¡Estúpido tú! #MEN3 (Sin editar)

Capítulo extra #3

Bajo las escaleras sintiendo un nudo en mi pecho al oír a James llamarme como cuando era una adolescente y a veces se me hacía tarde. Al ver a la persona que fue mi padre y aun lo considero así, una sonrisa se expande por mi rostro, lo mismo sucede en él. Quizás el breve momento de apreciación fue mutuo. Esta vez, a diferencia de cuando era adolescente, no aparece mi madre a su lado, sino Alice.

—¡Te ves bellísima! Me encanta el color del vestido. Siempre he creído que tu color es el azul —sonrío en forma de agradecimiento y agrega— Lo mismo le decía a Marilyn cuando éramos niñas.

La mención de mi madre remueve algo en mí, algo que por más que pasen los años siempre dará un pequeño saltito al escuchar su nombre, ver una fotografía o simplemente recordar un momento juntas o de ella. A veces pienso en que me gustaría que este aquí, diablos que si lo hago y es una de las cosas que más anhelo con todo mi corazón. Me imagino lo contenta que estaría de consentir a Liam, Skyler, Austin y Rose. Mi corazón se llena de alegría al imaginarla junto a ellos y luego se crea un nudo en mi garganta al darme cuenta que mis pensamientos una vez más, son imposibles.

—¿Sam? ¿Está todo bien? Te noto un poco ida —me dice papá cuando Alice está lejos de nosotros. Niego con la cabeza— Bien. Juguemos a que no te conozco.

—Pensaba en mamá —respondo rendida y un poco extraña al mencionarlo en voz alta. Los momentos que Marilyn Donnet aparece en mi mente son escasos, pero me los guardo sólo para mí— En como hubiera malcriado a mis hijos.

Papá sonríe, desviando su mirada de la mía y comenzando a caminar hacía la cocina donde mis amigos se encuentran. Vamos a un paso lento así podemos seguir hablando.

—Oh, Marilyn sin duda los hubiera amado y posiblemente dado su propia tarjeta de crédito a los diez años —dice haciéndome reír.

—Ni siquiera a mí me dio una tarjeta de crédito a los diez —respondo haciéndolo reír ahora a él.

De repente en las risas desvaneciéndose, el sonido de mis tacones contra el suelo y las risas de mis amigos a lo lejos, la pregunta que siempre aparece en mi mente nuevamente salió de su escondite y mi expresión divertida cambia a una sería. Papá no nota eso, pero siento que ya no puedo guardar esta pregunta más. Solo la pronuncie una vez y fue hace años junto a Caroline.

—¿Crees que ella está orgullosa de mi?

Nunca me importó realmente hacer sentir a mi madre orgullosa. De hecho, por varios años he sido muy odiosa con ella por una forma que no logro entender. Era inmadura y estúpida. Supongo que en el momento de perderla y al momento de convertirme en madre, la comprendí en varias cosas que antes no. Cuando tenía veintiún años y apenas me estaba enterando de que mi verdadero padre estaba muerto y quién yo creía que era el verdadero resultó ser mi tío suplantando a su hermano, no la entendí ni un poco. Pero ahora que Liam, Skyler, Austin y Rose forman parte de mi vida, puedo entender el no querer que sufriera con la muerte de Edward. Haría lo que fuera porque mis hijos no estén mal, no a medidas extremas como Marilyn Donnet, pero sin duda evitaría cualquier dolor posible. Aunque hay cosas que simplemente no están en mis manos y tendrán que pasar cosas dolorosas igualmente. Los apoyaré para superarlo. Después de todo el ciclo de la vida es así; te caes, te levantas y sigues en la carrera. Tendrás muchas caídas, pero aun así debes seguir y cruzar la meta.

—A Marilyn jamás le importó realmente si terminabas administrando las empresas Donnet, ni un poco —dice deteniéndose para permitirme ver sus ojos un poco cristalizados— Eras su única hija. Lo único que le importaba era que seas feliz, de una forma muy extrema, pero sólo quería que estuvieras bien.

Mamá se había alejado justamente de mi por eso; su enfermedad. En su loca cabecita pensó que al estar trabajando 24/7 por arte de magia mi cariño y amor por mi madre desaparecería. Fue estúpida. Perdimos diez años juntas sólo para que no termine mal. Pues termine destrozada. Las cosas no salieron como esperaba, pero espero que en la próxima vida las cosas sean distintas para nosotras.