Capítulo 36

3.2K 341 4
                                    

Cuando llegamos, la familia de  Rei nos dio la bienvenida. Al cabo de un rato, su madre vino a buscarme para llevarme al jardín; aunque parecía más una selva. Era impresionante. Había una zona con tierra fina, rodeada de grandes árboles frutales y flores de distinto color. 

"Ven pequeña. Vamos a sentarnos"

Me llevó al pequeño al centro del jardín. Había dos elegantes sofás con una mesita al aire libre. Alrededor había una magia invisible que protegía la zona de la meteorología y que permitía controlar la temperatura del interior. 

Nos sentamos y hablamos de asuntos triviales durante un tiempo. Y entonces...

"¿Cómo te va con mi hijo?"

Yo casi escupo el té.

"¿A que se refiere?"

Me miró con una sonrisa. 

"Sabes... mi hijo es muy parecido a su padre. Cuando se trata de pelear son increíblemente fuertes, pero cuando se trata de entender el corazón femenino..." Negó con la cabeza "Son dispersos".

"Yo... Reinald ha sido muy bueno conmigo y me ha comprendido todo el tiempo"

"Sabes Luana... ¿Puedo serte sincera?"

Yo me puse nerviosa. Cuando la madre de tu novio quiere hablar de tu relación con su hijo, es algo para preocuparse.

"Claro... por supuesto..."

"Creo que tú y mi hijo son muy parecidos. Los dos son seres con mucho carácter y ninguno tiene idea de como llevar una relación."

Yo me sorprendí. Pero no dije nada.

"No estoy diciendo que ninguno de los dos tenga la culpa, sino que tienen que dejar de tener miedo."

"Pero... miedo... ¿A qué se refiere?"

"Desde que llegasteis os he observado. Es obvio que los dos estáis muy enamorados, pero os encontráis en una encrucijada. Él tiene miedo a hacer algo que te moleste y tú tienes miedo a perder tu independencia. Crees que si confías y te apoyas en un hombre te consideraran débil. ¿Me equivoco?"

"Yo... quiero a su hijo, y confío en él. Pero he luchado mucho por conseguir lo que tengo. No quiero perder mi identidad y acabar siendo la esposa de, en vez de Luana" 

Me sonrió de forma maternal y me acarició el rostro. 

"Luana. Nosotros no somos humanos. Yo amo con toda mi alma a mi compañero y sería capaz de dar todo por él; pero si alguna vez se atreviera a faltarme al respeto, yo personalmente lo pondría en su lugar" Me miró un momento, como si estuviera pensando como decirme algo "La sangre de dragón es muy poderosa. A pesar de no ser un dragón puro, posees todas nuestras características, por eso este reino te ha dado la bienvenida. Tú jamás podrías ser relegada, porque los dragones jamás nos sometemos. No importa el sexo. Sabes, las demás especies nos consideran brutos y feroces, pero en realidad es nuestra naturaleza apasionada. Nuestros instintos son muy poderosos, pero hay que saber escuchar." Entonces se levantó y me tendió la mano. "Ven conmigo". 

Se transformó y yo seguí su ejemplo. La seguí hasta la cima de una montaña. 

"Acércate al borde y cierra los ojos. Mantén tu forma dragón"

Yo hice lo que me pidió.

"Ahora pon tu mente en blanco. No pienses en nada, solo siente."

Hice lo que me pidió. Oí el viento silbar, el agua correr, la tierra moverse bajo mis pies y olí el aroma puro de la naturaleza. Sentí que me invadía un poder desconocido, puro. Entonces, sin intentar evitarlo rugí. Cuando abrí los ojos, me sentí más fuerte y renovada. Sentí una paz interior que no pensé que fuera posible.

Cuando me giré, miré a la reina de forma interrogante. Ella se acercó y puso su ala sobre mí.

"Como he dicho, te has criado rodeada de otras criaturas. No es una afirmación muy acertada, pero para que lo entiendas: los dragones somos más animales que humanos. Ahora has sentido la llamada de nuestra naturaleza, tu desconocida necesidad de proclamar 'soy un dragón, óiganme rugir'. Tenemos instintos que desean ser saciados: encontrar y reclamar a nuestros compañeros, la necesidad de proteger aquellos que nos importan, defender a nuestras crías, cazar, respetar la naturaleza, defender nuestro territorio cuando nos amenazan y matar si la situación lo requiere. Nuestros instintos jamás nos traicionan"

"Pero... ¿Por qué me está contando todo esto?"

"Porque te estás reprimiendo a ti misma, a tu dragón interior. Nunca lo dejas rugir. Vives según las reglas humanas, lo cual no está del todo mal, pero has olvidado que eres. Luana... tú y mi hijo tenéis una conexión muy fuerte, pero la auténtica unión entre compañeros no la hace la parte humana; sino el dragón. Dejad que sean vuestros dragones los que os guíen. No estaréis completos hasta que vuestros dragones se unan en uno solo."  

Yo... no supe como responder. Es cierto que he reprimido mis instintos, pero jamás pensé que eso ocasionara un gran problema. 

"¿Cómo lo hago? Desde que tengo memoria, siempre me he servido de mi propia fuerza."

"Apoyarse en un compañero no es ser débil. Los débiles son aquellos que no se arriesgan. Lo que precisas es confianza, en ti y en él."

"Gracias" 

"Venga volvamos. Lo que te he dicho no es algo que tenga que suceder hoy mismo. Solo te pido que aprendas a valorar tu naturaleza"

Durante el vuelo de vuelta estuve pensando en lo que la madre de Rei había dicho. Cuando llegamos nos estaban esperando. Rei voló hacia mí y me acarició con su rostro. Entonces antes de aterrizar le pedí que diéramos un vuelo juntos. Él solo me sonrió y salimos volando. Entonces cerré los ojos y dejé que mis instintos surgieran. Le di un lametón en el rostro y aceleré el vuelo. Se sorprendió un momento, pero después él también aceleró y estuvimos un largo rato jugando por el cielo. 

'No se dieron cuenta de que a lo lejos, los seguían de cerca un par de dragones. Ellos solamente se sonrieron y volvieron a palacio, dejando a los tortolitos o mejor los dragoncitos, jugando como un par de cachorros.'

Reescribiendo mi propia historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora