Niwa chasqueó la lengua— Conozco a Jihee. Sé cuando está actuando raro y cuando en realidad es ella misma, y quedarse sentada en silencio, sin gritos ni maldiciones luego de una llamada de su madre, no es normal.

   —Que se quede tranquila y silenciosa ya no es normal. —agregó el pelirrojo. Yo chasquee la lengua y me aventure a dar unos pasos. Taehyung me agarró la pantorrilla inmediatamente de golpe, y a su vez, Niwa tironeó del borde de mi camiseta negra, los miré con una ceja enarcada, confundido, y ambos negaron rotundamente con la cabeza. Puse los ojos en blanco y me zafé.

   —¡Sunbae, no queremos otro soldado caído!—chilló entre murmullos la más alta.

   —Prepararé el set de primeros auxilios. —murmuró de forma seria y calmada Taehyung, como si me fuese a morir por ir con Jihee. Se puso  de pie y no estuve seguro, pero juraría que inclinó la espalda, puso los brazos atrás y corrió como naruto cuando salió por el set de primeros auxilios, cuando miré a Niwa ella me hizo una señal con el dedo, deslizando el pulgar en su cuello como si fuera un cuchillo, puso los ojos en blanco y luego dejó caer su espalda en el marco de la puerta dramáticamente.

   Mi Dios ¿Y ellos dos decían que Jihee actuaba raro?

   La ensimismada confianza que portaba cuando comencé a caminar había desaparecido progresivamente a medida que me acercaba a Pecas, ellos tenían razón. Algo había pasado, la tensión que emanaba la más pequeña se expandía como oleadas a su alrededor y llegaron a mí como un golpazo. Aunque ese en realidad no era mi mayor problema ahora mismo, porque, si algo en realidad le sucedía ¿Qué se supone que le diría? ¿Qué sabía yo sobre contener a alguien, ser dulce, ayudarlo? 

   Exacto. Absolutamente nada. 

   Yo era un maldito animal desde hace años, nunca me había acostumbrado a hablar, a ser dulce. Yo era terriblemente callado y reservado. Áspero y agresivo, como lo había aprendido todos estos años en muay thai y como la vida me había enseñado a ser. Que no podía dejar imperfecciones, que debía tomar mi camino y ser duro porque la vida lo era todo menos dulce. Suponía que esos aprendizajes me servirían hoy en día. Lo hacían ¿Pero qué pasaba con lo otro? Fuera de la fuerza física y mental, lo que me hacía humano, lo que me concedía un poco de humanidad al menos. Sensibilidad, amor, emociones ¿Qué se supone que debía hacer en estas situaciones? Yo era un experto en no decir lo que sentía. Fingir. Era mi forma de vida. Encerrarme empecinado como si estuviera blindado y nunca dejar pasar nada.

   Nunca me habían puesto frente algo tan dulce y suave como lo era Pecas. No sabía cómo actuar. Yo siempre había odiado todo lo dulce y suave, no formaba parte de mi vida. Nunca lo había hecho. No lo quería cerca. Lo dulce y suave terminaba haciéndote débil, con la guardia baja. Sin embargo, incluso antes de fijar mi atención en ella, sabía perfectamente que no iba a progresar de ninguna forma si no intentaba cambiar, si no intentaba realmente cambiar.

   No quería ser el mismo de antes. Alfa estaba muerto hace mucho. No era más esa persona. Recordarlo solo me asqueaba, hacía que me odiara más a mi mismo. Sabía que iba a ser terriblemente difícil para mí, pero no iba a valer la pena si no me esforzaba. No iba a valer la pena sí no sufría y me estresaba.

   Y joder, que me parta un rayo si Pecas no lo valía todo.

   —Pecas... —la palabra salió de mi boca antes de poder procesar qué demonios diría a continuación, sin embargo, antes de poder reaccionar, la mirada de Jihee me atravesó y olvidé como respirar de golpe, de pie frente al sofá. Definitivamente algo pasaba. Aún en la misma posición, abrazando sus piernas y apoyando la mejilla en sus rodillas, levantó la mirada de una forma devastadoramente triste y sus ojos me atravesaron como un par de gigantescas esferas brillantes y honestas, parecían apagadas, ligeramente vidriosas, como si hubieran perdido color. Apretaba fuertemente el móvil en sus dedos aún, tuve la impresión de que sus manos parecían temblar. No supe qué fue exactamente, no supe cómo explicarlo. Pero fue terrible. Arrolladoramente doloroso. Todas las emociones que cargaba se agruparon formando una bola de fuego hirviendo histéricamente en mi pecho y sentí un terrible nudo en la boca del estómago al verla en este estado.

『 ɢ ᴀ ɴ ʙ ᴀ ʀ ᴜ  ||  jungkook 』Where stories live. Discover now