Capítulo 37 (Final)

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Capítulo 37

Su cabeza daba vueltas, un fuerte dolor descendía desde ella y bajaba por todo su cuerpo. Sin embargo, en lo único que ese momento pensaba era en él. —Joel —murmuró sintiendo cómo todo temblaba a su alrededor. —Joel— volvió a murmurar, seguida de un sollozo. Tenía que verlo, tenía que hablarle, tenía que decirle la verdad.

Trató levantarse pero terminó resbalándose en el suelo, invadida por el terror al encontrar el cuerpo helado de Kate en frente de ella. Al principio, no sintió más que confusión, se alejó de ella y la miró con pena, dolor y cierto resentimiento. Recordaba sus últimas palabras, en toda su vida era la única vez que la había visto llorar y ahora podía decirlo con certeza al recordarlo todo.

No sabía qué exactamente debía sentir. Su mente desvariaba de un lugar a otro; tal vez realmente no estaba lista para eso, tal vez realmente no devolverles sus memorias también era una forma de evitarles el dolor de su pasado, pues en ese momento sentía que era demasiado. El dolor físico, emocional y mental la consumía de tal forma que no sabía qué hacer, no encontraba escapatoria, pero aun así no quería que se fuera, pues sentirlo de nuevo con ella era lo que la hacía ser quien era,y no quería renunciar a eso.

Fijo su mirada en un destello de la muñeca de la señora Kate. Tomó su mano y observó mejor lo que se dibuja en ella. —Su tiempo se ha terminado —murmuró al leer aquellas pequeñas letras de luz roja, sintiendo cierto temor de lo que les esperaría ahora. Jamás se esperó que un reloj indicara cuanto tiempo vivirías. ¿Acaso todos tenían uno igual? Esa era una realidad que ella no quería aceptar, pues, a pesar de sentir tanto dolor, al visualizar el rostro desvalido de esa mujer, se había criado allí, era el lugar donde más tiempo había pasado y eso hacía que la situación fuera aún peor.

Se levantó apoyándose de la silla metálica, había varios chorros de sangre que aún goteaban a su alrededor. No estaba totalmente curada y no creía poder llegar hasta la salida sola. No, no; en ese momento, sentía demasiadas emociones juntas, la necesidad de tirarse a llorar, la alegría de tener un hermano, la desolación de no encontrarse con él y el deseo de gritarlo todo y acabar con ese suplicio que ella nunca quiso comenzar.

Tocó su CM deseando que aún se mantuviera en funcionamiento —Nick, ¿dónde estás? —Dijo con cierta dificultad, pero el chico no contestó.

Caminó sintiéndose totalmente agotada, buscando sostenerse en pie con la única fuerza que le quedaba. Había fuego en algunos de los pasillos, y el lugar se tambaleaba de un lado a otro. Ya no había luces azules, no sabía a dónde tenía que ir, pero no se arrepentía de nada, y no pesaba rendirse en ese momento.

—¡Amara! —gritó Nick tratando de alcanzarla.

—¡Nick! —corrió hacia él a como pudo, dándole un abrazo.

—¿Los recuperaste?

Asintió levemente. —Tenemos que salir.

—La energía cayó en todo el edificio, no podía repartir tanta, las salidas están saturadas, tienes que...

La chica vio cómo se caía una de las paredes y logró arrastrar a Nick hacia ella y proteger a ambos con un campo de fuerza. Velozmente, tomó la mano de su amigo, el cual le compartió energía tal y como lo había hecho antes, dándole la fuerza para continuar.

—¡Corre, el suelo se rompe! —gritó Nick una vez que ambos lograron recuperarse y ponerse en pie.

Tomando la energía que le compartía el chico, comenzó a correr y subir escaleras. Tenían que llegar a la superficie y, a partir de allí, buscar ellos mismos una salida, o al menos era el único plan que le venía a la mente en ese momento.

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