Capítulo 59

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Sage parecía bastante concentrada en la persona sentada frente a ella. Con el ceño ligeramente fruncido y de brazos cruzados, asentía despacio ante las semejantes revelaciones que le fueron contadas. Harry observaba de pie junto a la puerta, un poco atónico frente aquella escena. Ellas al percatarse de su presencia, voltearon a verlo.


— ¿Qué haces aquí? —interrumpió de pronto y se dirigió duramente hacia Folse. La mujer se removió incomoda sobre su asiento y miró a Sage— ¿Qué haces aquí? —repitió. Cerró la puerta tras él con brusquedad y apretó la mandíbula.

—Vino a dejar tu prueba de paternidad—tranquilamente respondió su novia, antes de que Folse dijese algo en su defensa. Entrelazó ambas manos sobre la barra y, con la vista fija en él, se inclinó ligeramente hacia adelante— Gracias por tu tiempo, puedes irte ahora—de forma breve, pero condescendiente se dirigió hacia Megan.


El silencio reinó en la habitación por un momento hasta que Megan con cuidado se dispuso a ponerse de pie y tomar su bolso del asiento de al lado. Con un ligero asentimiento en dirección a Sage a modo de despedida, giró despacio en dirección a la salida. Miró fijamente a Harry y sin decir ni una sola palabra pasó junto a él, y salió de aquel departamento dejándolos a solas.

Nuevamente el silencio predominó.


—Sage, yo...—se animó a hablar tras lo que parecieron minutos de tensión, pero vaciló sin saber con exactitud que decir y se acercó hasta quedar frente a ella. Antes de que continuase Sage lo interrumpió.

— ¿Desde cuándo lo sabes? —le preguntó. Bajó la vista hacia la hoja con los resultados y luego la llevó hacia él.

—No estoy seguro—torpemente respondió. No había premeditado una situación como aquella y francamente no sabía qué decir. Sage entrecerró los ojos y él pareció resignado—Como dos meses—rectificó. Su novia asintió despacio.

—Dos meses—repitió amargamente.

— Puedo explicarlo—se apresuró en decir.

—Claro que puedes—le respondió ella con tranquila ironía—pareces tener una excusa para todo últimamente.

—No son excusas, solo escúchame—pidió un poco alterado. La serenidad de su novia lo afligía.


Vaciló sin saber por dónde empezar y dejó caer los brazos en rendición. Sage echó un suspiro cargado de frustración y agachó la mirada. Una vez más, silencio incómodo.


—Sage, por favor—pidió.

—Me mentiste—su timbre ahora era distinto, parecía estar conteniendo las lágrimas que se asomaron por sus ojos—Todo este tiempo—agregó.

—No es así...—él se apresuró en decir—Pasó meses atrás cuando apenas nos conocíamos, acababa de llegar a Nueva York y...—presurosamente habló.

—Y te acostaste con ella—se adelantó a decir. Estaba realmente dolida.

—Sage, no salía contigo—trató de explicar. No había que ser un genio para hacer el cálculo y asumir que su relación con Sage iba en curso, pero en realidad no era así. Si en algo no mentía, era en ello.

— ¿Estás seguro?—le preguntó.

—Sage—un poco impaciente le dijo. Realmente deseaba que lo escuchase.


Ella se apartó con frustración y le dio la espalda.


— ¿Era ella quién te llamaba? —Se animó en preguntar— ¿Te alterabas por eso verdad? —agregó. Recordaba las incontables noches en las que Harry recibía llamadas o mensajes y se mostraba inquieto.


Tomorrow [H.S.]Where stories live. Discover now