『 ɢ ᴀ ɴ ʙ ᴀ ʀ ᴜ || jungkook 』

Capítulo 22

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Capítulo 22: En realidad, a ella no le importa.

A medida que los minutos pasaban, el gigantesco lugar de entrenamiento cada vez se abarrotaba más y más de alumnos competitivos listos para practicar. El lugar era muy alto, como un bajo y pequeño cerro plano lleno de vivos colores verdes y hojas esparcidas por todo el lugar.

A pesar de mis ofensas, burlas, e incluso golpes, Jungkook había aceptado ser mi tutor. Es decir, más bien que aceptar, como quien dice, lo había impuesto el mismo, y cuando quise protestar solo tuvo que obligarme a hacer una fila y ya todo estaba perdido.

Cuando eres de clases menores y vienes a practicar antes de los terriblemente innecesarios torneos, debes poner tu nombre a manos de un alumno mayor de edad, y, como anteriormente había pedido a Jungkook que me enseñara arquería, se auto proclamó mi tutor sin dejarme rechistar y ahora estamos en medio de una gran fila esperando por anotarnos. Jungkook era muy rápido, debía admitirlo, ya era casi la octava vez que intentaba escaparme de la fila y correr cuando él me sujetaba de mi saco inmovilizándome.

Cuando miró a un costado, pensé inútilmente en tener una oportunidad y, poniendo un pie atrás y tomando impulso salí corriendo. Fue muy estúpido, inmediatamente una de sus eminentes manos se aferró rápidamente al cuello de mi sudadera y no me permitió salir. El cuello del suéter me atragantó y me ocultó las orejas. Giré los ojos para verlo con odio.

Soltó un suspiro—Eres una cosita muy escurridiza, ¿sabías?— conectándolo ojos con él, hice un leve puchero y arrugué mi nariz. —Ah, no. No me hagas esa cara. Debes practicar, pecas, y te ayudaré en eso. —golpeó mi nariz con la punta de su dedo, y me sonrió abiertamente.

Sin embargo, yo estaba lejos de quererlo cerca, estaba muy confundida y molesta con mis impulsos y sentimientos, necesitaba alejarme ya mismo de él y pensar claramente que era lo que demonios me estaba pasando. Pero, sin darme cuenta, al decir torpemente lo de arquería, acabé haciendo que pasáramos incluso más tiempo juntos.

Gimoteo una y otra vez en la fila, y, cuando él comienza a ignorarme, viendo al frente y poniendo cara seria, dejo, literalmente, caer todo mi cuerpo en su pecho. Jungkook pone cara de pánico y sorpresa al sentir como todo mi torso se apoya en su pecho y baja la cabeza hacia mí, mirándome molesto, mientras yo cierro dramáticamente los ojos y suelto supuestos quejidos de dolor provocando que varios alumnos alrededor cuchichearan y nos miraran.

—Voy a matarte. —chilla, y quedo tiesa en mi posición escuchando como él me maldice. Como estaba frente a él en la fila y acabé tirándome a su pecho, Jungkook termina colocando torpemente las manos en mis axilas y mi cuerpo queda mullido, arqueado hacia abajo, apoyando solamente los talones en el pasto mojado por el rocío. —¿Quieres comportarte como alguien de tu edad?, llamas la atención.

Me puse de pie torpemente, mientras seguíamos avanzando en la fila y me giré para darle una mirada mortal, que, en lugar de molestarlo, hizo que sonriera.

—Me obligaste a venir aquí.

—¡Ah! ¡Ah!—puso su dedo índice en mi cara y negó con él—Vine a ayudarte porque eres un asco en arquería, probablemente también en todo lo demás. Tu misma lo dijiste. Deberías agradecer tal acto de nobleza.

—Oh, sí. La nobleza desborda en tu interior.

—Me alegra que al fin notes la bondad de mi alma, pobre enana sin fuerza. Pero no temas, el gran Jungkook te salvará.

—¡Jeon Cena is here!—grité de golpe desquiciadamente, haciendo que él se sobresaltara y diera un paso al costado de golpe. Los demás conocían ese apodo en él, por lo que se giraron y acabaron sonriendo. Cuando miré nuevamente a Jungkook, él me miraba lleno de histeria y pude distinguir el tono rosa en sus mejillas a pesar de los ojos grandes molestos. —¿Jeon Cena tiene vergüenza?