t w e n t y f o u r.

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Gustabo se encontraba plácidamente dormido en el sofá del despacho de Conway. Después de lo que había ocurrido hace apenas unas horas, no quiso despegarse de él. Por lo que mientras Jack ponía las cámaras en bucle y le daba de porrazos a los 'capullos' que quisieron secuestrar a su niño, Horacio se había quedado con él haciéndole mimos en el cabello.

Volkov llegó allí con un café entregándoselo al chico de cresta quien lo miró agradecido.

—Gracias —susurró tomándolo con su mano libre y dando un gran sorbo.

—¿Como está? —ambos mantenían un tono bajo por miedo de despertar al menor quien reposaba tranquilamente en las piernas de su amigo.

—Al parecer, no se ha inmutado de nada. Se le ve bastante fresco al pana.

El comisario rió levemente: —¿Y usted?

—Bien, solo estoy preocupado por Gusnabo.

—Se nota que son buenos amigos —sonrió ladino el ruso.

—Al igual que usted con Conway —le devolvió la sonrisa antes de beber otro sorbo de café.

—Si, tal vez —se encogió de hombros recargándose en el respaldo—. Últimamente tengo la sensación de que cuenta más con Ivanov que conmigo, ¿me entiende?

El chico de cresta asintió: —¿Y por qué piensa eso?

—Yo tuve que preguntarle si sentía algo por Gustabo, mientras que a Ivanov se lo planteó él mismo. No quiero ser celoso —se rascó la nuca nervioso mientras reía y un leve sonrojo se adueñaba de sus mejillas—. Es solo que somos un grupo, y no quiero perder eso.

Horacio pudo ver después de todo este tiempo la vulnerabilidad en los ojos de Viktor; no solía mostrarse así, pero tal vez el arduo trabajo de hoy lo había llevado a la deriva. Crestitas sacó la mano del cabello de Gustabo y la posicionó sobre la de Volkov, quien lo miró fijamente.

—Imagino que está usted demasiado cansado como para decir esas cosas, Volkov —le sonrió—. Sabe que el abuelo le tiene mucho aprecio y siempre cuenta con usted. Los quiere a ambos, aunque no lo diga. Pero tras esa cara de querer darle porrazos a todo el mundo, se nota que está agradecido con ustedes por todo; son sus únicos amigos y siempre fueron ustedes tres juntos. Le aseguro que bajo el mando de Conway, nada los va a separar.

Viktor se quedó unos segundos analizando las recientes palabras de Horacio para luego sonreír y entrelazar sus manos que anteriormente se rozaban: —Gracias, Horacio.

El chico sintió una explosión de felicidad en su interior y pudo notar como el calor comenzaba a hacerse presente en sus mejillas. En ese momento, un desaliñado Conway cruzó la puerta del lugar.

—¿Que hacéis mariconettis?

—Sh —ambos chicos le pidieron silencio señalando a Gustabo quien se acomodaba nuevamente en las piernas de Horacio.

—¿Ya está todo? —preguntó Volkov poniéndose de pie.

—Afirmativo. Torrente, Serjay, e Ivanov los están llevando a la federal.

—E imagino que usted le dio porrazos.

—¿Tú que crees, capullo? —se señaló a si mismo haciendo notar su aspecto—. Venga, voy a llevar a Gustabo a casa, ya podéis iros.

—10-4 —respondieron al unisono.

Horacio se levantaba delicadamente del sofá buscando no despertar a Gustabo, pero fue imposible al ver como el menor se despertaba poco a poco.

𝐝𝐚𝐝𝐝𝐲 𝐢𝐬𝐬𝐮𝐞𝐬 ; intenaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora