Capítulo 10

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Sage se removió entre las sábanas, aún somnolienta. Sus manos palparon el cuerpo de su novio que no se encontraba junto a ella esta mañana. Abrió los ojos buscándolo en alguna parte de la habitación, pero no estaba. Eran las 11 a.m.

Se dirigió perezosamente hacia el baño de la habitación y se lavó el rostro y los dientes. Estaba bastante exhausta pues tras haber follado en un almacén de vestuario, su novio no satisfecho la volvió a follar apenas llegaron a casa. Dio un último escupitajo y se secó con una pequeña toalla.

Escuchó pasos y se asomó a la habitación.


— ¡Buenos días! —Harry ingresó junto a una bandeja en manos y una sonrisa matutina deslumbrante— Desayuno a la cama...—pronunció en un tono servicial. Su novia deslumbrada por aquel gesto se acercó para acostarse nuevamente.

—Vaya...—dijo sin quitar la sonrisa de su rostro-¿a qué se debe este gesto señor Styles? —preguntó cruzada de brazos. Harry colocó la bandeja con cuidado sobre la cama.

—A nada en especial... solo quise sorprenderte-murmuró mientras la besaba y acariciaba sus desnudas piernas. Amaba que Sage robase sus camisetas para dormir y dejase los pijamas de seda de lado.

—Se ve delicioso...—dijo ella ansiosa por degustar todo lo que su novio trajo.

—Hey bonita...—la interrumpió. Ella lo miró mientras bebía un poco de jugo de naranja y el bastante dubitativo la observó y supuso que no era un buen momento para hablar— Te amo—se limitó a decir con franqueza.

—Sabes que te amo también Haz...—dijo ella con el entrecejo fruncido y alborotando su cabello rizado antes de continuar con su desayuno. Harry solo la observó.


Además de ser su novia, Sage también era su mejor amiga. Sabía que podía confiarle todo pero tenía dificultad para tocar ciertos temas. Odiaba ocultarle las cosas, se sentía el tío más afortunado de simplemente haberla conocido. A veces se sentía ansioso y le surgían ganas de abrazarla y contarle lo que le sucedía, pero algo siempre se lo impedía. Lo que más le jodía era haberse dejado llevar por un impulso y tenerla viviendo con él ahora, eso solo complicaba todo, pero amaba despertar junto a ella, amaba abrazarla, hacerla suya, decirle cuánto la amaba. Lamentablemente amarla no cambiaba sus planes, él tenía muy en claro que encontraría al asesinó de su hermano, lo destrozaría con sus propias manos y afrontaría un juicio a menos que pudiese usar sus influencias para librarse de responsabilidades. Sage no conocía muchas cosas de él y eso lo asustaba. Enamorarse no estaba en sus planes, pero pasó y lo único que esperaba es que Sage no se fuese de su lado cuando todo pasara.

Ella, por su parte, confiaba en él y deseaba con todo su ser que su relación resultara. Estaba jodidamente enamorada, aunque en un inicio le costó aceptarlo no tardó mucho en darse cuenta; además, quería demostrarles a sus padres que estaban equivocados, que la edad en realidad era lo de menos y que no era ninguna mala influencia.

Para cuando dieron las 4 p.m., ambos se encontraron encaminados a la casa de Leighton. La castaña se notaba un poco ansiosa por ver a su hermano, lo extrañaba, habían pasado casi tres semanas que no lo veía ni hablaba con él. Temía que estuviese molesto con ella, pues si bien peleaban constantemente, se adoraban.


—Tranquila...—le dijo él mientras conducía.

—Es aquí...—señaló Sage.

Tras tocar el intercomunicador el portón se deslizó permitiendo que ingresaran con su auto por la bonita entrada de la gigantesca casa Cooper.

— ¡Sage, Harry! — Leighton los saludó desde la entrada, dejó la revista que leía en su pórtico de lado y se puso de pie. Sage pronto bajó del auto y se aproximó a ella— Noah te está esperando, ha estado ansioso toda la mañana...—le dijo sonriente y cálida como de costumbre, ciertamente la tranquilizó. Su pequeño hermano no estaba molesto.

Atravesaron el pequeño salón de entrada en la casa mientras Leighton les contaba un poco sobre su próximo viaje. Tan pronto como aparecieron por el umbral de la sala divisaron a Noah jugando video juegos con su primo Josh.

— ¡Hey, enano! —llamó Sage divertida mientras se apoyada en uno de los muebles. Su pequeño hermano volteó emocionado y dejó el mando de la consola para abalanzarse sobre ella.

— ¿Para mí no hay abrazo? —bromeó Harry estrechando sus brazos para recibirlo. Noah y él hicieron un pequeño saludo de manos.

— ¡¿Dónde han estado?! ¡Mamá y papá han estado furiosos Sage!—les dijo aún entusiasmado de verlos. Noah sabía que sus papás se oponían a que Sage saliera con Harry. En un inicio él era sobreprotector con su hermana mayor hasta que pudo conocerlo más y ahora lo consideraba uno de sus mejores amigos, increíblemente. A veces lo prefería por encima de su hermana.

—Tuve que irme tonto...—respondió la castaña mientras lo despeinaba.

— ¡Pero todos te extrañamos, mamá y papá no me dejan tener tu habitación! —contó con emoción y una pizca de decepción.

—Pareces estar sacando provecho de mi ausencia, perdedor...—bromeó ella.

—Solo un poco, pero mamá y papá...—su hermano pronto calló. Su mirada se dirigió hacia el umbral detrás de todos ellos.

— Sage—se escuchó. Fuerte y claro.


Todos giraron para encontrarse al señor y la señora Sabath de pie, con el semblante serio y la elegancia que los caracterizaba.



***

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Tomorrow [H.S.]Where stories live. Discover now