Condena

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Otra noche de pesadillas se avecinaba y no estaba listo para afrontarla. Se negaba a cerrar sus ojos. Opto por leer y leer hasta que su mente ya no pudiera resistirlo más. Ignorando cada palabra de su pasatiempo favorito, rememoraba aquel tiempo en que se sentía seguro en la oscuridad. Solo era un niño, pero sentía que la luz lo invadía, lo ahogaba y oprimía su corazón, por ello se refugiaba en la oscuridad de su habitación y leía solo de la mano de una tenue vela. En aquel tiempo, Thor era eso para todos, luz; Y aunque amaba a su hermano, esa luz molestaba en sus ojos a veces. También recordaba que Thor temía a la oscuridad, y se refugiaba en sus brazos por las noches en las que las penumbras le causaban pesadillas. Su hermano mayor siempre era el héroe, pero al joven e inocente Loki le gustaba pensar que era el héroe de su hermano durante las noches de terror. Le gustaba sentir que podía proteger al valiente rubio que siempre aparentaba mayor fortaleza. Rememoraba la sensación de las suaves hebras doradas en sus manos, y el calor del cuerpo de Thor chocando con el frio que caracterizaba al suyo. También estaba aquella suave presión que ponían los brazos del rubio en su cintura. Sobre todo, la calma que aquellos momentos brindaban a su corazón, era casi palpable aun...

Y como si los recuerdos lo hubieran invocado, el abrir de las puertas se escuchó al final del pasillo seguido de pasos fuertes y dudosos según el análisis de Loki. Thor se paró frente a su prisión, observando sin decir palabra por un par de minutos. El mentiroso dejo de lado el libro que simulaba leer y sentado en su sillón, choco miradas con el mayor.

- Bienvenido a mis aposentos, hermanito. – Soltó de forma sarcástica.

Thor bajo la mirada por el cuerpo de su hermano hasta notar aquella mancha carmesí. Bajo la tela verde de sus ropajes de prisionero y vendajes con ungüentos curativos, se encontraba la herida más grave a la que Loki sobrevivió. Pero todo aquel vendaje no parecía evitar que la sangre evidenciara la posible muerte del menor.

- Se ve bien, ¿No? Solo un rasguño. – Bromeo, pero no causo ninguna gracia al héroe.

- No estas recibiendo la atención necesaria. – No era ni una pregunta ni una afirmación, era un reclamo a si mismo.

- Soy un prisionero. Me sorprende que sea digno de vendas. – Mordaz.

- ¿Por qué lo hiciste?

Aquella pregunta tomo por sorpresa a Loki, sabía que un día llegaría pero no la esperaba tan pronto. El silencio inundo todo el lugar. Mirada verde y celeste se mantuvieron en guerra durante ese tiempo.

- Te debía una. – sonrió, para luego voltearse y volver a su libro.

Si, Thor recordaba haberlo salvado momentos antes. Recordaba el terror que sintió y el miedo atravesar la mirada de Loki por un segundo, pero eso no significaba que merecía la vida como pago. Aun así, se dejó vencer por su hermano esta vez, sabiendo que no le sacaría una palabra más. Dio media vuelta y se encamino por donde vino.

- Convenceré a Padre de que aligere tu condena. – No hubo respuesta del contrario y prosiguió con su marcha.

Justo antes de cerrar la puerta, un susurro casi imperceptible llego a sus oídos.

- Suerte... 

No more illusions.Where stories live. Discover now