43. Playa y discusiones musicales

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Si Taehyung se tenía que describir como un buen novio, sin duda lo haría. 

Él estaba súper pendiente de Yoongi. Tan pendiente de Yoongi, cómo podía estar pendiente de si mismo. Tan pendiente de Yoongi, que a veces sentía que estaba más pendiente de Yoongi que él mismo Yoongi. Eso no era muy sano, lo sabía. Cuando llegaba a ese punto pasaba una semana sin estar pendiente de Yoongi porque no puedes estar tan pendiente de otra persona eso es enfermo. Luego se aburría y volvía a pararle bolas a Yoongi, pero con calma. Al rato estaba intenso otra vez, porque de todas formas era su primera relación, y debería tener derecho de ser un intenso, entonces se repetía el asunto hasta que se daba cuenta que tenía que calmarse y se perdía una semana para calmarse, pero luego el domingo le hacía una mega sorpresa a Yoongi porque también se sentía mal de no pararle bolas, y entonces...

En fin, Taehyung tenía cosas que mejorar. Estaba tratando de balancear el tema. Igual era un buen novio. De eso estaba seguro.

Una cosa que siempre tenía en cuenta Taehyung es que disfrutaba cuidar de Yoongi porque sabía que, aunque fuera de otra forma, él estaba siendo cuidado también.  

Donde Taehyung aportaba estabilidad, Yoongi aportaba la valentía de intentar cosas nuevas. 

Taehyung se sentía muy feliz.  

Ahora que iban a cumplir 4 meses, y que Yoongi contra todo pronóstico se había graduado, Taehyung pensó en hacerle un gran detalle. Un gran detalle para los dos. 

Un fin de semana romántico en la playa. 

Era una idea muy fácil de llevar a cabo, o eso pensó. Los padres de Taehyung tenían un apartamento en Higuerote, que si usaba sus buenas notas como excusa, quizás lograría que le prestarán. 

Obviamente tuvo que mentir y decir que iba con un par de amigos. Sus padres ya habían aceptado que su hijo era gay hace mucho, y como gracias a Tae se encargó de que Yoongi no apareciera por su casa vestido como vagabundo, también habían aceptado a Yoongi. Aún así, ningún padre era tan permisivo. O ciertamente, los de él no. Taehyung tuvo que meter a Jimin y a Jungkook en el paquete (de forma ficticia) y jalar, y jalar, y jalar bolas durante semanas, hasta que finalmente, su madre le dio el permiso.

"Confío en ti" dijo, mientras dejaba caer las llaves en su mano.  

Esas palabras le pesaron en la consciencia durante un par de días. Sus padres estaban haciendo un acto de buena fe al confiar en que su hijo, de apenas 17 años, tenía el suficiente nivel de responsabilidad de irse de viaje solo, 3 días, con sus amigos, y mantener todo en orden.

A pesar de eso, él les estaba mintiendo. 

Era un sentimiento horrible. 

El lunes cuando volvió a ver a Yoongi se le olvidó. 

Todos los adolescentes le mentían a sus padres alguna vez ¿verdad? Era cosa de la vida. 

El fin de semana que Taehyung siempre había soñado estaba tan cerca. 

Lástima que a Taehyung se le fue la lengua antes de invitar a Yoongi...

─¿Bueno pero qué es esa música? —se quejó Jungkook, desde la parte de atrás de la camioneta—. ¿Vamos a la playa o vamos a un entierro? Pon una vaina que los active, no joda, que lo que falta es que Hoseok se quede dormido con esa música.

Jeongyeon, medio dormida, le metió un manotazo a Jungkook por lo que acababa de decir, ya que la música que estaba sonando venía de su teléfono. 

Decir que iban apretados, era solo simplificar. Hoseok el conductor y Yoongi el copiloto probablemente iban cómodos, pero Jungkook y Jimin se habían llevado el peor pedazo del pastel, y les había tocado ir en el maletero, con el poco de bolsos encima.

Mala Junta || BTSWhere stories live. Discover now