Epílogo

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—Taehyung si estás tan desesperado solo ve a buscarlo al aeropuerto y ya.

—Nada que ver. Ni que Yoongi no se supiera el camino hasta acá —dijo Taehyung, pero Jimin sabía que lo que decía no tenía nada que ver con lo que de verdad quería hacer.

Estaba viendo el partido, pero no estaba realmente ahí. Estaba en su mente, abrazando a Yoongi, o en un carro a Maiquetía, o Dios sabe dónde, pero no ahí.

—O sea, obviamente quiero ver a mi novio que tiene tres semanas fuera, pero, igual, llega dentro de unas horas. Y mientras puedo apoyar a mi amigo. No estoy nervioso. En lo absoluto.

Taehyung se revolvió en su asiento, demostrándole a Jimin que definitivamente se quería ir y definitivamente estaba nervioso. No era la primera vez que Taehyung pasaba tiempo sin ver a Yoongi, pero tampoco era la primera vez que Taehyung era dramático.

Jimin de 16 años, no hubiese apostado mucho por el éxito de Yoongi, pero Jimin de 22, luego de verlo tan apasionado y tan trabajador, no podía estar más que orgulloso.

Todavía recordaba el día cuando, de alguna forma u otra, Taehyung y Jimin habían logrado convencer a Yoongi de entrar a la universidad. Música, por supuesto. No esperaban tanto de él como para que estudiara una vaina que le supiera a culo profundamente. La abuela Min pagó los caros semestres de la UCAB creyendo que su nieto estaba estudiando ingeniería y prácticamente sufrió un infarto cuando Yoongi dejó la carrera al 5to semestre.

Jungkook, Nayeon y Hoseok, habían sido tan malditos que habían apostado cuando iba a durar. Hoseok tuvo cero fé y dijo un semestre. Jungkook fue un poco más gente y le dio 3. Nayeon dijo media carrera, y como cosa rara, fue ella quien la pegó.

Por un momento todos habían visto a Yoongi tan serio, que incluso habían olvidado la apuesta. Eso, hasta el día que Yoongi confesó que tenía dos meses sin ir a clases.

Nadie se metió con sus decisiones porque Yoongi no había dejado la universidad solo por hacerlo, si no que de verdad tenía un plan.

La música era la pasión de Yoongi y la universidad no era tan aborrecible como para dejarla. La verdadera razón por la que lo hizo era una chica mayor, a quien conoció en la universidad y con quien había conectado perfectamente para hacer música.

Uno de los primeros temas que hicieron juntos, se viralizó rápidamente en redes sociales. Poco a poco se fueron haciendo una fama, y luego, ambos dejaron la universidad para dedicarse a la música. De vez en cuando viajaban para hacer shows dentro del país. Esta vez, se había juntado con la grabación de su primer gran vídeo.

—¿Crees que puedan salir en el podcast o en mi canal?

—¿Vuelven los dos a Venezuela?

—No. Ella no vuelve aún. Pero tal vez luego. Después de la graduación.

La razón principal por la que Yoongi volvía, aún cuando no había terminado su trabajo del todo, era para asistir a la graduación de Taehyung, Nayeon y Sana. El equipo dinámico de casi licenciados en Comunicación Social, quienes después de 3 meses de pasantías en Venevisión, cada uno no veía la hora de salir corriendo de allí.

Para los tres, que tenían tan claro el siguiente paso en sus vidas, tener que cumplir horario de oficina para por fin recibir sus títulos había sido desesperante. Lo sentían como una pérdida de tiempo.

Nayeon, que siempre estaba un paso adelante, para los chismes y para los negocios, no podía hacer otra cosa que una eficaz emprendedora. Había empezado su proyecto de empresa cuando estaba en tercero de carrera y Hoseok estaba recién graduado de gastronomía. Su Food Truck ahora tenía 6 meses funcionando bajo la dirección de Hoseok. La economía y burocracia venezolana seguía siendo una mierda, pero Nayeon tenía la inteligencia y los contactos para no dejarse joder, y su negocio iba viento en popa.

Taehyung por su parte, había empezado su proyecto sin saberlo, hacía un par de años, cuando se había puesto a subir idioteces en TikTok. Le iba demasiado bien como para dudar que no se iba a dedicar de lleno a las redes sociales. Ahora tenía un podcast con Sana, como la mitad de la gente en ese país, solo que a ellos en serio les iba bien.

—Sólo estás buscando una excusa para decir en internet que la canción nueva también se trata de ti —dijo Jimin.

—¿Alo si? ¿Estoy hablando con tus celos? Dile a tu novio que haga algo lindo por ti, o qué sé yo.

Si Jimin de 16 hubiese apostado poco por Yoongi, por Jungkook no hubiese apostado nada. En su cabeza, todo el tema del béisbol era flojera y chancear diciendo que era pelotero.

Jimin de poca fe había sido asesinado por el éxito de ambos. En la universidad Jungkook había sido un fracaso, dejándola antes que el propio Yoongi, pero poco después se consiguió un trabajo en una escuela de béisbol, donde ahora se dedicaba a entrenar a los niños.

Al final, los únicos guevones que iban a trabajar de lo que estudiaron eran Jimin, que estaba estudiando ingeniería, y Jeongyeon, que estaba estudiando medicina.

—Taehyung estás acá viendo a niños jugar béisbol, sé que dijiste que me acompañarías, pero solo vete a esperar a Yoongi en el aeropuerto.

—¿Sí, verdad? Tienes razón —dijo, recogiendo sus cosas con la velocidad de un rayo—. Nos vemos el sábado.

***

Cuando la reunión para celebrar la graduación se terminó haciendo en casa de Jimin, fue como traer de regreso aquellos momentos felices de todas las tardes que pasaron en esa misma casa, echando carro, sin preocupaciones. Luego, las tardes como universitarios llorando por materias complicadas e inciertos futuros. Las navidades y los cumpleaños. Cualquier día sin planes específicos, que terminó en un "pero vente para casa de Jimin que estamos todos acá"...

—¡DESDE QUE ME FUI DE ESTA MIERDA PARECE UN GALLINERO!

Oh, sí. Al menos hasta que Suzy empezó a gritar que la casa estaba toda cochina.

Suzy le había dejado el pelero cuando Jimin apenas estaba en primer año de universidad. Era cuestión de tiempo que se mudara con Jackson, y consolidaran su matrimonio sin papeles. Claro que Suzy siempre venía a echarle un ojo, incluso si ya no lo necesitaba. Y a regañarlo por no tener la casa limpia (que honestamente, a veces si lo necesitaba).

—Valentina es un nombre bonito —sugirió Taehyung.

—Qué es eso chico —se quejó Jackson—. ¿No conseguias un nombre más puteado?

—¿Valeria?

—Guao, Taehyung, que creativo —ironizó Sana.

—¿Por qué discutimos nombres de todas formas? —preguntó Hoseok.

—Suzy está preñada —explicó Nayeon.

—¡QUÉ YO NO ESTOY PREÑADA! —gritó Suzy, desde la cocina.

—¡TIENES QUE ESTARLO! —gritó Jeongyeon—. ¡ESTO ES UNA REUNIÓN DE HOMOSEXUALES Y QUEREMOS SER TÍOS!

Jimin, ante la terrorífica idea de su hermana teniendo un hijo, prefirió no comentar. Necesitaba 5 años más para esa idea.

Mientras estaba parado en la ventana, Jungkook se le acercó.

—¿Valeria o Valentina? —le preguntó en voz baja.

—Danna —respondió Jimin—. A Suzy siempre le gustó Danna. Jackson lo sabe, y solo se divierte viendo a Taehyung y Jeongyeon discutir.

—¿Entonces todo está bien?

—Algo nostálgico, eso es todo.

Jungkook sonrió y le dio un beso en la nariz. Automáticamente escucho burlas de sus amigos.

—Mil años y todavía este peo —se quejó Jungkook.

—Y van a escucharlo hasta el día de mi muerte —dijo Yoongi—. ¿Tú sabes todo lo que tuvimos que aguantarnos mientras ustedes dos dejaban de ser unos idiotas?

Jimin rodó los ojos, y le dio un beso a Jungkook antes de retirarse a la cocina con su hermana y dejar a su novio aguantarse a sus amigos empezaban a echando sus cuentos más humillantes del liceo.

Nunca se los diría en voz alta, pero esperaba tener muchos momentos más juntos. 

Mala Junta || BTSWhere stories live. Discover now