Capítulo 24: El celular explosivo.

190K 13.7K 22.2K
                                    

—Vamos a mi habitación —le digo sonriendo forzadamente. Así me matará en secreto y esconderá mi cuerpo debajo de la cama.

Mis padres nos avisan que saldrán, Katy y Liam van a comprar el boleto y nosotras dos nos quedamos solas en la casa. Jazmín me observa sonriendo y con su actitud de siempre, parece no sospechar nada, ¿Y si le digo que en mi habitación hay una araña enorme y por eso no puedo entrar a buscarlo? Ella también le tiene miedo a las arañas, así que... no, no, no. Ya no puedo mentirle más con respecto a esto, debo contárselo y ella puede reaccionar como quiera. Después de todo ese diario fue enviado para ella y yo lo perdí.

—Tengo algo que decirte —le digo mientras ella va a sentarte en mi cama— Pero prométeme que no te enojarás.

—Lo prometo —se encoje de hombros.

—Yo... em, ¿Cómo decirlo? —me rio nerviosamente.

Jazmín me observa esperando una respuesta, ya no puedo poner más excusas y si le sigo mintiendo solamente hará que cuando por fin le cuente la verdad se enoje por mis mentiras también.

Carraspeo mi garganta.

—No me mates.

Ella arquea una ceja y me observa de arriba a abajo, sospechando.

—¿Por qué habría de...? —le interrumpo.

—Perdí el diario.

Lo siguiente que sucede es algo que jamás me imaginé que sucedería: Jazmín no hace absolutamente nada, sólo se queda mirando un punto muerto en la pared, procesando lo que acabo de decirle. Parpadea un par de veces y luego aprieta sus labios. Aun así, sigo preparada para sus gritos.

—¿Cómo? —pregunta acomodándose en mi cama.

Su tranquilidad está asustándome.

—No lo sé... lo tenía guardado en mi armario, yo... —me interrumpe.

—En tu armario —repite seriamente.

—Sip.

—Bien —vuelve a asentir— Lo perdiste. Está bien.

Niego con la cabeza cansada de tanta tranquilidad. Ella no es así. Mi Jazmín no se quedaría tan calmado ante una cosa así de importante.

—¿Acaso estás drogada? —le pregunto. Esa sería la única explicación por la cual está tan serena.

—¿Por qué preguntas eso? —frunce el ceño.

—Porque no estás enojada conmigo por ser una estúpida.

—Oh, sí estoy enojada. Sólo... estoy procesando todo —dice y observa el suelo.

Me quedo recostada en la puerta de mi habitación, todavía esperando su regaño de hermana mayor. Sus ojos marrones recorren nuestro entorno y se detienen en mí. Finalmente suelta:

—Tú no perdiste el diario.

Frunzo el ceño.

—¿Qué? —pregunto confundida.

Entorna sus ojos.

—¿Cómo puede perderse algo en tu propia casa? Fácil, alguien te lo quitó.

Asiento lentamente. Tiene razón, estuvimos hablando sobre eso la última vez que estuve en su casa. Pero ahora la incógnita sería... ¿Quién?

—No sé quién pudo ser —se encoje de hombros— Tú te encargaras de averiguarlo. Porque tú dejaste que lo robaran, estúpida.

—¿Yo sola?

¡Estúpido tú! #MEN3 (Sin editar)Where stories live. Discover now