26. Jimin, la planta eléctrica

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Jimin y Jungkook observaron la escena en silencio.

—¿Esto era parte del plan? —le preguntó Jimin a Jungkook.

—¡Para nada! —respondió él, muerto de la risa.

Sinceramente el único plan que había era chismosear y evitar que la cita de Taehyung se pusiera extremadamente intenso. De alguna forma, habían terminado dándole un empujón a Yoongi.

—Supongo que ahora nos vamos a nuestras casas a prender una vela y pedir porque este par por fin se haga novios —comentó Jimin.

—Dios te oiga.

Un momento de silencio se hizo entre los dos. Parados en medio del pasillo empezaban a estorbar. Jungkook estuvo a punto de proponerle a Jimin ir en serio a comer helado, pero antes de comentarlo revisó su teléfono para ver la hora y vio un mensaje de Soojin.

Soojin: ¿Vienes a mi casa?

El mensaje tenía más de media hora ahí, así que Jungkook se quedó pensando.

¿Si? Debería responder que sí. Jungkook lo pensó un momento y no quería irse. Quería ir por ese helado. Pero luego lo pensó otra vez y se dio cuenta que era tonto, obviamente tenía que ir con su jevita.

Le respondió con un mensaje rápido y luego le dijo a Jimin: —¿Nos vamos o qué?

***

Yoongi se tensó un poco cuando salieron del centro comercial. Es decir, suponía que tenía que darle una explicación a Taehyung. Pero este no se lo pidió. Una vez fuera, rápidamente le sacó conversación sobre otra cosa, y Yoongi le siguió la corriente de ignorarlo.

Al final, Yoongi se ofreció a acompañar a Taehyung a su casa. No era necesario, y Taehyung se lo dijo, pero Yoongi insistió.

Pasaron todo el camino conversando sobre otras cosas, hasta que estaban llegando a la casa.

—Gracias por sacarme de ahí —dijo Taehyung, tomándolo desprevenido—. No tengo ni idea de cómo lo supiste, pero me iba a volver loco.

—Los estúpidos de Jimin y Jungkook decidieron perseguirte —respondió Yoongi—. Y no tienes que dar las gracias. Realmente ya daba cringe ver como seguía insistiéndote. El favor se lo hice a él, no a ti.

—Pensé que si salía con él una vez, iba a dejar el fastidio —confesó—. Fue medio iluso de mi parte.

Taehyung paró de caminar, así que Yoongi asumió de que habían llegado a su casa. Era una zona de quintas muy bonita.

—¿Acá es? —preguntó Yoongi.

Taehyung asintió, pero no se despidió, ni sacó sus llaves, ni hizo amago de entrar.

Yoongi respiró profundo y se decidió. Chivo que se devuelve se esnuca, así que abrió su bolso, y sacó su cuaderno. Taehyung lo observó con curiosidad mientras rebuscaba entre las hojas del final, hasta que consiguió lo que buscaba, y arrancó y dobló un par de hojas.

—Toma —se las dio. Taehyung las tomó y trató de desdoblarlas para leer, pero Yoongi lo detuvo—. Léelo luego, por favor.

—¿Qué es? —preguntó.

—Una canción.

—¡¿La hiciste tú?! —exclamó Tae.

Yoongi asintió, rascándose la cabeza con vergüenza. Quería meter la cabeza dentro del piso como un avestruz.

—Pero no está completa. La voy a terminar, si quieres.

—¿La necesitas? Si la necesitas la leo, te doy mi opinión y te la llevas.

Mala Junta || BTSWo Geschichten leben. Entdecke jetzt