Capítulo 47

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Sage había conducido en silencio por alrededor de treinta minutos. Despacio cerró la puerta de su auto una vez estacionado y elevó la vista hacia la gran cantidad de niveles que aquel prominente edificio frente a ella poseía. Estaba algo nerviosa, bastante a decir verdad pero había optado por no hacer caso a los escenarios imaginarios proyectados en su cabeza, pues no quería que nada interfiriese esta vez. Respiró hondo y caminó para adentrarse por las puertas corredizas.

Saludó al portero y atravesó el vestíbulo sin molestarse en registrar su nombre o visita, pues el personal de recepción estaba bastante familiarizado con la hija de Erika Sabath. Tomó uno de los ascensores y marcó el décimo nivel en la botonera, esperó bastante intranquila a que las demás personas subiesen y suspiró con pesadez cuando las puertas se cerraron, y este comenzó a subir.

Se abrió paso entre las personas una vez que el ascensor arribó en la planta donde se situaba la oficina de su madre. Salió con algo de dificultad pero una vez que las puertas volvieron a cerrarse, dejó aquel estresante tumulto atrás y se vio envuelta en la tranquilidad de la sala donde se hallaba. Se echó a andar en dirección al corredor de los despachos, el ambiente era bastante silencioso en aquel nivel y lo único que oía resonar eran las suelas de sus zapatos contra el alfombrado suelo. Hasta que la oyó.

Sage se detuvo en seco al escuchar la voz de su madre despedir amablemente a una mujer que salía de su oficina y retomar una aparente llamada telefónica. Esta le dedicó una sonrisa al pasar junto a ella pero Sage no tuvo tiempo de devolvérsela, pues había llegado el momento. Vaciló una vez más pero se armó de valor, avanzó unos cuantos metros y abrió de golpe la puerta de la oficina de Erika Sabath.


—Iré de inmediato para allá...—dijo la mujer, aún al teléfono. Al oír la puerta abrir de golpe volteó con una ligera sonrisa, pues esperaba encontrar a la mujer que acababa de despedir porque quizás había olvidado dejar algún recado; sin embargo, su semblante cambio al ver la figura de su hija. Le tomó un par de segundos caer en cuenta de que aún tenía a una persona del otro lado de la línea— ¿Sabes qué? —Algo confusa volvió a hablar al teléfono— olvidé que tengo un par de asuntos pendientes aquí, quizás podríamos dejar la reunión para mañana—dijo. A los pocos segundos agradeció y se disculpó con la elegancia que la caracterizaba, y colgó.

Ambas permanecieron en silencio por unos instantes. Sus ojos se encontraron, pero Sage desvió la mirada. Su madre se aclaró la garganta y suspiró pesadamente.


—Hola Sage—dijo después de lo que parecieron unos interminables segundos— Puedes pasar—le dijo antes de tomar asiento tras su escritorio. Sage sintió alivio y cerró la puerta a sus espaldas.

— ¿Estas ocupada? —preguntó algo temerosa. Después de todo, era su madre y lograba ser intimidante cuando se lo proponía, pero el del carácter fuerte sin duda era su padre. Sage heredó un poco de ambos.

—La verdad sí—le dijo su madre mientras ordenaba algunos papeles que yacían sobre su escritorio—Pero estas aquí, lo demás puede esperar—agregó. Su timbre no era el más cálido, pero definitivamente era un buen comienzo.


Sage permaneció de pie junto a la puerta y vaciló antes de acercarse a su escritorio y tomar asiento frente a ella. Quiso decir algo pero tenía dificultad para hacerlo, permaneció en silencio analizando sus palabras. La verdad es que ninguna de las dos estaba muy segura de qué decir, era algo incómodo pues llevaban bastante tiempo sin verse, sobre todo, llevaban bastante tiempo sin entablar una conversación normal.


—Mi inscripción—dijo Sage abruptamente después de un par de minutos— vi lo que hiciste—se acomodó sobre su asiento— ¿por qué? —indagó. Su madre acomodó las gafas que llevaba puesta y permaneció pensativa por un momento.

Tomorrow [H.S.]Where stories live. Discover now