Para Jungkook, todo debía siempre estar organizado y dirigido. La prudencia y en análisis de situación regían su vida. No estaban permitidos los errores en su vida.
Jihee, blindada con un fuerte sentido del humor que hacía fallecer a cualquier trag...
renACÍ DESDE LA OSCURIDA DE MI HABITACIÓN, hello, hell :v disfruten el cap<3
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Capítulo 12: Impulsos bajos.
; by; jungkook
Cuando aguanté el móvil entre mis dedos, fue como si una corriente eléctrica fluyera por las venas de mi brazo, correteando nerviosa hasta alojarse incómodamente en mi estómago.
Respiré hondo. Sin duda alguna, algo me pasaba. ¡Solo tienía que llamar a la pequeña bestia de Jihee, he invitarla al cumpleaños de Evelyn!, me mordí el labio inferior y miré a mi alrededor. Viendo como las gradas comenzaban a rellenarse de personas ansiosas por el juego. Hoy era el primer día de la Temporada de Invierno, nos tocaba jugar contra unos niños pijos de una institución privada de Seúl y podía sentir la ansiedad y nerviosismo de todos arremolinándose a mí alrededor.
—Jungkook, ¿qué haces?—la agradable y suave voz de Jin hyung me llega de costado, por lo que levanto la vista y lo veo sentado en el banco frente a mí. Yo, por otro lado, estaba con el trasero pegado al frío del piso y con la espalda apoyada en los casilleros. Jin hyun lucía un polar grande que le ocultaba las manos de un pálido salmón y unos pantalones negros en pinza, de rodillas cruzadas y con las manos apoyadas delicadamente sobre sus rodillas me miraba sonriente.
Me recordó a mi abuela.
—No pasa nada. —solté he instintivamente apreté mi celular. Enarcó una ceja.
—Normalmente siempre estás tranquilo antes de jugar, pero hoy estás...
—¿Qué?
—Nervioso. Te ves nervioso. —sí, bueno, pero no era exactamente por el juego. Digo, mierda, esto no podía terminar bien, cada vez que llamaba a la Pecosa pasaban dos cosas;
O me cortaba. O me insultaba.
¡Cómo demonios iba a arreglármelas si se supone que Erick la quería en la fiesta!
—Oh, —su mirada se suavizó, para transformarse en una mueca divertida—¿Es por esa... patinadora?—levanté un lado de los labios, mirándolo con una mueca.
¿Era tan malditamente obvio?
Jin me sonrió nuevamente, diciéndome que encontraría una solución y se tuvo que ir a las tribunas ya que los vestidores comenzaban a rellenarse de jugadores. Cada vez que uno de ellos me miraba para saludarme alzaba una palma y les daba una mirada dura. Y entonces retrocedían y me daban mi espacio. Necesitaba espacio, y mucha suerte.
Intenté mantenerme firme y serio, pero en canto miré el contacto de la pecosa y paré atentamente en su foto de perfil, toda la seriedad se fue a la mierda.
