Carmesí.

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De rodillas, en medio de la sala, dándole la espalda a la ciudad, su respiración parecía agitada sin razón. Sus manos reposaban en el piso sobre algo húmedo y caliente. Reconoció el olor  metálico en seguida... Sangre.

Cuando abrió sus ojos, era poco lo que las luces rojas y parpadeantes del sistema de alerta de Jarvis podían mostrarle. Sentía la misma sustancia del suelo escurrir por su cara, pero no había dolor de ninguna herida que apreciase. Una silueta yacía sobre el suelo, y su vista borrosa no le permitía apreciar al desconocido frente a él.

Alargo su mano derecha para tocarlo. Metal sonó, siguió la estructura hasta llegar a una textura escamada. La imagen se armaba de a poco en su mente. La armadura de Thor.

Aun de rodillas se acercó a su hermano.

- ¿Thor? ¿Estás bien?

La piel fría de las manos del héroe lo recibieron. Las soltó asustado, alejadose del cuerpo. Su vista se aclaró, recayendo en la mirada perdida de ojos celestes de su hermano.

- Fuiste tú. –

Susurro una voz detrás de él, pero no había nadie allí. Se levantó trastabillando como un cervatillo. Podía sentir la sangre bajo sus botas a cada paso. En la entrada del ascensor deslumbró a otra persona, el rojo de la alarma lo iluminaba por completo.

- Steve. – dijo antes de arrodillarse a su lado.

La sangre se había brotado a borbotones en algún momento desde el centro de su pecho. Justo donde estaría la estrella de su uniforme, se habría un enorme cráter en su pecho.

- ¿Qué hiciste, Loki?

Se irguió asustando, sin saber a dónde correr.

- ¡James! ¡Tony! ¡Bruce! – Grito con la voz quebrada.

Pero nadie respondió, camino a oscuras hacia la siguiente luz. Pero su pie tropezó con algo, haciéndolo caer sobre sus manos. Detrás del sofá había alguien más, y Loki aún tenía esperanzas de que estuviera bien.

- ¡Hey!

Un gemido gutural escapo de la boca de Tony cuando lo toco. Si, era Anthony y parecía empeñado en mantenerse vivo. De cada respiración brotaba sangre de su garganta, pero sus ojos aún estaban moviéndose.

- Estoy aquí, voy a arreglar esto.

Posó sus manos sobre el cuerpo del millonario, pero la magia no estaba allí. Sus manos eran inútiles. Stark tosió detonando una gran erupción de sangre.

- Tranquilo, buscare a Bruce y el botiquín. – Tomó el rostro ensangrentado entre sus manos, intentando convencerse a sí mismo de que todo iría bien. – Vas a estar bien, resiste. –

Pero Tony era solo un humano, y sus parpados se cerraron sin poder evitarlo. Loki se inclinó y abrazo a su amigo contra su pecho.

- ¡Detente!

Las lágrimas caían sin piedad, limpiando la sangre seca de su rostro. Pero si Tony había resistido hasta ese momento, entonces puede que alguien más sobreviviera. Camino hacia la cocina, encontrando a Bruce sobre el piso de esta, boca abajo, yaciendo sobre un gran charco de sangre e iluminado directamente por la luz carmesí. Lo volteó solo para descubrir un corte en su garganta, casi quirúrgico, que había drenado su cuerpo hasta la muerte.

- ¡Por favor, no hagas esto!

Corrió fuera y una idea se le ocurrió.

- ¿Jarvis? – Nada.- ¡¿Jarvis?!

La IA no estaba en funcionamiento, pero con suerte podría usar el ascensor y recorrer la torre. Si llegaba al laboratorio de Tony, encontraría más rápido a los demás. Sorteo el cuerpo del Capitán, intentando no mirar directamente hacia donde estaba.

El ascensor funciono, aunque la luz roja también estaba allí. Inmediatamente presiono el botón que lo llevaría al laboratorio, y aunque el sistema pareció dudar, finalmente comenzó a andar. La luz blanca había desaparecido y el carmesí le recibió nuevamente.

No había sangre en el lugar y se sintió más a salvo. Tecleo un par de cosas para quitar la alerta y busco el sistema de cámaras. Muchas de ellas fallaban o se encontraban cubiertas en sangre. Pero pudo notar el cabello rojizo de Natasha en una de las esquinas del pasillo hacia la habitación que compartía con Bucky.

Corrió al ascensor otra vez. El pasillo, ahora iluminado parecía limpio en sangre. Hasta que divisó el cuerpo de la viuda. Boca abajo y con las manos atadas. Enderezó a la chica, notando la explosión de sangre sobre la pared y el agujero de bala en su mentón. El arma reposaba a un costado, y era la de ella, con sus iniciales en la culata. Parecía un suicidio, pero Loki sabía que ella no había disparado, porque sus manos atadas no se lo permitirían.

Entonces noto a Clint contra la puerta de su habitación. Con la mirada perdida en el techo y marcas en su cuello. Le había ahorcado, y sabía que había sido él, porque esa sería la forma más tortuosa de morir. Barton tenía esa pesadilla de vez en cuando, y Loki la había cumplido porque lo sabia.

- ¡Para!

Algo dentro le dijo que abriera la puerta de la habitación, que allí encontraría la sorpresa final. Pero sus manos temblaban y no quería hacerlo. Entonces la puerta se abrió sola, lentamente.

Camino como un robot al destino final.

- Mira lo que hiciste, Loki.

En la pared, en medio de las dos camas, clavado con sus dagas... Si, eran sus dagas, las reconocería donde fuese. James ocupaba el centro del muro, crucificado contra él. Su cabello castaño tapaba su rostro y la sangre había chorreado por la pared, dándole una tétrica capa carmesí de héroe.

- ¡JAMES!

Y sus brazos le rodearon, en un abrazo reconfortante. Las lágrimas aún seguían allí, pero ya no había sangre a su alrededor. Solo Buck, vestido en su pijama y con el cabello húmedo aun.

- Tranquilo, solo fue una pesadilla. – Las manos de Loki se aferraron a la tela que vestía el otro. – Estoy aquí.

Recordó que el soldado se había ido a bañar y él decidió descansar un momento. Probablemente se durmió 5 minutos, los minutos más terroríficos de su vida. 

No more illusions.Where stories live. Discover now