Otra mañana de verdades.

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Grito para sus adentros, sin poder hacerlo realmente. Las lágrimas corrían rebeldes por sus mejillas, dándole el aspecto del aquel niño asustado que fue alguna vez. Su corazón rogaba que corriera lejos de una amenaza que no existía, y su cuerpo temblaba como lo hizo cuando las cicatrices que lo adornaban fueron forjadas en su piel.

Con la respiración bajo control, limpio su rostro con las sabanas. Su mirada busco en la oscuridad a su compañero de cuarto, James dormía aun. Sus pies desnudos tocaron el frío suelo. Masajeo su cien, con los ojos cerrados y la mente quebrada.

Las pesadillas empeoraban con cada día, y cada noche dormía menos. El realismo aumentaba a la par de su miedo, y su cuerpo dolía como si aquello fuese verdaderamente revivido.

- ¿Estás bien?

La voz del soldado le sorprendió por un segundo, pero volvió a fingir tranquilidad.

- Estoy bien.

- Uff... Si así es como te ves cuando estás bien, no quiero verte destruido.

Sin quererlo, Loki sonrió ante la ocurrencia del menor. La luz de la veladora lleno la habitación y pudo ver bien al otro. Sentado contra el respaldo de la cama, le observaba como si Loki intentara hacerle creer que Santa existía, con los más de cien años que Buck cargaba.

- Son solo pesadillas.

- Hace semanas que son "solo pesadillas". – Remarco las palabras creando las comillas con sus manos.

- ¿Cómo es...?

- Loki, fui un soldado. – Dio por obvio. - Hasta el aleteo de una mariposa me despierta.

El villano jugó con sus manos de aquella forma nerviosa que había copiado de Frigga.

- Tal vez es solo algo que me molesta. – Suspiro. – Pero no sé qué.

- ¿Quieres que bajemos por un té o algo?

Estuvo a punto de negarse y decirle que iría solo, pero un repentino terror le abarco cuando pensó en ir solo a donde fuese. Cómo si eso en sus sueños le esperara en la oscuridad, listo para llevárselo a un lugar que ni siquiera deseaba recordar.

- Ok.

Buck se quedó dormido en el sofá, acurrucado en la manta que guardaban en el sofá. Steve lo vio, y le permitió postergar su entrenamiento después de que Loki le contara como llego allí. El rubio antes de irse, preparo el té diario del asgardiano. Esta vez, Loki espero a que la taza lograra la temperatura soportable para él.

La mañana iba tranquila, hasta que la cabellera pelirroja de Natasha hizo acto de presencia. Apoyada contra la encimera y con su vaso de agua en mano, observaba fijamente al villano.

- ¿Qué le hiciste a Clint?

- Si se murió, tengo de testigo a Buck de que estaba aquí. – Bromeo.

- Habla. – Ordeno, acercándose peligrosamente al morocho.

Loki le desafío con la mirada como siempre lo hacía, solo para molestarla. Ella lo sabía, pero aun así le enfurecía esos malditos ojos verdes que le decían "tú no eres nada".

- Tal vez debas preguntarle sobre aquel tiempo en que jugó a ser el chico malo. – Sonrió. – Nunca llegaras a saberlo todo, mi querida pelirroja.

- Si le hiciste algo, yo...

- ¿Qué? ¿Crees que si realmente deseara matarlo no lo hubiese hecho ya? ¿O en aquel entonces? –

Esquivo a la mujer y dejo su taza en el lavavajillas. Volteándose, de nuevo con la mirada de superioridad que sacaba de quicio a la chica del grupo.

- De verdad que tus amigos y tú no tienen idea de lo que puedo hacer con un pensamiento.

- ¿Qué demonios significa eso?

En algún momento de la conversación, Loki se había acercado lo suficiente a ella para posar su mano con suficiente rapidez sobre la frente de la Viuda sin que pudiese hacer nada. Los verdes ojos brillaron en magia y las imágenes pasaron a reproducirse a toda velocidad en la mente de Natasha.

Clint estaba allí, sonriendo. Al lado de Loki tenía un equipo, y era quien estaba a cargo. Planeaba a su manera, vivía a su manera y reía a su manera. Si, reía. Porque no todo era trabajo, el poco tiempo libre habían cartas y cervezas de por medio. Natasha pudo ver el plan de cerca, como este estaba hecho para fallar como victoria, y Barton había ayudado a gestarlo. Era la mano derecha del villano, y se preocupaba por él, porque en medio de su hipnotismo, sabía perfectamente que era indispensable para salvar al planeta entero. Incluso el que ella lo despertara del trance era parte de su misión. Irónicamente se había negado en el momento en el que Loki se lo ordeno, deseaba quedarse un poco más al frente de batalla, objetando que así podría servir de rehén y ser una protección extra para el ojiverde. Pero todo aquello había quedado olvidado y recluido en lo más profundo de la mente del Halcón, rehusado a creer que no había sido tan malo estar del otro lado, aun a sabiendas que seguía siendo de los buenos.

Volviendo en sí, Natasha solo podía expresar estupefacción. Loki le guiño y se retiró; aún tenía que bañarse antes de que Steve regresara.   

No more illusions.Where stories live. Discover now