04. El ladilloso y los acosadores

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—Ah puesto la gallina un huevo, Sana. ¡Vamos a salir de esta guachafa ya mismo! —exclamó una voz cercana.

Jimin tenía rato escuchando los murmullos de una acalorada conversación, sin prestar ninguna atención, más allá del aturdimiento de ocasionales gritos.

Al menos, hasta que sin darse cuenta, la conversación se trasladó a la mesa donde estaba desayunando, dejándolo sin más remedio que dejar de ver su arepa para prestar atención a los dueños de esos chillidos, ahora parados frente a él, observándolo, y esperando una respuesta.

—¿Chamo, de casualidad, será que tú eres gay?

—¿Ah? —balbuceó Jimin, con arepa en la boca y confundido.

—Que si eres gay, homosexual, marico, si te gusta que te rompan el chiquito, o en su defecto romperlo tú, si saltaste la talanquera o naciste del otro lado —preguntó la otra voz, una chica—. Eso.

Jimin se tomó un segundo para analizar bien al par de fastidiosos que venían a interrumpir su desayuno, antes de responderles.

Ambos eran de camisa beige, como Jimin. La para nada indiscreta chica tenía una falda demasiado corta, como si no la hubiese cambiado desde primer año, y una pollinita que se le pegaba a la frente por el sudor. El chamo, por otro lado, llevaba su uniforme como si recién hubiese salido de su casa. Jimin estaba casi seguro de haberlo visto en su sección.

Jimin se quedó en silencio. Había salido de clase de química estresado y arrecho. Su compañero, tal como había declarado, no lo había ayudado ni a escribir. Había pasado toda la clase lanzando taquitos, y ni siquiera le dirigió la palabra cuando se levantó, entrego la hoja y se perdió por los pasillos.

Solo tenía dos días en el colegio, y ya sentía que la diferencia con su liceo anterior no sería tanta, al menos no de parte de sus compañeros. Exceptuando que los niños ricos no dañaban la propiedad escolar, eran la misma mierda desinteresada y saboteadora de antes.

Solo quería un poco de paz y tranquilidad.

Era claro que no la iba a obtener.

—¿Y eso importa más o menos por...? —respondió Jimin finalmente, con tono cortante.

—Cónchale Sana, te dije que no puedes ir por la vida acosando a la gente, pero tu nojose —la regaño el chamo, jalándola del brazo para llevársela.

Si había sido él el que había llegado gritando como loco y preguntando. ¿Acaso este chamo era marico?

—Mínimo eres bisexual —insistió la chama, aferrada como una columna al piso a pesar de los empujones de su amigo—. ¡Coño Taehyung, quédate quieto!

—¿Cómo lo sabes? —preguntó Jimin, dándole larga al asunto—. Pareces demasiado segura para ser alguien que nunca he visto en mi vida.

—Lo vi en el fuego —respondió la tal Sana, con la misma firmeza que había dicho cada palabra en toda la conversación—. El señor de la luz me dijo que te buscará.

Jimin no había entendido un coño de su madre. No estaba entendiendo nada desde que los dos locos esos habían aparecido, pero eso último tenía solo dos explicaciones: o la chama estaba metida en una secta, y tal vez Jimin debía salir corriendo, o la chama andaba en una voladora.

Por suerte, el amigo de Sana algo había entendido, y le había respondido por Jimin, no sin antes meterle un lepe que le despeinó toda la pollina.

—Versiaaa pero ¿viste que eres una estúpida? —exclamó el chamito—. Tanto gaimostrón te tiene la mente a trofiada. Anda pal psicólogo.

Sana le había metido un par de coñazos en respuesta al chico, pero en si no había dicho nada relevante, ni mostrado intensiones de irse. La determinación de Sana de obtener una respuesta parecía solo crecer con cada segundo.

El chamo miró a su amiga unos segundos, y suspiró resignado. —¿Entonces parchita o mango? —preguntó otra vez.

Jimin no los conocía de nada, pero sin duda, su par de acosadores eran muy amigos. No solo por la capacidad de entenderse con la mirada, sino porque parecían tener muchas cosas en común. Cómo mínimo, tenían en común lo metiches que eran.

Jimin se resignó también. No duro en el closet ni una semana. Que bolas.

—Si soy gay —confesó—, pero me gustaría saber porque la pregunta.

—Chamo es que no pegamos una—dijo Taehyung, metiéndose un pedazo de pan en la boca. Había sacado su desayuno del bolso y se había instalado a comer.

—Una amiga nos dijo que eras lindo —explicó Sana—. Solo somos demasiado metiches.

—No valeee —dijo Taehyung—. No somos metiches, era una preguntica chiquita, ¿verdad Jimin?

Como el silencio era gratis, Jimin se guardó todas sus opiniones. Tanto las de lo obviamente metiches que eran, como las de la auto-invitación que se hicieron a comer con él.

—Coño hasta te sabes su nombre —recalcó Sana.

—Ah puess, ¿es ilegal que me sepa el nombre si esta en mi salón? —le dijo Tae, haciéndole un gesto para que se sentará—. Hablando de eso, nosotros llegamos acá y no nos presentamos.

"A buena hora sé da cuenta" pensó.

—Sana y Taehyung —respondió Jimin—. Son de 4to y les gusta acosar gente. Mucho gusto, supongo.

—Yo no diría acosar —se defendió Sana, ignorando su sarcástica cortesía—. Yo diría que recolectamos información de una manera un poco demasiado directa.

—No te voy a decir quién es nuestra amiga, porque seguro le da pena —continuó Taehyung—, pero Jihyun te vio, y le gustaste, y le dijo a Sana, pero ella dijo "él es gay" y Jihyun le dijo "como lo sabes, apenas lo has visto una vez" y...

—Sí, Taehyung, creo que ya has hablado demasiado —cortó Sana—. Debería ir a hablar con ella, ya que lo dices.

—Sí... Será mejor que cortemos esto de raíz, así le dolerá menos —le dio la razón Taehyung—. Igual no es tu culpa, Jimin. A Jihyun siempre le pasa esto. De hecho me pareces una persona sensata. Nadie con cuatro dedos de frente querría una relación con un ser que sangra una vez al mes sin morir y le cuelgan 2 bolas de grasa del pecho. No te ofendas, Sana. No es contigo porque de todas formas tu ni tetas tienes... Espera, ¿Sana?

—Se acaba de ir —dijo Jimin, señalando a Sana que iba caminando.

—¡Pero no seas picada! —le gritó Taehyung. Sana le gritó algo en respuesta, que Taehyung pareció entender y Jimin no, pero de todas formas siguió caminando a toda prisa, dejando a Taehyung pegándole gritos.   

Mala Junta || BTSWhere stories live. Discover now