S.B, J.P, R.L, P.P.

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S.B, J.P, R.L, P.P.

-Perdónenme, pero este es nuestro compartimiento –dijo Sirius, entrando a su puesto usual en el Expreso de Hogwarts. Un par de Hufflepuffs de primer año se les habían adelantado y se encontraban de pie en las bancas, intentando colocar sus cosas en los portaequipajes.

Uno de ellos miró al otro.

-Perdón, pero no vi el letrero de reservación en la puerta ni nada –bramó de manera descortés.

-Sí –dijo el otro- No es como si tenga sus nombres, ¿o sí?

Sirius alzó sus cejas.

-Podemos ir a buscar otro compartimiento, hay uno justo allá que está vacío –dijo Peter desde atrás de Sirius.

-¡De ninguna manera! –Dijo James- Este es nuestro compartimiento, ¡nos sentamos aquí cada vez que viajamos en el tren! –Se abrió paso para mirar sobre el hombro de Sirius- ¡Salgan de aquí, pequeños pelagatos!

Los ojos de uno de los chicos se abrieron como platos.

-Es James Potter –dijo, reconociendo a James y dándole codazos al otro.

-Wow, James Potter –susurró el otro.

-Sí, soy yo, ¿y qué? –preguntó James.

-Te vi en el partido de ayer, estuviste fantástico –dijo el segundo chico.

-Sí –dijo el primero- ¡Estuviste genial! Desearía estar en Gryffindor para poder jugar en tu equipo de Quidditch el año que viene. Mi mamá me comprará una escoba por mi cumpleaños, o al menos dijo que lo haría... Y haré las pruebas en septiembre, y...

-Excelente –dijo James, desinteresadamente- Miren, ¿podemos quedarnos con el compartimiento?

Los chicos intercambiaron miradas dudosas.

-Bueno, como dije, no tiene sus nombres ni nada –dijo el segundo chico, hesitando.

Sirius se abrió paso en el compartimiento, sacando su varita de su bolsillo.

-¿Quieres nuestros jodidos nombres en el compartimiento? –demandó- ¡Entonces pondré los nombres!

Remus miraba por encima de los hombros de James y Peter.

-Sirius... No...

Pero ya Sirius se había inclinado y agitado su varita alrededor del lugar.

Scelero! –dijo y, con la punta de su varita, escribió las letras S.B, J.P, R.L, P.P. en la pared bajo la ventana- Listo, ahí lo tienen, nuestros nombres están en el compartimiento. Ahora largo de aquí, los dos, antes de que los marque a ustedes también.

Los de primer año tenían los ojos muy abiertos mientras se apresuraban a tomar sus cosas. Ver los diferentes desastres que había hecho en Hogwarts era garantía suficiente para ellos saber que Sirius Black no era una influencia a la que querrían molestar.

Remus tomaba el tabique de su nariz entre sus dedos.

-No puedo creer que hicieras eso –murmuró mientras se instalaban en el recién conquistado vagón.

-Pequeñas sabandijas –dijo Sirius, negando con la cabeza.

James estaba riendo a carcajadas.

-Fueron bastante tercos. ¿Viste sus caras cuando sacaste tu varita? ¡A punto de hacer ranas de chocolates en su calzones!

Sirius explotó en carcajadas.

-¿Es realmente importante que nos sentemos en el mismo compartimiento cada vez que estemos en el tren? –preguntó Remus.

Los Merodeadores: Segundo AñoWhere stories live. Discover now