R. O. T. B. A. S. |4|

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Tanto Leng Shaoting como Gu Ning pidieron una taza de café; sin embargo, Xin Bei y Cao Wenxin aún no eran una pareja, pero se querían, así que fue un poco vergonzoso cuando se sentaron juntos.

-Señor, ¿Qué quiere beber? ¿Café, agua, té o jugo? —la azafata puso una hermosa sonrisa.

Xin Bei levantó la cabeza, pero no para mirar a la azafata. 

-Té por favor —dijo echando un vistazo a las bebidas en el carrito.

-Claro, por favor espere un segundo —dijo la azafata, luego fue a preparar una taza de té para Xin Bei. 

-¿Qué quieres beber? —Xin Bei le preguntó a Cao Wenxin de repente.

Al ver eso, la azafata se sorprendió un poco de que se conocieran y se preguntó cuál sería su relación; sin embargo, dado que Xin Bei no estaba solo, no seguiría entablando una conversación con él.

-Café por favor —dijo Cao Wenxin.

Después de eso, Xin Bei le dijo a la azafata que preparara una taza de café para Cao Wenxin.

La azafata dejó de mirar a Xin Bei y se fue más tarde.

Cuando las dos azafatas finalmente tuvieron un descanso, hablaron sobre lo que habían pasado y ambas suspiraron con tristeza. 

-¿Por qué otras azafatas pueden encontrarse fácilmente con un novio rico en un avión, pero es tan difícil para nosotras! —dijo una azafata.

-¡Exactamente! No somos feas ni gordas, y hay muchos hombres ricos en un avión desde la capital hasta la Ciudad B, pero ninguno de ellos nos echa un vistazo, excepto aquellos que buscan una amante o una aventura de una noche. —otra dijo sintiéndose muy triste.

-Creo que probablemente se deba a nuestro trabajo, siempre volamos de una ciudad a otra y apenas tenemos tiempo libre; si algún hombre quiere tener una novia como nosotras, tendrían que tolerar nuestra frecuente ausencia.

-¿Qué debemos hacer? ¿Tenemos que permanecer solteras y solas para siempre?

-¡Quién sabe!

En la capital, Jiang Ruiqin estaba leyendo documentos en la compañía de su familia.

De repente, recibió la llamada de su padre y escuchó las malas noticias de que su abuelo se había desmayado y se dirigía al Hospital General Militar; después de escuchar las noticias, Jiang Ruiqin abandonó la empresa a toda prisa.

La familia Jiang también llamó al Maestro Leng y al Maestro Xu, porque eran los viejos amigos cercanos de Jiang Zhongyu; un hombre anciano podría estar en gran peligro una vez que se enferma.

Cuando el Maestro Leng escuchó esta noticia, fue al Hospital General Militar de inmediato, llevando una botella de cristales de poder que Gu Ning le había dado.

Leng Shaoting le había dicho que este medicamento era muy efectivo, mientras el paciente aún estuviera vivo, una píldora podría salvarle la vida; después de todo, este medicamento había curado a una persona con enfermedad cardíaca y a una persona cuyas piernas habían sufrido daños durante mucho tiempo.

Aunque el Maestro Leng pensó que era demasiado increíble, se volvió mucho más saludable después de tomar solo dos píldoras.

Como su viejo amigo estaba en peligro ahora, sintió que debía compartir esta medicina mágica con el Maestro Jiang, sin importar si era realmente útil o no.

Cuando Jiang Ruiqin llegó, Jiang Zhongyu ya había sido enviado a la sala de examen; su padre, que se llamaba Jiang Zhengguo, y su madre también estaban allí, junto con su tío, Jiang Zhenghua y su tía. 

Todos parecían preocupados.

-¿Por qué el abuelo se desmayó de repente? —Jiang Ruiqin preguntó en el momento en que llegó.

-No vimos ningún síntoma, tu abuelo se desmayó sin previo aviso —dijo Jiang Zhengguo, frunciendo el ceño. 

El Maestro Jiang siempre estuvo sano, y ninguno de la familia Jiang hubiera esperado que se desmayara de repente.

-¿Cuánto tiempo ha estado el abuelo allí? —Jiang Ruiqin preguntó de nuevo.

-Dos o tres minutos —dijo Jiang Zhengguo.

Después de un rato, el Maestro Leng llegó y preguntó con ansiedad: 

-¿Qué pasó?

-Todavía no conocemos la causa, porque mi padre parecía estar bien y luego se desmayó el siguiente segundo, para nuestra sorpresa —dijo Jiang Zhengguo.

El Maestro Leng sacó la botella de cristales de poder sin demora y se la dio a Jiang Zhengguo. 

-Ve a comprobar la condición de tu padre ahora mismo, no importa cómo esté, ayúdelo a tomar una píldora; este medicamento se derretirá una vez que se lo ponga en la boca, por lo que no debe preocuparse de que no pueda tragárselo... 

Antes de que el Maestro Leng pudiera terminar, se abrió la puerta de la sala de examen y corrió hacia delante de inmediato.

-¿Cómo esta él ahora? —el maestro Leng preguntó con prisa.

Los médicos que llevaron a cabo el examen de Jiang Zhongyu eran todos expertos principales en el Hospital General Militar, incluido el subdirector.

Cuando el subdirector del hospital vio al Maestro Leng, se sorprendió y respondió con gran respeto. 

-Maestro Leng, el maestro Jiang tiene una trombosis cerebral[1] y ahora está en gran peligro, planeamos llevar a cabo la cirugía de inmediato.

-Zhengguo, Zhenghua, si confían en mí, ayuda a tu padre a tomar esta píldora primero; podemos esperar unos minutos y creo que probablemente estará en mejores condiciones. —el Maestro Leng miró a Jiang Zhengguo y Jiang Zhenghua.

Aunque el Maestro Jiang estaba en gran peligro ahora, los médicos tardaron varios minutos en prepararse para la cirugía de todos modos.

-Confío en ti —dijo Jiang Zhengguo. 

Aunque todavía estaba muy preocupado, creía que el Maestro Leng no le mentiría.

-Yo también —dijo Jiang Zhenghua.

Como el Maestro Leng dijo eso, el subdirector no se atrevió a detenerlo, pero continuaron preparándose para la cirugía según lo planeado.

Después, Jiang Zhengguo tomó la botella de medicina y el grupo entró en la sala de examen; Jiang Zhengguo sacó un cristal de poder de inmediato y lo puso en la boca de Jiang Zhongyu. 

Se derritió en el momento en que se puso dentro.

En dos minutos, las arterias cerebrales en la cabeza de Jiang Zhongyu se aclararon gradualmente y la sangre comenzó a fluir también, lo que sorprendió al subdirector que observaba el equipo médico.

-Wow, e-esto... —el subdirector no sabía qué decir debido a la gran conmoción.

-¿Que pasó? —el maestro Leng y los demás preguntaron con ansiedad.

-Las arterias cerebrales se están aclarando y la sangre está comenzando a fluir —el subdirector respiró hondo y dijo con entusiasmo.

-¿Está mejorando mi padre? —Jiang Zhenghua preguntó con incertidumbre y anticipación.

-¡Si! ¡Es muy increíble!  —el subdirector estaba asombrado, porque nunca había visto esto antes— Creo que no hay necesidad de hacer la cirugía, pero el Maestro Jiang aún necesita permanecer en el hospital por un par de días.

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[1] Una trombosis cerebral es la presencia de un coágulo de sangre en los senos venosos durales, que drenan la sangre del cerebro.