Jugadas Sucias

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Jugadas Sucias

Quidditch en el invierno era la parte que James menos disfrutaba de estar en el equipo. Decidió eso cuando se despertó una mañana, temblando mientras se ponía sus túnicas de Quidditch, sintiendo tanto frío que apenas podía mover sus dedos para cerrar los botones. La ventana mostraba un día grisáceo y abismal en los terrenos mientras una ligera llovizna golpeaba el vidrio. Se aseguró de llevar los guantes de cuero que su padre le regalado y se colocó dos pares de calcetines antes de ponerse los zapatos. Lily estaba en la sala común, ya vestida con sus túnicas de Quidditch, sentada en un sofá cerca de la chimenea, leyendo un libro. Alzó la mirada cuando James bajó por las escaleras, con la punta del guante entre sus dientes mientras los ajustaba en su muñeca para evitar que se cayeran. La escoba de Lily estaba sobre la mesa. James posó su escoba junto a la de ella y se sentó en el sofá al mismo tiempo que ella retomaba su lectura.

Derek había demandado que todos se levantaran temprano en la mañana del partido, el cual sería contra Slytherin, ya que él quería asegurarse de que tendrían tiempo suficiente para repasar las estrategias en los vestidores antes del partido. James miró el reloj y se preguntó si Lily y él habían estado más temprano de los que Derek tenía pensado –dado que no había nadie más en la sala.

-¿Alguna señal de que alguien más se haya despertado en el dormitorio de chicos? –preguntó Lily, alzando la vista mientras pasaba la página del libro que estaba leyendo.

-No que yo escuchara –respondió James.

Lily volvió a mirar su libro.

James la estudió por un momento.

-Así que Remus te contó sobre su... cosa, me dijeron -comentó él después de un largo momento.

Ella asintió con la cabeza sin mirarlo.

-¿Qué opinas sobre eso? –preguntó él.

Lily alzó un dedo, sus labios gestionando las palabras de la página que estaba leyendo hasta que llegó al final del párrafo, luego presionó un dedo contra el lugar en la página en la que había quedado y miró a James.

-¿Qué opino sobre eso? ¿A qué te refieres?

James se encogió de hombros.

-Digo que... Bueno, seguramente tienes algún pensamiento o... O una opinión.

Lily frunció el ceño, pensando, y luego respondió:

-Creo que ya entiendo por qué Remus fue seleccionado en Gryffindor en lugar de Ravenclaw –sus verdes ojos se veían incluso más verdes con esa tenue luz, si aquello era posible, pero oscuros como un bosque en lugar de su usual color verde botella. Corrió sus dedos por las esquinas de su libro de manera pensativa.

-Sí –concordó James- Supongo que se necesitan montones de coraje para ser Remus Lupin –asintió.

-¿Desde cuándo lo saben ustedes? –preguntó Lily.

-Él nos dijo el año pasado. Hace casi un año, supongo... Caray, ha sido un año rápido –se rascó la nuca pensativamente- Sirius lo descubrió y lo... Lo confrontó para que le contara la verdad.

Lily parecía en shock.

-Sí. Confrontar a un hombre lobo. Supongo que nadie se pregunta por qué Sirius fue seleccionado en Gryffindor, ¿eh? –bromeó James. Sonrió y Lily notó por primera vez que su sonrisa era un poco torcida, la comisura de sus labios se alzaba más en un lado que en otro, y tenía el surco de un pequeño hoyuelo en una de sus mejillas. Sus profundos ojos café reflejaban levemente el fuego y por un momento Lily pudo ver por qué Alice Bell y las demás decían que James Potter era atractivo. Pero luego, él añadió:- Yo tampoco le tengo miedo, por supuesto... Dado que soy tan Gryffindor como cualquiera de ellos... -su voz estaba llena de esa estrepitosa y egocéntrica confianza que Lily tanto odiaba.

Los Merodeadores: Segundo AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora