EXTRA #1

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[Nueva York, Estados Unidos]

— ¿Segura que estarás bien? —Alex preguntó.
—Que sí...—Sage le respondió con pesadez mientras revoleaba los ojos y dejaba escapar una ligera risa. Su mejor amiga se dio por vencida y salió de la habitación.

Al escuchar la puerta cerrar, la castaña abrazó sus rodillas en busca de calor, pues la brisa nocturna era un poco fría, y miró por sobre su hombro para asegurarse de que Alex se hubiese ido. Suspiró despacio una vez que se encontró sola nuevamente y elevó la vista hacia el bonito panorama frente a ella. Un sinfín de árboles se extendían por el exterior de la casa hacia las colinas situadas en la parte trasera y la luna relucía con matiz apacible. De no ser por la música proveniente del primer nivel, sería un escenario perfecto.

Aquella noche una gran fiesta tomaba parte en la casa de la familia Alessio; sin embargo, la joven no parecía interesada en lo absoluto. Se encontraba en el balcón de la habitación de Mia, sentada sobre una mesa situada ahí y disfrutaba de no tener compañía alguna, más que la luna y sus pensamientos.

Entonces, sacó el papel oculto dentro de uno de los bolsillos de su holgada sudadera. Procuró ser cuidadosa al momento de desdoblarlo y contempló las palabras escritas a puño, y letra sobre la hoja. Había perdido la cuenta de cuantas veces había leído aquella carta y, para ser honesta, probablemente volvería a leerla cuantas veces más pudiese. Acarició el papel y lo llevó hacia su pecho mientras observaba la nada con lágrimas en los ojos.

Hace tan solo unos días Louis Tomlinson le entregó un pequeño sobre y no había tenido el valor para abrirlo, hasta hace unas horas. La razón de ello era pues, que durante los últimos meses Sage la había pasado muy mal y si bien había recuperado su estabilidad emocional, temía hundirse de nuevo.

Él ya no estaba. Se fue. Apretó los ojos y dejó escapar un sollozo, pues repetirse aquello solo la rompía por dentro. Podría jurar que dejar el departamento aquella noche en que estuvieron juntos por última vez fue la decisión más difícil que había tomado y después de ello nada volvió a ser igual, ella no volvió a ser la misma. Jamás quiso que todo terminase así, jamás quiso que todo terminase, en primer lugar; pero él mintió y la decepción a causa de ello no solo produjo un corazón roto, sino también un gran vacío.

A pesar de ello, le hacía falta y Sage lo sabía muy bien, por más que lo intentase no podría sacarlo de su mente y vaya que deseaba hacerlo porque su recuerdo la lastimaba. Lo amaba, de eso no había duda, pero precisamente esa era la razón de que todo doliese tanto. Él se acostó con alguien más y no fue honesto con sus planes, donde ella al parecer no estaba incluida.

Suspiró con pesadez, aún concentrada en aquel papel cuando la puerta fue abierta abruptamente. Se secó las lágrimas enseguida y escondió la carta dentro de uno de sus bolsillos, tomó un respiro y volvió a abrazar sus rodillas.

— ¿Sage? —escuchó a sus espaldas. De inmediato se percató que no era la voz de Alex y volteó.

— ¿Qué haces aquí? —preguntó un poco sobresaltada y con el ceño fruncido. Algunos cabellos se cruzaron por su rostro y procuró quitarlos mientras veía a la persona tras ella.

—Fui invitado—Cameron respondió mientras se acercaba despacio hasta situarse junto a ella.

—No me refiero a eso—aclaró con voz entrecortada. Enseguida se aclaró la garganta y volteó en otra dirección—No puedes estar aquí—aclaró en énfasis a la habitación.

—Nadie me vio, descuida—respondió él. No parecía haber pretensión ni soberbia alguna en su voz.

Ambos permanecieron en silencio por un momento, acompañados nada más que por la música que resonaba en el primer nivel.

Tomorrow [H.S.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora