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Entraron por las grandes puertas cristalinas del hospital el cual, como siempre, era un follón. Un doctor con un gran tatuaje de calavera plasmado en su rostro, se acercó a ellos.

—Buenas noches, señor Superintendente y señor Gustabo, ¿como puedo ayudarlos? —saludó con una sonrisa. 

—Buenas noches, Claudio —Conway le dirigió una mirada rápida al menor ¿Por qué lo conocía?

—¿Cual es la habitación de David García? —preguntó distante.

—Por aquí, señor —el doctor muerte los guió a través de los largos pasillos del hospital hasta llegar a una habitación con el numero 204 grabado en la puerta—. Cualquier inconveniente, presionad el botón rojo a un costado de la camilla.

—Gracias —agradeció Gustabo con una sonrisa.

—No hay problema, saluda a Horacio de mi parte —pidió Claudio—. Que tengan buena noche.

Sin más, Conway asintió y el doctor retomó su camino. El menor abrió la puerta del cuarto encontrándose con su padre descansando plácidamente sobre las blancas sabanas de la camilla. Se acercó a la misma y tomó asiento en un pequeño sofá. Jack prefirió cerrar la puerta y recargarse en esta admirando cada movimiento de Gustabo.

—Papá... —habló el chico tomando la fría mano de su padre—. Lamento esto. Prometo no volver a dejarte tanto tiempo solo. Lamento ser un mal hijo y dejar que cosas malas te pasen, lamento que mamá se haya ido por mi culpa, lamento todo.

Unas pequeñas lagrimas descendieron de los ojos de Gustabo quien se aferraba con fuerza a la mano de su padre. Sabía que una vez que el mismo esté consciente, no podría decirle todo esto. Su padre era la única familia que tenía, o eso creía el menor; quien no contaba con que Horacio, Emilio y hasta el propio Jack Conway iban a estar para él, suceda lo que suceda.

 Conway escuchaba atentamente las palabras del chico, y por primera vez en mucho tiempo, sintió remordimiento. No por David, claramente, pero ver a Gustabo de esa forma; tan solo, tan triste y sintiéndose tan culpable, lo hacía sentir una mierda. 

Jack siempre era muy lúcido ante sus actos, pero esta vez, algo le carcomía la cabeza; ¿por que cojones se preocupaba tanto por un crío de diecinueve años que apenas conocía? No tenia ni idea. Sin embargo, sentía la necesidad de protegerlo, de cuidarlo, de mantenerlo cerca para poder sentir todos los días esa calidez en su interior que solo lograba generar Gustabo. 

Realmente se sentía como un jodido adolescente con las hormonas alborotadas, pero a pesar de todo; ¿cual era el problema de sentirse así? Desde Julia, Conway no había encontrado alguien que generara en él ese lado de protección absoluta y ese sentimiento —poco demostrado— de alegría al tener al menor cerca.

Sabía que tenía que actuar conciencia; no obstante, quería dejarse ser, al menos, un poco.

Mientras Jack divagaba entre sus pensamientos, Gustabo solo se había mantenido en silencio observando a su padre, quien no había demostrado interés alguno en despertar. Por lo que se levantó del asiento y se dirigió hacia el Superintendente con una sonrisa algo afligida.

—¿Listo? —el chico de remera blanca asintió—. Muy bien, vámonos.

Salieron de la habitación caminando hacia el vestíbulo, y cuando estuvieron a punto de salir del hospital, Horacio se cruzó en su camino.

—¡Gustabo! —exclamó el chico abrazándolo—. Joder, me asustaste.

—Ya... —le correspondió soltando una risita. Miró de reojo a Conway quien lo miraba levantando una ceja—. El Superintendente me trajo hasta aquí a ver a mi padre.

—Oh, señor Superintendente lo había visto —Horacio se separó del menor y miró a su jefe con una sonrisa para luego volver la vista a su amigo—. ¿Necesitas que te lleve a tu casa o vienes a la mía antes de la fiesta? ¿Usted va, señor?

—A ti que coño te importa, crestitas —contestó de mala ostia ganándose una mirada molesta de parte de Gustabo. Suspiró con pesadez y respondió: —. No lo sé, depende que me salga de los huevos en el momento.

—En ese caso, señor Supernintendo. Me llevaré a Gustabo, si no le importa, y lo veremos allí. Que tenga usted una excelente noche.

Sin dejar que Jack le dé un porrazo por el apodo, Horacio arrastró rápidamente al ojiazul fuera del hospital.

—¡Coño suéltame! —se quejaba Gustabo tratando de zafarse del agarre sin éxito—. ¡Gracias, Superintendente! —gritó saludándolo con la mano a la distancia.

«Que críos» pensó Jack mirándolos mientras se alejaban antes de dirigirse a su carro. (...)

—Cuéntamelo todo —habló Horacio con emoción conduciendo con destino a su hogar. Pero de la boca del menor no salió ni una palabra; estaba enfadado. —Ya, no te enojes.

—¡No me has dejado ni despedirme, cabrón! —contestó molesto—. Y para colmo, le dijiste Supernintendo.

—¿Ha sido buena eh?

—Si la verdad que sí —ambos se miraron y estallaron en carcajadas. 

—¿Y para que me llevas a tu humilde morada? —preguntó Gustabo poniendo la emisora que escuchaban siempre en la radio del vehículo.

—Porque no quiero ir solo a lo de Volkov —contestó Horacio poniendo morritos.

—Pero, no tengo ropa. Eso significa... oh no.

—Oh si —exclamó Horacio con emoción—. Te vas a vestir a mi estilo.

—Que asco, macho. Tu ropa no es lo que yo suelo usar, ya lo sabes.

—Vamos a ver algo que te quede bien, tranquilízate, vas a quedar guapo para Conway.

Gustabo soló rodó los ojos y se sintió en la típica película Disney donde le cambian el estilo a la protagonista y todos se enamoran de ella. Rió ante sus estúpidos pensamientos y se dedicó a mirar por la ventanilla hasta llegar al moderno departamento donde vivía su amigo.

Me voy a poner a editar los capítulos de ayer porque siento que están fatal y probablemente haga unos pequeños arreglos de ortografía y gramática en los primeros tres

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Me voy a poner a editar los capítulos de ayer porque siento que están fatal y probablemente haga unos pequeños arreglos de ortografía y gramática en los primeros tres. Así que nada, más tarde los pueden releer si es que quieren y hoy (seguramente) haya una actualización más en este y en 'Los ángeles de Conway' que *momento spam* la pueden encontrar en mi perfil. 

Gracias por el apoyo, bonitxs <3




𝐝𝐚𝐝𝐝𝐲 𝐢𝐬𝐬𝐮𝐞𝐬 ; intenaboWhere stories live. Discover now