Capítulo 32

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— ¡Nos vemos mañana! —exclamó Harry desde su auto. Sage se asomó un poco por su ventana y despidió con la mano a sus padres.


Harry aceleró despacio y se alejó del hotel donde sus padres se hospedarían hasta el lunes. Había sido una magnifica noche que resultó en la planificación de todo un fin de semana junto a ellos para sacar el mayor provecho a su estadía en los Estados Unidos.


—Tus padres son increíbles...—dijo la castaña mientras se acurrucaba en el asiento de copiloto.

El vestido corto que llevaba puesta se corrió un poco capturando la atención de Harry.

—Te dije que te amarían...—le dijo él llevando una mano hacia su muslo recién descubierto. La acarició despacio.

—Parecías algo distraído...—le comentó. Harry apartó la mano y se removió sobre su asiento.

—Estoy a cargo de un homicidio reciente...—le dijo. Aquello era cierto.

— ¿Cargas con mucho estrés por ello últimamente? —le preguntó Sage en medio de un bostezo.

—Si—se limitó a contestar con la mirada fija en la autopista. No hubo respuesta por parte de ella.


Tras un par de minutos se percató que su novia yacía plácidamente dormida en el asiento de copiloto. Se dedicó a observarla por unos minutos, su respiración era pausada y tranquila, tenía las mejillas ligeramente sonrojadas, el vestido aun corrido sobre sus muslos dejando mucho que desear y estaba acurrucada de forma enternecedora. Quiso reír de sí mismo ante la idea de tomarla ahí mismo y despertarla en medio de besos calientes, pero dormía apaciblemente y no quería interrumpir. Aun así con algo de culpa la removió para que subiesen al departamento. Cuando estuvieron en el ascensor la vio balancearse un poco por el cansancio asique la tomó entre sus brazos y la ayudó a atravesar el departamento hasta perezosamente acostarse.

A la mañana siguiente habían despertado bastante temprano. Harry había invitado a sus padres a desayunar y conocer el lugar donde vivía desde hace un par de meses. Es por ello que Sage había salido hacia el supermercado orgánico más cercano para comprar lo necesario, mientras que Harry se dedicaba a ordenar el departamento. Habían decidido omitir el hecho de que vivían juntos, pues tanto Sage como Harry sabían que a los padres de este no les parecería la idea más brillante de todas; asique dada su breve estadía, ese era un detalle que pasarían por alto. No requirió de mucho esfuerzo que en el departamento aparentase vivir solo Harry, pues a simple vista no había pertenencias que mostrasen lo contrario.

Sage llegó al mismo tiempo que los padres de Harry, por lo que ingresó junto a ellos al departamento.


— ¡Buenos días! —exclamó Harry al verlos, bastante animado. Se acercó a ellos para recibirlos con un abrazo, incluso a su novia.

—Hice una parada en el camino y compré un par de cosas...—la castaña se dirigió a su novio, quien enseguida la ayudó con sus compras. Ambos compartieron una sonrisa cómplice.

— ¡Harry, cielo, tienes un lugar fantástico! —su madre le dijo mientras observaba detalladamente su departamento.

—Definitivamente...—coincidió su padre acercándose a la gran ventana de la sala— Y una buena vista...—añadió.

—Sí, tardé un poco en encontrar un buen lugar, pero este era ideal...—les dijo orgulloso mientras acomodaba las compras recientes.

—Pondré la mesa—se ofreció Sage. Anne se acercó a ayudar a Harry en la cocina mientras que su padre permaneció en la sala, bastante entretenido con el noticiero matutino.


Anne guardaba una receta de tostadas francesas que, según Harry, era la mejor. Él se encargó de preparar velozmente un par de omelets que acompañarían el desayuno junto a los rollos de canela que Sage consiguió en el camino. Y por supuesto jugo de naranja y café para despertarlos un poco. Un desayuno realmente delicioso, que una ocasión como aquella ameritaba.


—Debo decir que tus habilidades culinarias han mejorado...—su padre bromeó una vez que acabaron de desayunar y se encontraban todos juntos en la sala.

—No creo que cocinar un par de huevos pueda considerarse un gran avance, pero gracias...—le dijo entre risas.

— Irónicamente la repostería era su fuerte...—intervino su madre mientras tomaba asiento con una tasa de café en manos.

— ¿Enserio? —su novia lo miró intrigada y algo sorprendida.

—Fue parte de mi primer empleo...—le respondió encogiéndose de hombros ante aquella revelación.

—El clima es maravilloso aquí...—les dijo mientras posaba la tasa de café sobre un pequeño estante junto a su sillón. Accidentalmente algunas revistas resbalaron pero Anne enseguida las levantó.


Los ojos de Sage se abrieron enormemente y trató de ocultar su nerviosismo al divisar el pequeño empaque de aluminio de un preservativo en el suelo, junto al sillón de Anne, quien al parecer no se había percatado de ello. Enseguida miró a Harry, quien frunció el ceño al notar el extraño comportamiento de su novia. Quiso preguntar que sucedía cuando de repente sus ojos divisaron la envoltura en el suelo y abrió los ojos tanto como ella.


—Mamá tienes razón...—Harry abruptamente se puso de pie— El clima es increíble, ¿por qué no aprovechamos el día entonces? Nueva York es la ciudad que nunca duerme, tienen mucho por conocer...—sugirió mientras se aproximaba hacia el pequeño estante y pisaba disimuladamente el empaque para ocultarlo.

— ¿Estás seguro cariño? Acabamos de desayunar...—le dijo su madre.

— ¡Harry tiene razón! —su novia exclamó de forma repentina— Creo que deberíamos aprovechar el día...—sin duda los habían tomado por sorpresa. Harry y Sage tenían miradas expectantes en sus rostros.

—Bueno...—dijo su padre algo dubitativo— no veo por qué no...—les dijo.


Sus padres se pusieron de pie, aun algo confundidos, y fueron por sus cosas antes de dirigirse hacia la puerta. Harry rápidamente recogió el preservativo y lo guardó dentro de uno de sus bolsillos antes de apagar la televisión, ir por sus llaves y dirigirse hacia ellos junto a su novia.

Tenían planeado hacerles un recorrido a sus padres por toda la ciudad hoy, de modo que pudiesen conocer las principales atracciones de Nueva York. Al día siguiente asistirían al teatro para ver un musical y después de ello cenarían cerca de Central Park. Aprovecharían al máximo la estadía de sus padres durante aquel fin de semana, puesto que lunes por la mañana estarían de camino a Hawái y luego volverían por tan solo dos noches a Nueva York, antes de regresar a Londres. El día había empezado de la mejor manera, de no ser por aquel pequeño incidente, y continuaría de la misma forma.

Harry era consciente de que una vez que sus padres se fuesen, no los vería hasta que su traslado terminase, asique decidió no dejar que nada arruinase su fin de semana. Tenía a las personas más importantes para él justo en frente. Tendría tiempo de pensar en su desafortunada suerte después.



***

Capítulo en honor a "i work in a bakery"<3

Hasta aquí el cap de hoy! Siguiente capítulo este lunes!

Ya empecé clases enla universidad!! Deseenme suerte!

PD: Kill my mind es un exito<3<3

PD2: Las nuevas fotos de Harry para The Face Magazine me daaan vida<3

PD3: Si son nuevas lectoras y aun no han comentado, ¿Qué esperan?

¡¡¡Amo leerlas, cuentenme qué les va pareciendo la nove!!!


Tomorrow [H.S.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora