Capítulo 24

4.4K 478 9
                                    

Han pasado dos meses, desde que Jerich empezó a trabajar para mi. Rei había estado ausente todo este tiempo. Al parecer había problemas en su hogar y tuvo que volver durante un tiempo. 

Las cosas en la escuela fueron bastante bien. Ese grupo dejó de molestarme y Anastasia aprendió a evitarme. Todo ventajas. 

Mis tres familiares ya habían adquirido habilidades considerables y les dejaba salir a cazar y volar por su cuenta. Kitsu también aprendió a volar usando sus poderes psíquicos. Al parecer no quería quedarse detrás de sus hermanos. 

Todo iba bastante bien, excepto por dos problemas: me faltaban dos comandantes y no tenía ni idea de quién era el hombre que me amenazó. Envié a todos los que pude para que investigaran, pero nada.

Él me dijo que me haría saber quien era, pero no había dado señales de vida. Decidí aprovechar la semana libre para volar hasta mi casa y conversar con el Rey de los Demonios. No se sentía como uno, pero por sus habilidades; es posible que lo fuera. 

Los cuatro (Kitsu, Liger y Chisp y yo) volamos hasta mi casa. Ya había advertido al abuelo que iríamos. 

El primero que vi fue uno de los guardias de la puerta.

"Señorita, ¿Cómo ha estado? Me alegro de volver a verla"

"Me alegro de estar en casa. Todo bien, muchas gracias."

Nos dirigimos al salón y el abuelo vino a recibirnos.

"¡Luana! Como has... ¿De quiénes son esos tres animales? No son..."

"Animales místicos. Si abuelo, los tres tienen un contrato conmigo."

Me miró sin palabras. Me reí un poco y fui a abrazarlo. Hablamos un poco y le pregunté por mama.

"Tu madre está fuera, cielo."

"Iré a verla. Gracias abuelo."

Fui a encontrarme con ella al jardín, donde la vi charlando muy animada con un hombre. Estaba sentado, pero se podía apreciar que era alto y muy guapo. Tenía el pelo negro y largo. Dos enormes alas le salían por la espalda, un cuerpo grande y musculoso  y tenía los ojos rojos. A primera vista, con el porte, el poder y la elegancia que mostraba tenía que ser el Rey Demonio. Mientras valoraba la situación ante mi, mi madre se percató de mi presencia. 

"¡Hola cariño! ¿Cómo has estado?" Entonces se acercó y me abrazó.

"Hola mama, está todo bien, no te preocupes" Y miré en dirección a nuestro invitado. 

"Oh, cariño. Este es Volh Danger Rodol, Rey de los Demonios." Entonces se giró hacia él "Esta es mi hija, Luana". Entonces nos saludamos cordialmente y nos sentamos. 

Tenía un aura de poder que no se podía negar, pero fue amable y extrañamente dulce. Yo me imaginaba un hombre osco y bruto, pero por suerte me equivoqué. Especialmente porque la forma en la que se miraban él y mi madre eran de simple amistad o cordialidad. 

Me alegraba por ellos. Mi madre es una mujer muy joven; con siglos por delante y el único recuerdo de un hombre era mi padre. Y personalmente a esa escoria no se le podía llamar hombre. Si el rey demonio era capaz de darle a mi madre la felicidad que ella merece, entonces lo acepto. 

"Me han informado de la situación. Me gustaría hablar con el testigo."

"Está bien. Si quiere, puedo llevarle hasta él."

"Cariño... ¿Quieres que te acompañe?"

Mama parecía preocupada. 

"Estaremos bien mama, lo prometo"

Reescribiendo mi propia historiaWhere stories live. Discover now