Caos

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Tony vio por las cámaras salir de la habitación de los dioses a Steve. Suspiro abrumado. El soldado parecía tan ingenuo jugando a los amiguitos con un súper villano de otro maldito planeta. Le pidió a Jarvis que hiciera lo impensable, traer a Loki a su laboratorio.

Loki bajo sin preguntar, este día parecía bastante interesante. Solo se dejaría llevar.

El ascensor se abrió, dejando a su vista un millón de máquinas y tecnología que desconocía. Todo tenia luces o brillaba en metal. Camino y escucho el golpe entre metales. Al fondo, lejos de la primera vista que podía darle la habitación, estaba Tony. El millonario dejo de reparar su armadura al notar la presencia del Dios.

- Cuernitos, me pareció una eternidad el tiempo sin verte. – Allí estaba su ironía como siempre.

- ¿Qué es lo que quieres, Anthony?

- Tony suena mejor. –Aclaro. - Y quería hablar contigo de cierto soldadito descongelado.

- ¿Acaso tú y tus amigos piensan que Steve es imbécil? – Rio suave.

- Ese no es el punto. – Ahora él sonreía.- El punto eres tú.

- ¡Oye! Me haces sentir importante. – sarcástico, sonrió.

- Aléjate de Steve. Aléjate de los Avengers. Haz lo que tengas que hacer y no te metas de nuevo con nosotros.

- ¡Qué aburrido eres, Stark!

Loki camino alrededor de Tony, como analizando a su presa.

- Pareces siempre tan seguro. – Susurro desde la espalda del otro. - ¿Qué temes que haga? – relamió sus labios. – ¿Seducir a tu Capitán?

- ¡Ey! No confundas las cosas. – Se giró a mirarlo de manera brusca. – Ya te dije que no se trata de Steve.

- Bien, entonces. No quería enterarme de que Steve estaba jugando a dos puntas. – Se giró y desapareció en un aura verdosa.

El cerebro de Tony comenzó a repetir toda la conversación a toda velocidad. Ahora lo comprendía todo, ya sabía lo que hacía Steve en el cuarto de los Dioses. No tenía tiempo de revisar la información, iría directo al problema.

En el gimnasio, Steve y Natasha charlaban luego de un pequeño enfrentamiento de práctica. Tony entro pisando fuerte y con los ojos ardiendo en furia.

- ¡¿Qué demonios hacías en la habitación de Loki?! – Grito en la cara del rubio. - ¡Habla!

- ¿Qué? Yo solo quería arreglar el malentendido. – Aclaro confundido.

- ¡¿De qué forma lo arreglaste, Steve?!

- ¿Qué estas insinuando, Tony? – No comprendía a que venía todo esto. – Solo charlábamos.

- También estoy confundida. ¿Qué está pasando, Tony? – intervino la viuda.

- Loki es el que insinúa. Me dijo que agradecía que no jugaras con él. – Tomo aire para calmarse, pero le fue imposible. - ¡Eres un hijo de puta, Rogers! ¡Te advertimos que no te acercaras a ese tipo!

- ¿Steve, es eso cierto? – Natasha estaba en shock.

- Yo... - Steve se sentía un insecto bajo la lupa. – No es así. No Paso nada. Solo lo ayude a cambiar sus vendas y charlamos. No pasó nada, lo juro.

- ¿Tampoco antes? – La viuda quería creerle.

- No, nada. Ni siquiera intento acercarse de esa forma a mí. No entiendo porque dices esas cosas, Tony. – Ni siquiera podía enfadarse, estaba asustado porque alguien lo creyera capaz de eso.

- Si Loki dijo esas cosas es por algo. Explícame porqué. – reclamo. 

No more illusions.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora