Capítulo 2

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Capítulo 2: Dulzura Oculta. 

      —Woon.—en contra de mis pensamientos, frené casi en seco ante la voz del entrenador Choi, se escuchó calmado y firme, y teniendo en cuenta que a él sólo le encantaba gritar y quejarse de la vida, algo me dijo que debí seguir sus órdenes. 

     Intentando procesar los extraños hechos, productos casi de una verdadera alucinación, me giré sobre mis talones, mirándolo con desconfianza.

     —Él juega hockey.—sentencié, como si fuera suficiente para que el entrenador desistiera de esta disparatada idea. 

     El anciano me miró de cejas caídas y algo apenado, no me regañó ni me reprochó, como si supiera de antemano cómo sería mi reacción ante todo esto. Por supuesto, muchas de las discusiones e insultos que cruzaban entre Jeon y yo, fueron en este lugar, frente a él, no solo eso, sino también muchos momentos donde Jeon había sido un verdadero asno conmigo, por lo que más o menos, él entendía mi reacción.

    —Mira. Sé que... —se rasca la calva, algo apenado— No tienes la mejor relación con él, pero...

    —De todas formas, —murmuré nuevamente, con la alteración quemando el poco juicio que me quedaba— Él es jugador de hockey, es decir. Patinaje. Hockey... además, Seungwoo dijo que estaría bien y-

     —Se rompió la tibia y el peroné—de golpe, escuché la voz baja y grave de él, como un demonio, detrás del entrenador, continuaba sin abotonarse la maldita camisa blanca. Sus palabras me recorrieron las venas como un viento helado. Lo miré, casi en blanco— Tiene cincuenta días de un gran y precioso yeso, y otros dos meses de recuperación. —nuevamente, mi mente quedó en blanco y le dirigí otra mirada de muerte cerebral.

     No sabía qué pensar exactamente. Estaba arruinada.

    El entrenador sonrió un poco, apenado—Solo dale una oportunidad, Woon, este chico es nuestra única opción.

     No hay más opciones.

     No las había.

     Me fijé en el cavernícola, alias –rey del hockey– Era la primera vez, desde que lo conocía, que veía una mirada de seriedad en él. Aún con la cremallera abierta, y la pesada hebilla del cinturón caída a un costado, puede ver claramente los huesos en forma de v que se marcaban en su piel hasta llegar a sus caderas, una cintura estrecha y un abdomen que claramente podría resaltar en cualquier revista destinada a las femeninas. Se veía relajado, estaba, relajado. Con la espalda apoyada en los casilleros y los fuertes brazos cruzado en su pecho, se había colocado los mechones negros detrás de las orejas.

     Él es mi única salida.... Debía ser una maldita broma.

     —Pero, —hice una pausa, enterrando los dedos en mi flequillo y mandando las ondas negras hacia atrás, de golpe estaba nerviosa bajo su intensa mirada — ¿Qué sabe él de patianje? Digo, hace hockey ¿Cuándo... ?—no iba a juzgarlo, no quería hacerlo. Si el entrenador lo había aceptado significaba que probablemente él no era cualquiera, sin embargo, no me explicaba por qué demonios él haría algo como eso. 

     A mi. Conmigo. Esta mierda era surrealista.

     Jungkook levantó apenas un lado de su boca carnosa y pecaminosa, con una mirada intensa y casi satírica, completamente maliciosa, sin embargo decidió no llevarla a cabo y sonrió de forma amplia, mostrándome sus brillantes dientes blancos como niño inocente. Sentí un escalofrío desde mi nuca que se desplazó por mis brazos, provocando que se ericen, viéndolo desconfiada.

『 ɢ ᴀ ɴ ʙ ᴀ ʀ ᴜ  ||  jungkook 』Where stories live. Discover now