Capítulo 40

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"Sí. Sí, quiero" Me lancé sobre él y nos besamos. Nos abrazamos y nos quedamos sentados a la orilla del lago, contemplando la luna. 

Hablamos de casarnos después de graduarme en la academia. Rei estuvo de acuerdo. 

Al día siguiente llamé a mi madre y al abuelo para contarles la noticia. Lo que me sorprendió es que los dos estaban contentos porque me hubiera comprometido. Yo pensé que a mama no le iba a gustar la idea de que me casara tan joven. 

"Mama... ¿Estás bien con que me case en tres años?"

"Sí. Cariño... la razón por la que no quería que te enamoraras es porque deseaba que encontraras a tu compañero destinado, pero parece que lo encontraste antes de lo que pensaba. Me alegro mucho por ti."

"Espera como sabes que nosotros somos... Rei ha hablado con vosotros, ¿Verdad?"

"Bueno... en realidad vino a pedir tu mano al abuelo y a Volh. ¡Va a ser un gran yerno!"

"Será... muchas gracias mama. Por apoyarme todos estos años..."

"Está bien. Tú eres lo que más quiero en el mundo. Solamente deseo que seas feliz."

Después de la conversación, me quedé más tranquila. Los padres de Rei también se pusieron muy contentos. La reina ya estaba empezando a pensar en como organizar la boda. No importó las veces que le dije que faltaban tres años. Solamente dijo que estas cosas hay que planearlas con tiempo. 

La noticia de que estaba comprometida con el tercer príncipe de Dranigo se extendió por todos los reinos. Las gemelas no dejaban de preguntarme quien de ellas sería la madrina, mientras que todos los nobles del campus no hacían más que intentar ganarse mi favor. 

El resto del año escolar fue muy tranquilo. Nadie volvió a molestarme y Rei y yo ya estábamos oficialmente comprometidos y viviendo juntos. 

Lo que me pareció realmente extraño es que el príncipe Karleston y Anastasia se habían distanciado. Ya no estaban juntos en todo momento y los rumores sobre ellos eran cada vez mayores. 

La verdad es que me importaba poco. Yo estaba en una nube de felicidad. Me daba igual lo que hicieran esos dos idiotas. El problema comenzó cuando el príncipe empezó a pegarse a mí. 

"Luana... ha sido un tiempo... quería disculparme por todo lo que te dije en el pasado."

Eso me sorprendió. No sabía que se proponía, pero no iba a caer. 

"Disculpe príncipe... ¿En que momento le di permiso para dirigirse a mí por mi primer nombre?"

Eso lo sorprendió. 

"Yo... solamente pensé que podríamos conocernos un poco mejor... quiero decir los dos somos príncipes y..."

"¿Y? Nosotros no tenemos ninguna relación amistosa, y sinceramente prefiero que siga de ese modo. Adiós" 

Después de ese día, hable con Rei para contárselo. La verdad es que se enfureció y quería ir a 'hablar' con él, pero le convencí para que se tranquilizara. Entonces empezó a enviarme regalos. Flores, bombones, peluches... yo no dejaba de devolverlos y decirle que me dejara en paz, pero no atendía a razones. También buscaba cualquier excusa para hablar conmigo. Yo siempre era seca y cortante, pero no se rendía. 

Un día estábamos en mi salón, con las mellizas y Rei hablando de la situación. El último de sus detalles era un enorme ramo de flores con una tarjeta dentro: mi corazón te pertenece. Quiero que me des la oportunidad de hacerte la mujer más feliz del planeta. Con todo el amor de mi corazón tu amante eterno Karl. PD: si aceptas mi amor, ve a esta dirección mañana por la noche y entrega la tarjeta al recepcionista. La hora es a las 19.00h. Te estaré esperando con impaciencia.

Reescribiendo mi propia historiaWhere stories live. Discover now