Capítulo 29

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Harry había salido de trabajar antes de lo usual, avisó que no se sentía del todo bien y tan pronto el permiso de retirarse le fue otorgado, se encontraba dentro de su auto acelerando rumbo a casa. Había conducido distraídamente y más rápido de lo usual, pasando por alto algunas señales de tránsito, había tenido suerte de llegar a casa a salvo. En realidad no se sentía nada bien pero ello no tenía nada que ver con cuestiones de salud. Estaba furioso, muy furioso. Poseía efervescentes ganas de romper algo, o quizás mejor, darse golpes a sí mismo. Sin embargo contuvo aquellas ganas hasta encontrase solo dentro de su departamento. Dio un fuerte portazo y contuvo la respiración por unos instantes tratando de tranquilizarse, lanzó las llaves que traía en mano con fuerza contra la pared que tenía en frente y lanzó un grito de frustración.

Megan había abandonado su oficina dejándolo con muchas dudas no resultas y una noticia de magnitud inimaginable. Era imposible ordenar sus pensamientos, se sentía nervioso y realmente asustado. Había agradecido que Sage no estuviese en casa para cuando llegó, pues realmente se sentía un desastre de ira y frustración. Era incapaz de hacerse de la idea de tener un hijo. Se negaba rotundamente a aceptarlo, pero era difícil permanecer tranquilo cuando los hechos estaban frente a él, cuando Megan estaba frente a él.

Trató de rebobinar la noche de hace varios meses atrás para contar las posibilidades de que aquello fuese cierto. Había sido cuidadoso joder, siempre lo había sido. A sus 24 años de edad no era ningún novato irresponsable respecto al sexo.

Al poco rato se encontraba sentado, junto a su tormentosa conciencia, en el mueble situado en la esquina de su habitación, frente a la gran ventana. Observó detenidamente el cenicero con un par de colillas, previamente fumadas, antes de apagar el minúsculo cigarro que traía en mano y sacar otro de la cajetilla que tenía. Desabotonó la camisa que llevaba puesto y tiró de su cabello con desesperación. Se había jodido todo, sin duda. Había jodido su vida desde el maldito momento en que decidió acostarse con Megan. No la quería y nunca la quiso, él quería a Sage y parecía estar viéndola irse de su vida gracias a esto, porque claramente su novia era demasiado joven para aceptar un compromiso como ese, y aún si ella estuviese dispuesta, él no se lo permitiría. Harry tampoco se sentía listo para una responsabilidad como aquella; si bien ya no era un adolescente, había culminado la universidad casi tres años atrás y contaba con un empleo estable, no era algo para lo que se sentía preparado. Jamás había visualizado hijos junto a ninguna de las novias que previamente había tenido, pero sin duda con Sage veía futuro y ahora sería obstruido por una noche con una mujer que apenas conocía.

Cuando sintió la garganta áspera por la cantidad de cigarros que acababa de fumar, los dejo de lado y se despojó de las prendas que llevaba puesto, para vestir su ropa de dormir. Había estado tan sumido en sus pensamientos que ahora se sentía realmente agotado. La ansiedad lo carcomía. Deseaba que su novia llegase pronto, pues la cólera en él había disminuido y ahora solo lo invadía el miedo. Era algo desesperante encontrarse a solas, entre cuatro paredes, con nada más que sus ideas.

Cuando escuchó el sonido de la puerta al cerrarse, se puso de pie enseguida y fue a buscar a su novia quien enseguida lo acogió. Se sentía tan desgastado mentalmente que no se esforzó en ocultar que algo andaba mal, y tendría que darle explicaciones.

Ahora se encontraba en cama recostado sobre el pecho de su novia. Ella había notado el olor a tabaco dentro de la habitación y el pequeño montón de colillas en el cenicero, pero no se había molestado en quejarse, como normalmente lo hacía. Sage sabía que su novio fumaba de vez en cuando, y no se oponía a ello pues Harry se esforzaba por sí solo a abandonar la pequeña adicción que había desarrollado, pero no estaba contenta cuando encendía un cigarrillo dentro de su departamento. Harry observaba perdidamente sus dedos entrelazados a los de Sage mientras ella acariciaba muy despacio su cabellera. Se vio incitado a cerrar los ojos, cuando la voz de su novia lo llamó.

Tomorrow [H.S.]Where stories live. Discover now