problema era, que eran cinco furgonetas que iban por distintos caminos y no sabían en cuales podrían estar los 3 agentes. Por lo que se dividieron en dos agentes, que irían en distintas direcciones.

—Voy a empapelar a estos hijos de puta —susurró el superintendente mientras apuntaba a las ruedas del vehículo que iba zigzagueando delante suya.

—Los agentes en peligro son Gustabo, Rebeca Jackson y Diego —informó Torrente por radio.

El corazón de Jack se paralizó al escuchar el nombre de Gustabo; también le importaban los agentes, vamos, era su malla. Pero entre ellos estaba la persona que le había devuelto ese sentimiento de sentirse vivo, esa energía que creía haber perdido y ese lado amoroso que solo lograba sacar Gustabo.

—Pisa el maldito acelerador como si fuera lo ultimo que vas a hacer en tu vida o yo mismo me encargo de matarte lenta y dolorosamente —le dijo a Volkov quien ya estaba acostumbrado a las amenazas en situaciones como esta.

—10-4

Lograron desestabilizar una de las cinco furgonetas haciendo que chocara contra un poste de luz. Viktor aparcó rápidamente el zeta y Conway bajó corriendo de este apuntando al conductor y al copiloto. 

— ¡Bajad del puto coche, anormales!

Dos enmascarados bajaron del vehículo entre quejidos levantando las manos y Volkov se apresuró a esposarlos, mientras que Jack, abría las puertas traseras de la furgoneta apuntando; allí estaba Diego, esposado y con la boca cubierta. 

Se apresuró en quitar la cinta de su boca y las sogas de las manos para luego darle un abrazo fraternal.

—Me alegra que estés bien —comentó con honestidad mientras se separaba del chico quien se veía asustado—. Ya están llegando las demás unidades, debo ir a buscar a Gustabo y a Jackson, quédate con Volkov. 

Diego asintió —algo abrumado— ante las indicaciones del superintendente, el cual se subió al zeta y frenó al lado del ruso quien interrogaba a los esposados.

—Debo ir por Gustabo, quédate con Diego, Ivanov ya está llegando.

Sin dejar que Viktor responda, pisó el acelerador comenzando nuevamente con la persecución. Fue al 10-20 recientemente enviado por Torrente e interceptó a la segunda furgoneta antes de que pudiera avanzar.  

Bajó nuevamente del vehículo y apuntó a la par de Torrente y Danny. Solo había un conductor que fue esposado por José Luis, pero en la zona de carga no había más que una simples cajas.

—¡Joder! —bufó refregando su cara con frustración—. ¿Serjay? —preguntó por radio.

—Estamos procesando los detenidos de la camioneta de patente JK8 HC4, Rebeca se encuentra con nosotros —le informó el subinspector. 

Justin junto a Moussa se ocupaban del cuarto seguimiento. Jack les habló rápidamente por radio: 

—Leónidas, divisa cuantos conductores hay en el vehículo.

—10-4 supeh —hizo una pausa mientras un motor se escuchaba tras la línea—. Solo uno.

Era un patrón; cuando se trataba de dos conductores había un agente en las furgonetas correspondientes. Subió al zeta con desesperación esperando tener la razón y que sea la última persecución que tenía que hacer antes de llegar a su niño.

Horacio y Yuu eran los encargados del último seguimiento, y no tardó en ponerse en contacto con ellos: 

—Horacio, tu 10-20, ahora —ordenó arrancando el coche.

—Están dando la vuelta en Vespucci, casi los tenemos.

El mayor hizo caso omiso y se apresuró en ir a la ubicación de los dos agentes. Al llegar detrás de ellos, vio como la furgoneta tenía bastante agilidad para movilizarse entre las calles curvas. Sin embargo, él era el maldito Jack Conway, nadie en toda la ciudad podía joderlo y menos cuando se trataba de Gustabo.

Adelantó al par de oficiales y en un rápido y hábil movimiento pinchó con dos disparos las ruedas de la camioneta, la cual frenó sin llegar a provocar un choque. Yuu y Horacio aparcaron el coche mientras bajaban con las pistolas en mano y Conway imitó su acción.

Como anteriormente había hecho, dejó que sus agentes se encargaran de los gilipollas que conducían y se dedicó a abrir la zona de carga encontrándose a Gustabo igual que Diego; atado de manos mientras una cinta cubría su boca. 

Se precipitó a abalanzarse sobre el chico desatando sus manos y destapando su boca.

—Jack... —susurró el menor tembloroso mientras se aferraba al pecho del superintendente.

Lo abrazó con fuerza sintiendo las lagrimas de Gustabo mojando su camisa blanca. Separó al chico de él apenas unos centímetros para acunar su rostro entre sus manos y besarlo lentamente

—Estoy aquí, ya pasó. No dejaré que nada malo te pase.

Los músculos de Gustabo se aliviaron y después de esas horribles horas, pudo sentirse protegido en brazos de su hombre.

Los músculos de Gustabo se aliviaron y después de esas horribles horas, pudo sentirse protegido en brazos de su hombre

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es algo corto, lo sé,, pero tuvo ""acción"" ahre

la cosa es que tengo sueño y no quería dejarles sin capitulo hoy so,,

igualmente, a no preocuparse que mañana hay otro en recompensa.

les quiero guapxs, gracias por todo el apoyo y que tengan un hermoso día, tarde o noche. <3






𝐝𝐚𝐝𝐝𝐲 𝐢𝐬𝐬𝐮𝐞𝐬 ; intenaboWhere stories live. Discover now