Capítulo 6

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Después de la ceremonia, mama llamó inmediatamente a un médico. Ellos no sabían de mi constitución y al tener tanto poder dentro de mí, pensaban que podría ser perjudicial para mi salud. 

El médico le aseguró que yo estaba en perfectas condiciones, y que al parecer mi cuerpo se había adaptado al poder. El abuelo, por otra parte, avisó a mi maestro de magia y le pidió que cuidara de mí y que me tuviera vigilada.

Todos en la mansión estaban sorprendidos. Los empleados humanos, que ya me tenían miedo, decidieron renunciar. Yo nunca los había maltratado y siempre les traté con respeto, pero parece que no deseaban tratar con un monstruo. Mama decidió contratar a nuevos empleados. Durante las entrevistas, se aseguraba que estos no tuvieran prejuicios en mi contra. Nunca, en mis dos vidas, había tenido a una familia tan amable y cariñosa. Puede que en el pasado fuera una dura asesina, pero incluso yo deseo encontrar calidez en el hogar. 

Estaba recostada en mi cama cuando todos los sucesos de la fiesta aparecieron en mi mente. En primer lugar recordé los ojos de mi padre y mi hermanastra. Era evidente la codicia, el odio y los celos que se mostraban en ellos, pero después de ver como actuaron no me preocupan lo más mínimo. Son un par de tontos creídos que sobrestiman sus propias habilidades. La que realmente pude darme problemas era su esposa. Aunque no actuó en la fiesta, su mirada era cruel y calculadora. He visto ese rostro muchas veces en mis clientes anteriores. Esos son los peores. Personas que aparentan ser dulces y que golpean por la espalda. 

De pronto otra imagen me vino de pronto a la cabeza. Un aura tan poderosa que casi me puso de rodillas. Cuando me giré para mirar a los ojos del responsable, advertí que estaban brillando y que había una sonrisa traviesa. Puro deseo de posesión. Eso fue lo que advertí y si puedo ser sincera conmigo misma, no me molestaba. Pero en estos momentos no quise profundizar en esas extrañas emociones. Ahora había asuntos más importantes.

"Mamá, puedo ir a la ciudad?" Había algo que tenía que hacer.

"Cariño, ahora no puedo ir. ¿Quieres que vayamos mañana?"

"Es que hay algo que quiero hacer hoy. ¿Sería posible que fuera con algunos de los caballeros del abuelo?"

"Está bien, hablaré con el abuelo"

"Gracias mama, te quiero"

El abuelo asignó a tres de sus mejores caballeros y preparamos un carruaje para ir a la ciudad.

La realidad es que fui a la ciudad con la excusa de comprarles un par de regalos sorpresa a mi abuelo y mama. Esa era la tapadera. Lo que yo en realidad quería era contratar a sombras. Las sombras, guardias muy cualificados capaces de volverse invisibles y espiar, matar y proteger a sus maestros. 

Yo ya poseía esa capacidad de mi mundo anterior, de modo que solo debía encontrar a personas con potencial para entrenarlas. 

Mientras nos dirigíamos a la tienda, hubo un gran revuelo en la calle. En el suelo había dos niñas cubiertas de heridas y desnutridas, mientras un hombre les gritaba y las azotaba. Sin pensarlo intervine. Aunque estoy acostumbrada a la violencia nunca he tolerado que se le ponga la mano encima a ningún niño. Mis guardias intentaron detenerme pero fui demasiado rápida. 

Le golpeé la pierna al tipo de tal modo que creo que se la rompí y antes de que nadie pudiera detenerme le rompí las muñecas. 
"Vuelves a tocar a esas niñas, y lo próximo que romperé será tu cuello. ¿He sido clara?"  

No grité, lo dije normalmente mientras le retorcía la muñeca partida. Creo que mi mirada demostraba que hablaba en serio, porque este asintió tan fuerte que creo que él mismo se podría desnucar. La gente a mi alrededor también se apartó con miedo. Supongo que ver a una niña de 5 años tumbar a un gordo de 1.70 de altura es bastante impresionante, pero no me importó. Esta pandilla de cobardes se quedó mirando como maltrataban a dos niñas. Si pudiera, los mataba a todos. 

"Ustedes dos. ¿Están bien?"

