Capítulo 37

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La hora de salida llegó. Había sido un día bastante ocupado en el Departamento de Criminología pero Harry logró sobrellevarlo sin tener roces con sus demás compañeros y notoriamente más tranquilo tras su conversación con Chris. Estaba decidido a afrontar su situación de la manera más asertiva posible y para ello necesitaría conversar con Megan para delimitar los términos mutuos, asique se había animado a hacerlo el día de mañana. Esta tarde necesitaba arreglar las cosas con Sage, una de las cosas que más odiaba era discutir con ella y si bien no lo hacían muy seguido, solían tener semanas de riña, pues su novia puede llegar a ser una caja de dinamita.

Dio un par de vueltas al asunto pensando en cómo exactamente podría disculparse con ella, puesto que había quedado como un completo idiota la noche anterior y realmente se sentía culpable por ello. Llegó antes de lo esperado y se percató de que su novia andaba en casa al ver su auto estacionado fuera, tenía entendido de que asistiría a la fundación de Mía todo el día, pero al parecer volvió temprano.

Ingresó al departamento y arrojó sus llaves sobre la encimera de la cocina, desajustó su corbata antes de quitársela y desabotonó un poco su camisa. Todo era silencioso, normalmente su novia tenía el televisor encendido cuando se encontraba sola pero no había ruido alguno. Atravesó la sala de estar para dirigirse a la habitación principal, la puerta estaba entreabierta y cuando la empujó un poco divisó a Sage sentada sobre el suelo alfombrado.


—Hey...—lo saludó al notar su presencia. Lo miró brevemente y volvió su atención hacia la herida que llevaba en el brazo izquierdo. Harry se percató inmediatamente de ello y se acercó bastante preocupado.

— ¿Qué te pasó? —preguntó al llegar junto a ella y colocarse de cuclillas.

—Uno de los caballos se asustó con los niños y Mía perdió el control —contó— Pero no es nada— dijo restándole importancia al asunto.

— ¿Ibas con ella? —su novia asintió ligeramente en respuesta. Harry analizó la herida y acarició despacio la tersa piel alrededor. Sus ojos bajaron por su cuerpo al notar otra herida purpura en una de sus piernas— ¿Regresaste temprano por ello?

—Sí, Mía se hizo una lesión leve en el brazo asique tuvimos que salir de ahí—le dijo. Harry levantó despacio la tela del pequeño vestido blanco que Sage llevaba puesto y acarició los hematomas de su pierna.

— ¿Te sientes bien? —le preguntó bastante preocupado mientras acariciaba despacio la cabeza de su novia. Ella volvió a asentir— ¿Te hiciste algo más?

—Solo heridas superficiales, estoy bien...—le dijo. Harry tomó asiento junto a ella sin dejar mirarla.

—Ven aquí cielo...—le pidió él con ternura. Tenía ganas de cuidar de ella— ¿Podemos hablar de lo que pasó ayer? —preguntó mientras sujetaba la cintura de su novia y la sentaba entre sus piernas, ahora abiertas.

—Supongo que sí...—le dijo sin ánimos. Harry besó su hombro y cerró los ojos al percibir su fresco aroma. Había tomado una ducha hace poco.

—Lamento como me comporté ayer— empezó. Ella desvió la mirada— Fui un completo estúpido contigo, actué como un niño y entré en pánico—inmediatamente buscó los ojos de su novia para lograr que lo mirase— Jamás te dejaría sola y jamás te culparía por ello.

— ¿Por qué te enojaste entonces? —le respondió.

—No lo sé, yo...—vaciló por un momento— He lidiado con mucho estrés últimamente, pero es algo que no volverá a suceder, lo lamento mucho...—explicó bastante arrepentido.

—No lo sé Harry—dijo ella mientras se removía incómoda.

—Hey...—tomó de su mentón logrando entrelazar sus miradas— Jamás lo haría, no supe cómo reaccionar ante algo tan vívido...—dijo. Sage permaneció pensativa.

Tomorrow [H.S.]Where stories live. Discover now