EXTASIS, Interrumpidos

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EXTASIS, Interrumpidos

La mañana de los EXTASIS llegó más rápido de lo que ningún estudiante de séptimo año hubiese soñado nunca. Habían estudiado y estudiado y aún así no había casi nadie que se sintiera completamente preparado para el examen. Bilius Weasley era un manojo de nervios y emociones, caminando de un lado al otro en la sala común de Gryffindor, con sus túnicas hechas un revoltijo mientras continuaba arrancándose el cabello de la cabeza mientras hablaba nerviosamente, murmurando para sí mismo todo lo que tenía que recordar una y otra vez.

Todos en la sala común estuvieron más que aliviados cuando Derek finalmente tomó a Bilius por los hombros e insistió que bajaran al Gran Comedor, donde se levaría a cabo el examen, para conseguir un bueno lugar en el frente.

Sirius miró a James.

-Si me pongo así de nervioso con los EXTASIS, por favor golpéame con un aturdidor y déjame en una esquina.

James asintió.

-Absolutamente, lo haré. Lo juro.

Los estudiantes más jóvenes tendrían sus exámenes en la mañana después del desayuno, seguidos de los TIMOS de quinto año en la tarde. James estaba agradecido por la noche extra para estudiar (especialmente por haber estado tan distraídos por la ansiedad de Bilius Weasley como para haber podido estudiar mucho antes).

-Relájate, ¿quieres? –suplicó Derek. Empujó a Bilius a un asiento frente a un escritorio- Harás que te dé un ataque.

Bilius pasaba la varita entre sus dedos, incapaz de sentarse completamente quieto, un pie golpeteando inquietamente el suelo.

-No puedo evitarlo, amigo, es nuestro futuro, ¿sabes? Esto determina que podemos y qué no podemos hacer por el resto de nuestras vidas.

-A la Resistencia no le interesa tus notas en los EXTASIS, Bil –dijo Derek encogiéndose de hombros. Esa era la razón por la que él, al menos, no estaba tan nervioso como Bilius y otros estudiantes de séptimo año. Varios de los Ravenclaws ya estaban en el Gran Comedor cuando ellos bajaron, todos reunidos en grupo al frente, sumergidos en sus libros para un repaso de último minuto. Derek se sentó (más inclinado que sentado) sobre su escritorio, mirando a Bilius- Nosotros ya estamos dentro de la Resistencia.

-Sí, eso es bueno y toda la cosa pero, ¿qué me dices de cuando Voldemort sea derrotado? ¿Qué quieres hacer luego de eso? –preguntó Bilius.

Derek se encogió de hombros. Honestamente, no había pensado en eso en tanto tiempo que ya no estaba seguro de lo que quería.

-No sé, Bil, después veré.

-¿Qué pasó con tus dragones? ¿Eh? –preguntó Bilius con gentileza.

Hubo un tiempo en el que había estado interesado en Magizoología, especialmente en captura y entrenamiento de dragones, pero lo olvidó en el momento en que sus padres se fueron. Había parecido un deseo infantil de alguna manera y él había madurado casi instantáneamente esa noche, dejando atrás muchas ambiciones y sueños que alguna vez había tenido, reemplazados por el deseo de buscar y destruir a Lord Voldemort por venganza. Había estado tan obsesionado con la idea de la Resistencia ese último año que había dedicado poco tiempo a cualquier otra pasión.

Derek se encogió de hombros.

-Amigo, hay una vida esperando por nosotros luego de la muerte de Voldemort –dijo Bilius.

-Sí, lo sé –dijo Derek-Pero primero lo primero.

Bilius suspiró.

-Para que conste, creo que serías un Magizoologista increíble, Derek. No puedes rendirte con eso.

Los Merodeadores: Segundo AñoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant