Capítulo Siete: El Enlace

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-Observa el paisaje, querida. ¿Qué ves?

La recámara quedaba en el tercer piso del castillo, que era el área reservada a los invitados. Tenían una vista privilegiada de la ciudad y de la isla en general, con sus colinas y abundante vegetación selvática. A los lejos podía observarse la línea celeste que marcaba el mar.

-Construcciones metálicas asombrosas – contestó Sharon, absorta con el paisaje. Genosha era fascinante -. Edificios altos, casi rascacielos. Más allá mucho verde, la naturaleza a pleno, y después, el mar azul.

Brian sonrió.

-Yo, en cambio, veo el reino que heredará nuestro nieto. Imagina, yo, senador, con una carrera política que se me abre a nuevas oportunidades, mientras que nuestro hijo traerá al mundo al mutante que gobernará esta joya. ¿Sabes la cantidad de alianzas que podremos establecer con Magneto? Los mutantes son poderosos y lo saben, saben que están por encima de nosotros, gente común sin poderes. Tenerlos de aliados será lo más inteligente que podremos lograr si queremos sobrevivir, Sharon. Esta es su tierra y nos abrieron las puertas con total confianza. Yo, con la responsabilidad política que cargo, seré la esperanza para la paz.

Sharon se alejó de la ventana, mientras sacudía la cabeza con pena. Su esposo seguía frustrándola con esa mente fría y calculadora a la que se le escapaba muchas veces cualquier signo de afecto. Era el político el que le estaba hablando, no el padre de su hijo. Ella y él eran tan diferentes que se preguntaba cómo habían durado tantos años casados. Tal vez el cariño que se guardaban podía ser la respuesta pero en ocasiones como esta, no le parecía suficiente.

-¿No te importa cómo se encuentra Charles después de casi un mes sin verlo? – le cuestionó desilusionada -. ¿No lo notaste mejor? ¿Más sano, alegre, feliz? No – suspiró -. Solo observaste el paisaje que heredarás por medio de tu nieto, porque en eso es en lo que piensas, ¿cierto? Que tú serás el heredero por medio del hijo de Charles.

-No heredero sino aliado – contestó Brian ausente, meditando la idea de establecer alianzas políticas y poner a su propia sangre al frente de Genosha -. Sabes que el futuro político serán las alianzas entre mutantes y no mutantes. Ahora mi pregunta es: ¿cuánto tiempo más podremos confiar en esta gente? ¿Por cuánto tiempo más podré conservar la paz?

-¡Brian, por favor! – exclamó su esposa, escandalizada -. ¿Puedes abandonar el papel del político y enfocarte en el de padre? ¿Puedes contemplar este paisaje y disfrutarlo sin pensar en el rédito que puedas obtener?

Brian volteó hacia ella. Sonrió pero era esa sonrisa distante del que no logra empatizar con el otro.

Al notarla, Sharon prefirió enfocarse en seguir desempacando. Brian dejó de sonreír porque le molestaba cuando su esposa tomaba esa postura adusta y se encerraba en sí misma.

Los dos seguían sintiéndose afecto pero las diferencias los separaban. Sharon no podía entender cómo su marido podía anteponer sus ideas políticas al estado de su hijo y él no podía soportar que ella no se molestara en entender su sueño: llegar a la Presidencia y gobernar sobre no mutantes y mutantes, más tarde, por medio del nieto que Charles le daría.

...............

Raven había llegado bajo la forma humana de la jovencita rubia y alegre. Pero al saludar a Azazel y ver que tenía una mutación similar a la suya en cuanto al aspecto, sintió deseos de mostrarse tal cual era, y ya sola en su recámara, se volvió azul. Se observó en el espejo y, por primera vez, sintió orgullo de su verdadera apariencia. Estaba desnuda y su piel cerúlea llena de escamas le causó fascinación. De repente se dio cuenta de que lo que la había fascinado era ese hombre azul con aspecto de demonio pero mirada de ángel.

Alianza Forzada. Cherik. WolversilverWhere stories live. Discover now