03. El más webon

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—TAEHYUNG SI ERES PEGA'O —gritó Sana, cuando termino de escuchar el relato de Taehyung.

Tae miró alrededor, temiendo que Sana hubiese llamado la atención de los demás, pero por suerte no había nadie cerca. Por eso Taehyung prefería hablar afuera de su salón, que afuera del salón de Sana. El salón de 4to A era mil veces más seguro que el de 4to B, donde estaban todo el día las ridículas del squad bp que vivían pendiente de un chisme.

—Ni siquiera tengo cuenta, Sana —se justificó Taehyung—. ¿Cómo me iba a mandar la plata?

—No sé, tal vez, solo tal vez, podías pedirme a mí la cuenta, no lo sé, ¿NO SE TE HABÍA OCURRIDO?

—No creo que te puedan pasar dólares en una cuenta ahorro de Banco Venezuela, Sana.

—Dios le da pan al que no tiene dientes, de pana que si —dijo Sana, mirando a Tae como si fuera todo lo que odiaba en el mundo—. Tengo una cuenta en dólares, Taehyung. De bolas no te estaba hablando de la cuenta del Venezuela.

—¿Ajá y cómo iba a saber yo que tú tienes una cuenta en dólares? ¿Me ves cara de qué? ¿Brujo?

—Te veo cara de un webon que no pide consejo antes de rechazar un regalo en dólares.

Taehyung, que conocía bien a su mejor amiga, decidió quedarse callado. Había decido contarle lo del regalo aun sabiendo que Sana lo iba a insultar por gafo. Tal vez si era demasiado gafo. Pero no estaba en su personalidad ir por allí chuleándose a los chamos, y mucho menos si no le gustaban.

Sana prosiguió con su reproche: —Ese marico está en Miami, montado, le sobran tanto los cobres que decide mandarle plata a un mariquito cuchi que conoció por instagram ¿y qué haces tú? Tú vas de gafo y le dices que no te mande nada, porque tú vives en Dubái y tienes tres Lamborghini.

—Aja y vuelvo y te repito, yo soy adivino o qué...

—Verga, es que provoca caerte a coñazos para que entiendas —dijo Sana, haciendo el gesto de pegarle—. Le hubieses dicho que te mandará algo en vez de la plata, no sé. En la vida hay que buscar manera y más cuando un tipo bello y con visa quiere ser tu sugar daddy.

—Es que lo de la plata empezó porque yo no quise aceptar el regalo ni pedirle nada — explicó Tae.

Sana se pasó las manos por el cabello a la vez que soltaba un quejido chillón.

—Dios, ¿por qué? —habló para sí misma, a la vez que dirigía su vista al techo—. ¿Por qué él y no yo? ¿Por qué yo le gusto a puros pelabolas si yo estoy pelando bolas? No importa si tengo que llevar más webo que un sartén. Yo ya estaría en Miami con el tipo y este niño... Este niño no lo soporto, dios. Mándame otro mejor amigo.

—¿Sana, nunca has pensado en ser actriz? —dijo Tae—. Se te da bien eso del drama, solo digo.

—Y tú deberías trabajar en una fábrica de pega, porque se te da bien eso de ser pegao.

—Además —continuó Tae, haciendo caso omiso a su comentario—, tienes que buscarte una sugar mommy, porque si te consigues un potencial sugar daddy y vomitas cuando te bese, no creo que eso te lleve a la vida de lujos que quieres.

—Coño Taehyung —dijo Sana, bajando la voz—. ¿Tú no sabes que no tienes que andar mencionando ese trágico episodio de mi vida en público?

Taehyung se alzó de hombros—. No puedo dejar morir ese momento.

Sana rodó los ojos.

—De todas formas, ¿por qué me estoy enterando de esto hoy? Tú cumpleaños fue hace más de una semana.

Mala Junta || BTSNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