Una de las niñas, la del pelo plateado, se pudo delante de su hermana y me miró. Típico, las salvo de un salvaje y tienen miedo de mí. Aunque había algo que si me gustó. Aunque sabía que yo era de clase alta y tenía mucho más poder que ellas, en todos los sentidos, aun así me desafió con la mirada. Bien esa es la fuerza que me gusta.

Para mi sorpresa no fue la que me desafiaba la que respondió, sino la niña que estaba detrás de ella. Y para mi siguiente sorpresa fue que no estaba asustada. Valor. Bien, parece que encontré lo que estaba buscando.

"Sí, estamos bien gracias a ti. Mi nombre es Sarah y ella es mi melliza Rachel. ¿Como podríamos agradecerte?"

"Vengan conmigo las dos. Las invito a tomar un refrigerio a la cafetería."

Las tres nos dirigimos a una cafetería que estaba a la vuelta de la esquina. Era pequeña y humilde, pero bien decorada. La razón por la que la escogí es que justo debajo hay una sala donde se reúnen un grupo de personas que realizan trabajos especiales. Lo que vendría a ser una agencia de detectives pero con más capacidades. Toda la información que se  quiera obtener, lo descubrirán por un elevado precio. Ellos solo tienen una regla: nada de realeza. No por moralidad, sino por supervivencia. Ir en contra de una familia real es lo mismo que ser acusado de traidor y buscar la muerte. 

Les pedí que se sentaran y que pidieran lo que quisieran, que ahora volvía. Mis guardias se encontraban fuera, pensando que quería intimidad con mis nuevas 'amigas'. 

Ninguna preguntó nada cuando les dije que pidieran, que ya volvía. Buena elección. 

Me puse una máscara y me dirigí al sótano. Allí había un grupo de personas charlando alegremente cuando me vieron entrar. 

"Vaya pequeña, parece que te has perdido. Te acompañaré a la entrada"

"No me he perdido, estoy buscando a King"

Todos se quedaron en silencio y me miraron con sospecha. Algunos fueron a por sus armas cuando saqué mis tres dagas y se las lancé. Dos terminaron cerca de la cabeza, mientras que una acabo justo a una pulgada de la entrepierna. Todos quedaron en silencio. Entonces saqué la bolsa con las monedas de oro. 

"Quiero ver a King".

El hombre que estaba sentado en una barra mirando con indiferencia la situación se levantó de pronto. 

"Yo soy King. ¿Qué desea la damita?"

"Contratarle. Este es el adelanto. Una vez que obtenga lo que quiero le pagaré el resto. ¿Qué me dice King? ¿Acepta?"

"¿Sabes que podríamos robarte ese oro y matarte?  Eres una niña demasiado audaz y tonta." 

"Pueden intentarlo, pero les aseguro que no lo conseguirán y lo sabes bien. Me has estado valorando desde que entre por esa puerta. Puede que sea pequeña, pero mi fuerza es considerable. Ahora, King, ¿Qué serás? ¿Mi amigo o mi enemigo?"

"Jajajaja me gustas. Pasa a mi despacho, charlaremos allí"

Cuando la puerta se cerró me hizo sentarme delante de él. 

"¿Y bien? ¿Qué es lo que quiere la señorita?" 

"Quiero toda la información que puedas obtener del Duque Derman. TODO. Negocios, planes y relaciones. También quiero que vigiles a su esposa. Si hacen algún movimiento sobre la familia Kirkvab quiero que me lo notifiques de inmediato. ¿Qué me dice señor King? ¿Puede hacerlo?"

Se me quedo mirando con los ojos entrecerrados. Supongo que estaba esperando una propuesta ridícula de una niña precoz. Es difícil imaginar a una niña de 5 años con semejante negocio. 

"Me alegro de ser amigo y no enemigo de usted, mi señorita. Gracias por contratarnos. Le iré actualizando toda la información. Estamos en contacto". Después de salir de ese sótano, volví a coger el pasillo para regresar con las niñas. Las dos estaban disfrutando de los dulces cuando me vieron entrar. Ahora, siguiente negocio. 

"Hola chicas, espero no haber tardado demasiado".

Sarah me miró con una radiante sonrisa, mientras que Rachel lo hizo con sospecha. Ser pequeña tiene el inconveniente de que cuesta que te tomen en serio. Era hora de ir al grano.

"Quiero que trabajéis para mí". Las dos se quedaron estupefactas mirándome. 

Reescribiendo mi propia historiaWhere stories live. Discover now