Alianza Forzada. Cherik. Wolversilver

Capítulo Ocho: Regreso

Este fanfic participa del evento de la semana Cherik (del 3 al 9 de junio) para celebrar a nuestra pareja favorita. Le añado el hashtag "Cherikweek2019"

Muchas gracias a @KiKaLoBe, por su ayuda.

Alianza Forzada

Capítulo Ocho: Regreso

-¡Brian! ¡Brian! – exclamaba Sharon, mientras caminaba ligero por el pasillo para alcanzar a su esposo -. ¡Brian, espera!

El senador se detuvo en seco y volteó hacia su mujer. Estaba rojo de furia, se mordía los labios y ella pensó que estaban a punto de sangrarle.

-Esta gente – murmuró, colérico, señalando hacia la puerta del salón de conferencias donde los mutantes seguían encerrados -. Nunca debí haberlos ayudarlos, Sharon. ¡Nunca debí defenderlos! Mi carrera política se levantó abrazando su causa. ¿Causa? ¿Qué causa? ¿La de esta escoria de personas?

-¡Papá, esto ya es demasiado! – se quejó Raven bajo su forma azul.

Brian la miró y no pudo disimular su desilusión. Tenía dos hijos mutantes y él se había convencido de que eran como él y su esposa, y que les responderían. Pero no, tanto Raven, a la que le había brindado todo desde niña, como Charles, que llevaba su misma sangre, lo habían desafiado y defendían a esos monstruos.

-Sharon, Raven – las llamó con autoridad -. Volvemos a Nueva York y yo me encargaré desde mi banca de demostrar quién es Magneto y lo que esta gente hizo con Charles.

-¡Yo soy mutante! – exclamó su hija. Miró a su madre y a su padre -. Soy como ellos, padre. Charles y yo somos como Magneto y la gente que desprecias – hizo silencio y bajó la mirada. Luego la alzó hacia ellos -. Saben, los amo y siempre estaré en deuda con ustedes. Me quieren como si llevara su sangre y se preocuparon para que me sintiera como una más, jamás me discriminaron y tú, padre, comenzaste tu carrera política para proteger a los que son como Charles y yo. Pero no me siento cómoda en Nueva York porque ni mi hermano ni yo somos como ustedes y no podremos encajar jamás. En cambio, aquí sí me siento como parte de la sociedad, eso se nota que fue lo que pasó con Charles. Aquí estoy entre los míos.

Sharon le asintió con tristeza pero comprensiva. Su padre, en cambio, lo sintió como una nueva afrenta. ¿Qué poder tenía esa gente para lavar de esa manera el cerebro de sus hijos?

-¿Después de todo lo que hemos hecho por ti vas a abandonarlos a tu madre y a mí cuando más te necesitamos?

-¡Brian! – lo amonestó su esposa, escandalizada.

Raven le clavó la mirada con la férrea determinación que había visto en Charles al enfrentarlo.

-No los abandono, solo quiero encontrar mi lugar. Estoy cansada de esconderme bajo una apariencia que no es la mía. Ustedes son mis padres, me han dado un hogar, me han aceptado cuando nadie más lo hacía, y les tengo un amor inmenso. Pero Nueva York no es mi casa, no la siento así, y aquí – suspiró, observando las paredes del pasillo -, en Genosha, no tengo vergüenza de mostrarme tal cual soy. Quiero una oportunidad, padres.

-Escucha, hija – el senador suavizó el tono para hacerla razonar -. Charles aquí corre un grave peligro. El motivo del enlace era la alianza que Magneto crearía conmigo y la promesa de que tu hermano daría a esta isla un heredero. Pero Genosha ya tiene un líder que suceda a Magneto y se nota que si se empeña en tener otro hijo con Charles, se desatará una guerra civil.

-¿Cómo puedes adivinar el futuro? – le cuestionó la joven.

-Porque eso es lo que ocurre en cualquier país donde dos facciones políticas se disputan el poder, hija. La guerra la impide el grado de civilización de las sociedades y aquí, los mutantes, no son civilizados.