Capítulo 42

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—Creo que vomitare—Sage se sujetó la cabeza en un absurdo intento por detener los mareos causados por el exceso de alcohol.

—De ninguna forma—Sentenció Mia mientras cerraba la puerta del pequeño cuarto de baño a sus espaldas. Había ayudado a su amiga a alcanzar el lavabo un par de veces y fue en vano, lo último que le faltaba que vomitase sobre el aterciopelado mueble donde yacía. Escuchó un par de golpes del otro lado de la puerta y se hizo a un lado.

— ¿Todo en orden? —Cameron apareció de pronto. Su presencia las había acompañado durante la noche, pues aparentemente había buscado la forma de escabullirse en aquella ceremonia junto a un socio de su padre. Y no asistió solo, era acompañado por los hijos de este y un par de amigos más. Lo que resultó sorprendente fue que no se acercó a hostigar a Sage durante toda la noche, hasta ahora claro.

—Ahora si vomitaré—dijo la castaña a penas lo vio y dejó escapar una risa burlona. Mia pareció un poco aliviada de verlo.

—Alex fue a llamar a Harry, está en camino—le dijo mientras se acercaba a él— Necesito volver con mis padres, sospecharan que algo sucede, ¿crees que puedas cuidarla unos minutos? —preguntó algo suplicante.

—Claro, no hay problema...—respondió él, algo dubitativo. Tan pronto lo escuchó salió de ahí— Parece que estas bajo mi cargo...—se dirigió a Sage, quien jugaba perdidamente con su cabello.

—Tu sueño hecho realidad...—le dijo ella con algo de dificultad, los estragos del alcohol le impedían hablar con claridad— Disfrútalo porque es lo más lejos que llegarás...

—Te he besado antes—enfatizó él a modo de recordatorio y con total seguridad. La castaña gesticuló una mueca.

—Podré no contar con mis 5 sentidos Cam—advirtió—Pero si intentas... algo, me aseguraré de que te arrepientas mañana... por la mañana...—logró decirle con un par de tropiezos en sus propias palabras.

—Descuida, no hay diversión si estas ebria—respondió con una leve sonrisa. Podía ser un total cretino, pero no se aprovecharía de Sage ni ninguna otra joven en aquel estado. Su ego le decía que no necesitaba del alcohol para resultar encantador y tenerlas a sus pies.


A los pocos minutos de que ambos se quedasen solos en aquel cuarto de baño, la puerta se abrió bruscamente.


—Sage...—Harry murmuró mientras entraba junto a su mejor amiga. La prisa con la que ingresó hizo que Cameron se corriera a un lado y lo observase atónito. Al fin podría ponerle un rostro al misterioso novio de Sage; no esperaba verlo, pues asumió que esperaría fuera de aquel local, pero ahí estaba, frente a él. Y debía reconocer que era mejor de lo que esperaba.

—Disculpa, podrías...—dijo el muchacho un tanto ofendido por casi ser golpeado por la puerta. Harry volteó a mirarlo.

—Gracias—Harry lo interrumpió mientras le alcanzaba el saco que tenía en mano. De inmediato volvió hacia su novia y se puso de cuclillas frente a ella.


Alex se llevó ambas manos con asombro hacia la boca e hizo su mayor esfuerzo por no estallar en risas mientras Cameron se mostraba ahora verdaderamente indignado. Apretó el saco entre sus manos antes de arrojarlo contra un asiento cercano, Harry se encontraba bastante concentrado en su novia como para percatarse de ello. De la misma forma en que no hizo distinción alguna entre Cameron y el personal de recepción que le había dado la bienvenida apenas arribó, pues vestían de forma muy similar, todos con camisa blanca y chaleco negro, además de la característica corbata de smoking. Claramente el muchacho lucía de esa manera porque había dejado su costoso saco en la sala de ceremonia, antes de venir a ver a Sage.

Tomorrow [H.S.]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora