Capítulo 22

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Hoy era día de clases. Fui a cambiarme y bajé dirección a mi clase. Cuando estaba por el pasillo, una mano me agarró por detrás y me empujó a una clase vacía. Me giré para ver quien era y me encontré con Anastasia.

"¿Qué crees que estás haciendo?" Nunca pensé que tuviera las agallas para atacarme de frente.

"¿Quién eres? ¿Por qué nada es como en la novela? ¡Lo estás estropeando todo!"

La miré con sorpresa.

"¿Qué es exactamente lo que he estropeado? El ducado te pertenece y tienes al príncipe comiendo de tu mano, así que ¿Qué es exactamente lo que quieres?"

"¡Tienes que casarte con el príncipe Karleston y tienes que venir al ducado Delman!  ¡Ese es tu destino!"

"Mira señorita, en primer lugar; no me metería en un nido de serpientes voluntariamente. En segundo lugar, prefiero hacer voto de castidad antes que casarme con ese idiota. En tercer lugar nadie me dice lo que tengo que hacer." 

"Eres reencarnada, igual que yo. ¿Verdad? ¡Conoces la historia y sabes que es así! ¡Tienes que venir al ducado Delman, enamorarte de su majestad e intentar separarme de él!"

"Basta de tonterías. Soy una reencarnada, es cierto, pero eso no tiene nada que ver. Jamás, esté en donde este, permitiré que nadie me diga lo que tengo que hacer."

Entonces me miro con furia. Intentó golpearme, pero le cogí la mano y se la rompí. Ella grito y empezó a llorar. "Mira muñequita, puedo tolerar tus tonterías hasta cierto punto, pero vuelve a intentar tocarme y no me conformaré con romperte la mano. Te la cortaré y dejaré que las bestias salvajes se la coman."

"¡Todo debería ser mío! ¡Todo! ¡Este mundo me pertenece! ¡El ducado Kirkvarb debería ser mío! ¡El tercer príncipe de Dranigo debería estar enamorado de mí! ¡¿Por qué lo has estropeado todo?!"

Ya me canse de sus tonterías. Ya conocía su forma de pensar desde hace tiempo, ¡Pero que tuviera las agallas de decírmelo en mi cara! Tiene que tener un grave problema mental. 

"Yo no he estropeado nada. Lo has hecho tu sola. Has permitido que tu avaricia guíe tu vida. No existe nadie en el mundo que pueda decirnos que camino decidimos tomar, como vivir nuestras vidas. Tú te obsesionaste por algo que no te pertenecía e intentaste robarlo"

"¡NO! ¡Yo solo reclamé lo que era mío! ¡Yo nací para triunfar! ¡No importa que sea en esta o en cualquier vida!"

Estuve tentada a preguntarle quien era en su anterior vida, pero viendo su reacción y sus gustos caros; seguramente era hija de alguna persona poderosa. Realmente me daba igual, siempre que dejara de molestarme. 

"¡Te ordeno que vengas al ducado Delman! ¡Si no te juro que tú y tu madre se arrepentirán!"

Ahora sí que reaccioné. Sin tiempo a que se moviera, me lancé sobre ella y la agarré por el cuello. Puedo aguantar muchas de sus idioteces, pero que amenace a mi familia, no.

"Vuelve a amenazar a mi familia y no habrá ninguna piedra en este mundo lo suficiente grande como para que te encuentre y cuando lo haga" dejé que viera la muerte en mis ojos "Te haré suplicar por la muerte" Y la solté. Se quedó petrificada.

"Quien... quien eres..." 

"Eso no es de tu incumbencia. Deja de meterte con las personas que quiero y tal vez te deje vivir. Es tu elección"

La dejé en el suelo y me fui a mi aula. 

El resto del día ocurrió sin incidentes. Al parecer no quiso enfrentarse mucho más a mí, de modo que fingió que estaba enferma y no vino el resto del día.

Cuando terminaron las clases me dirigí a la capital. Deseaba quitarme el mal humor que llevaba. Rei estaba fuera y le echaba de menos. Añadido a la discusión matutina... no deseaba estar cerca de nadie.

Mientras paseaba, sentí una presencia que me seguía. No pude identificarla ni a ella ni su poder. Eso me extrañó. Saqué mi puñal del vacío y lo guardé debajo de mi manga. Me dirigí a un rincón en el que había privacidad y distintas rutas de escape.

"Luana Kirkvab Vander, o mejor dicho, señorita Blake. He pasado mucho tiempo esperando su llegada."

Eso me sorprendió. Era la primera vez, desde que llegué a este mundo, que alguien conocía mi secreto. Me quedé mirando al extraño. Llevaba una capucha negra que le cubría gran parte de la cara. Solamente pude identificar, por la voz, que era un hombre.

"¿Quién eres?"

"Ja, ja, ja después de tanto tiempo... ¿Te olvidaste de mí?"

Eso sí que me extrañó. "¿De qué me conoces?"

Se comenzó a desvanecer, pero no antes de decirme sus palabras a través del viento.

"El juego solo acaba de empezar, Blake. Vas a pagar lo que me hiciste. No te preocupes te ayudaré a recordarme" y entonces se desvaneció en el aire.

Un escalofrío me recorrió la columna. No tenía ni idea de quien podía ser, pero por sus palabras seguramente fue alguien a quien maté en mi vida pasada. ¿Cómo llegó aquí? No tenía ni idea.  Lo que si sabía es que si fue una de mis víctimas y conocía mi reencarnación y como encontrarme, es que es alguien poderoso y peligroso. 

En primer lugar, contacté con mi familia y les apresuré a que aumentaran la guardia. Les puse la amenaza del príncipe de Terrania como excusa. También alerté para que los escuadrones incrementaran sus entrenamientos porque era posible que fueran necesarios en un futuro próximo. Me faltaban tres comandantes: tierra, agua y fuego. De momento, estos estaban siendo adiestrados por soldados retirados de combate que contraté; pero debía encontrar un comandante para cada escuadrón pronto. El escuadrón élite eran dirigidos por mí, de modo que por el momento solo lo formaban las mellizas. 

No había tiempo que perder. Tenía que descubrir quién era ese sujeto y pronto. Mis instintos me decían que era muy peligroso y que si no lo paraba pronto, tendríamos un serio problema.

Reescribiendo mi propia historiaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum