Capítulo 4

657 118 224
                                    

Capítulo 4

Dolor. Eso era lo que sentía, pero no se atrevía a llorar más. Su mente y emociones estaban realmente confundidas. Habían pasado dos días desde que Ocho despertó. Días de pocas palabras entre Joel y ella, pero habían logrado que se ubicara en el lugar que se encontraba; no que lograra encontrar una confianza completa con él, pero que al menos lo dejara de ver como un desconocido.

No salió de su cápsula en esos dos días, solo se dedicaba a pensar y llorar de vez en cuando; estaba más afectada que los demás. Y aunque ella creía que no había cámaras en las cápsulas, la vigilaban constantemente (algo que ni siquiera Joel sabía).

—No entiendo a esta chica. Es decir estoy consciente de que su edad es vulnerable y ella es una chica altamente sensible, por esta misma razón la elegimos, pero ¿acaso no le emociona tener poderes? Las hermanas, cuando despertaron, estaban ansiosas por probar cada vez más cosas—dijo uno de los asistentes.

—Tal vez no la entiendas, pero esa es la reacción que buscaba mi padre. Ves eso —dijo la otra asistente, señalando la pantalla— el dolor no la hace débil, la fortalece, no solo a ella, sino a sus habilidades biónicas. De alguna manera, su cerebro acepta perfectamente el chip, aunque la vuelve asustadiza y sensible.

— ¿O sea que ahora ser asustadizo es ser fuerte? —dijo el asistente con sarcasmo —¡pero qué tremenda estupidez! Con razón nunca te suben de puesto.

—Si te crees tan inteligente, ¿no deberías estar liderando en la sala de mando? Pues no, no lo estás y, si no te has dado cuenta, yo soy la que hace todo acá.

Este sintió furia contra la delgada chica de 20 años a la cual pusieron de asistente junto a él. —¿Y qué me dices de los sueños de la niña? Activamos la telepatía con Joel, pero aún no saben usarla. Y si esos sueños les muestran recuerdos, todo se vendría al suelo.

—Es un riesgo que tendremos que correr. De cualquier forma, podremos borrar los recuerdos a Joel, y a ella la dejaríamos encerrada hasta averiguar cómo hacérselo también. Esto a la vez nos da la respuesta de por qué despertó antes: tanto los desvanecedores como la caja de cronometraje no funcionan con ella.

—Todo está planeado como esperábamos. Lo único que falló fueron los recuerdos, pero podríamos convencerla de que esté de nuestro lado.

—Copiar en un examen no es algo suficientemente malo como para que ella acepte lo que le hicimos. Además, si no lo hizo antes, no lo hará ahora.

Para Emily Jensen no era un lujo estar en ese lugar como para muchos otros que deseaban tener un trabajo en el Laboratorio. Ella no soportaba nada de esto, pero la lástima y amor que sentía hacia su padre la hacían seguir allí, además de que, si intentaba escapar, la encerrarían como a otros, por lo que lo mejor que podía hacer era cuidar a los chicos biónicos (al menos, cuidar su sistema como una asistente).

.................

—Buenas noches, prototipo Ocho —dijo la señora Kate, entrando a la cápsula de Ocho, lo que hizo que esta se sobresaltara. —No había tenido tiempo de presentarme, pero mejor tarde que nunca, ¿no crees?

— ¿Quién es usted? —preguntó con nerviosismo.

—Soy la directora Kate West, doctora y científica de este lugar. Tus estudios y escaneos cerebrales han sido impresionantes y no podía esperar más para conocerte; sin embargo, sé que el prototipo Siete ha hecho un buen trabajo contigo.

Ocho le dio una mirada de desconfianza a aquella mujer; su cabello era de un negro azulado recogido en un moño perfecto, lucía con unos lentes que ya no necesitaba pero que utilizaba como un recuerdo  y para imponer más superioridad con los otros. Llevaba consigo un comunicador color negro alrededor de su oreja izquierda. Su rostro reflejaba seriedad y, a la vez, una suspicacia escondida.

Memorias PostergadasWhere stories live. Discover now